Fernando Z¨®bel cede el Museo de Arte Abstracto de Cuenca a la Fundaci¨®n Juan March
?Veo claramente que el museo merece vida m¨¢s larga que la m¨ªa y que debe seguir desarrollando y ampliando actividades art¨ªsticas atrevidas y, por supuesto, m¨¢s ambiciosas que las que pod¨ªan nacer de mis propias fuerzas?. Con estas palabras ha sintetizado Fernando Z¨®bel las razones que justific,9n la donaci¨®n a la Fundaci¨®n Juan March de las obras que forman el Museo de Arte Abstracto Espa?ol de Cuenca.
La colecci¨®n est¨¢ formada por setecientas obras de 150 artistas. De ellas, 180 son pinturas, diecis¨¦is esculturas y el resto dibujos, acuarelas, guaches y obra gr¨¢fica, y ha sido, hasta ahora, propiedad personal de Fernando Z¨®bel, quien, en los albores de los, cincuenta, concibi¨® la idea de ir adquiriendo obras de sus compa?eros de generaci¨®n, atendiendo para ellos los criterios se?alados por la cr¨ªtica internacional, con el fin de conseguir la m¨¢xima objetividad en la formaci¨®n de la serie, buscando antes la calidad que la cantidad y con el prop¨®sito, siempre manifiesto, de conseguir que obras representativas de autores espa?oles no salieran al extranjero.La proyecci¨®n definitiva de esta idea se concret¨® en el momento en que Z¨®bel concibi¨® el proyecto de exponer p¨²blicamente su colecci¨®n, que tom¨® forma en 1966, en las casas colgadas de Cuenca, edificio hist¨®rico entonces en restauraci¨®n por iniciativa municipal. Desde ese momento, museo y casas colgadas forman un ente indisoluble, que han contribuido mutuamente a la difusi¨®n internacional de Cuenca.
El espacio disponible result¨® pronto insuficiente, ya que Z¨®bel continu¨® adquiriendo obras, actualizando la colecci¨®n con las nuevas figuras art¨ªsticas surgidas posteriormente. Por ello, se llev¨® a cabo una ampliaci¨®n del museo, con la construcci¨®n de un nuevo edificio adosado al primitivo, que qued¨® abierto en 1978.
Z¨®bel reconoce que ?la magnitud del ¨¦xito del museo nos cogi¨® por sorpresa, superando nuestras modestas ambiciones y, a la vez, nos oblig¨® a la ampliaci¨®n de todos nuestros conceptos. Aquello que se plante¨® esencialmente como exposici¨®n temporal se vio convertido en did¨¢ctica viva, en editorial en biblioteca, en centro de informaci¨®n. Y esa colecci¨®n, inicialmente limitada a obras de la generaci¨®n de los cincuenta, fue agrand¨¢ndose hasta incluir manifestaciones de las m¨¢s j¨®venes tendencias?.
El arte abstracto espa?ol
Fue esta proyecci¨®n del museo (que, en su nacimiento, no llev¨® este nombre, sino el de Colecci¨®n de Arte Abstracto Espa?ol) la que comenz¨® a preocupar a su propietario, consciente de la dificultad de continuar una tarea cuyos planteamientos requieren un serio esfuerzo econ¨®mico y de imaginaci¨®n: ?No me parec¨ªa correcto dejar ese problema a mis herederos o a personas o instituciones para quienes puede suponer una contrariedad. Despu¨¦s de mucho estudiar el asunto con amigos y colaboradores, nos fuimos convenciendo de que el programa art¨ªstico de la Fundaci¨®n Juan March coincid¨ªa bastante claramente con nuestras intenciones generales y que, por supuesto, la fundaci¨®n contaba con la libertad de criterio, la organizaci¨®n y la fuerza econ¨®mica para ampliar, enriquecer y proyectar hacia un futuro el desarrollo vital del museo?.Desde su fundaci¨®n, la empresa ha sido sostenida personalmente por Fernando Z¨®bel, quien tiene arrendadas las casas colgadas al Ayuntamiento por la cantidad simb¨®lica de 6.000 pesetas al a?o. Por otro lado, y aunque el artista nunca ha querido hacer manifestaci¨®n expresa de los costes del museo, se sabe que en los dos ¨²ltimos a?os han sido adquiridas obras por valor de unos quince millones de pesetas, mientras que los gastos de mantenimiento han superado los diez millones de pesetas en 1980. En cuanto al valor econ¨®mico de la colecci¨®n art¨ªstica, es, l¨®gicamente, incalculable. En ella se encuentran representados, algunos con varias obras, los m¨¢s importantes artistas espa?oles contempor¨¢neos, no figurativos: Canogar, Chillida, Guerrero, Guinovart, Millares, Momp¨®, Oteiza, Palazuelo, Rueda, Saura, Sempere, T¨¢pies, Serrano, Torner y el propio Z¨®bel.
El acuerdo de cesi¨®n del museo a la Fundaci¨®n Juan March ha sido ya comunicado al Ayuntamiento de Cuenca, propietario de las casas colgadas, en una reuni¨®n en la que participaron Fernando Z¨®bel, el director-gerente de la fundaci¨®n, Jos¨¦ Luis Yuste, y el director del museo, Pablo L¨®pez de Osaba.
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