Una semana
y dos gestos bien distintos han confirmado al Rey como el primer dem¨®crata de Espa?a.Si su viaje a Euskadi y su temple en la Casa de Juntas de Guernica, rematado en su confianza en la democracia y el pueblo vasco, nos le han mostrado firme en sus convicciones, su ?estar? ante las c¨¢maras de la televisi¨®n inglesa han dado toda su amplitud humana. Amplitud humana que toma, sin darle mayor importancia, el trono como un trabajo habitual para su pueblo, al que ha hecho soberano.
No, se?ores fascistas de derecha o de izquierda; no es la ?hora de las otras instituciones>, porque los espa?oles sabemos que, al menos una de ellas, el Rey est¨¢ con nosotros y con nuestra Constituci¨®n./
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.