"No se ayuda a la Patria con acciones irreflexivas y sin salida"
En su discurso en la Academia Militar de Zaragoza, el Rey hizo ayer un llamamiento a las Fuerzas Armadas para que ?sepan interpretar con exactitud y acierto la Constituci¨®n y comprender que no se contribuye a la seguridad de la Patria con acciones irreflexivas que no tienen una salida digna hoy?. Al mismo tiempo, indic¨® que los recientes sucesos deben hacer reflexionar a todos que no es conveniente que las actuaciones pol¨ªticas o las campa?as de los medios de informaci¨®n creen en las Fuerzas Armadas y de seguridad incomodidad, disgusto o preocupaci¨®n. El texto ¨ªntegro del discurso del Rey es el siguiente:?Mis primeras palabras han de ser para dar las gracias a Dios por permitirme hoy, despu¨¦s de veinticinco a?os, volver a besar, con mis compa?eros, la bandera de Espa?a, y sentir que el tiempo transcurrido ha servido para acrecentar nuestra firmeza en el cumplimiento del juramento prestado, nuestro amor a la Patria y nuestra ilusi¨®n de entrega total a su servicio?.
?Como hab¨¦is expresado en vuestras palabras, hoy, es un d¨ªa en el que se agolpan los recuerdos, pero que exige tambi¨¦n una meditaci¨®n seria sobre nuestra actitud presente y sobre nuestro futuro?.
?Tres son las notas que dentro de la emoci¨®n dominan hoy mis sentimientos y que a todos quisiera comunicar, como Rey, como capit¨¢n general de los Ej¨¦rcitos y como compa?ero. Hacia el pasado, un profundo respeto: hacia el presente, una meditada firmeza y una serena decisi¨®n, y hacia el futuro, una consciente esperanza?.
?Respeto hacia el pasado, porque aqu¨ª hay signos que se deben contemplar en todas y en cada una de las p¨¢ginas que, con su grandeza y servidumbre, configuran la historia de la Patria, a la que nos sentimos orgullosos de pertenecer. Y ese respeto ha de ser tanto m¨¢s profundo cuanto m¨¢s pr¨®ximos est¨¦n en el tiempo los acontecimientos" aunque s¨®lo con respeto y sin pasi¨®n seremos capaces de realizar, superando nostalgias o rencores, innecesarios an¨¢lisis de errores y aciertos, para decidir con plena responsabilidad el camino a seguir?.
?Con respeto y emoci¨®n recuerdo el d¨ªa en que besando la bandera, y ofreciendo nuestra vida a su servicio, adquirimos la plenitud de nuestra proyecci¨®n de soldados espa?oles. Con respeto y agradecimiento recuerdo a cuantos contribuyeron a forjar nuestro esp¨ªritu, dentro y fuera de la campa?a, y respeto tributo a cuantos espa?oles de cualquier ¨ªndole, condici¨®n o idea antepusieron Espa?a a sus intereses personales?.
?Serena y meditada firmeza y decisi¨®n ante el presente, que hoy se refuerza tras el acto que acabamos de realizar. Si serios son los problemas con los que nos enfrentamos, hoy afirmo que m¨¢s seria es nuestra decisi¨®n de superarlos, y m¨¢s firme que nunca, nuestra voluntad de alcanzar la meta de una Espa?a que, a trav¨¦s de la democracia verdadera, consiga su plenitud de paz, de justicia, de libertad, de progreso?.
? Esperanza consciente en el futuro, porque conozco y tengo fe en el puebIo espa?ol, en la entrega y en la generosidad de sus hombres y mujeres, y en la capacidad de solidaridad de sus tierras y regiones?.
Ej¨¦rcitos respetuosos con la Constituci¨®n
?Y porque conozco y tengo fe en los Ej¨¦rcitos de Espa?a, de los que me cabe el honor de ser jefe supremo, Ej¨¦rcitos que no pretenden monopolizar el amor a la Patria, pero que s¨ª reclaman ocupar el puesto m¨¢s avanzado a su servicio. Ej¨¦rcitos que sufren junto a todos los buenos espa?oles cuando se ofende a la bandera de Espa?a o se atenta contra su
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unidad. Ej¨¦rcitos conscientes de la fuerza que la naci¨®n deposita en sus manos, y que por ello est¨¢n animados de la estricta disciplina, uni¨®n y confianza en sus mandos. Ej¨¦rcitos, en suma, que, respetuosos con la Constituci¨®n, nunca renunciar¨¢n a llenar plenamente la misi¨®n que ¨¦sta les asigna?.
?Ej¨¦rcitos que han de saber interpretar con exactitud y acierto esa Constituci¨®n, y comprender que no se contribuye a la seguridad de la Patria con acciones irreflexivas, que colocan a las Fuerzas Armadas y al Estado en general en situaciones cr¨ªticas, para las que no puede haber una salida digna ni una continuidad normal dentro del mundo en el que vivimos?.
?Muy recientes sucesos, que est¨¢n en la mente de todos, deben servir de lecci¨®n, a los propios ej¨¦rcitos de un lado, y a todas las fuerzas pol¨ªticas del Gobierno y de la oposici¨®n, de otro, para acomodar sus respectivas conductas, a fin de conseguir el orden, la seguridad y el bien de Espa?a?.?Porque no es conveniente que las actuaciones pol¨ªticas, que las campanas de los medios de informaci¨®n, propicien las condiciones para crear un ambiente de incomodidad, de: disgusto o de preocupaci¨®n en las Fuerzas Armadas y en las de seguridad, que tantas veces han sentido en sus carnes los atentados de la violencia, y en su esp¨ªritu, los ataques de la cr¨ªtica o de la in comprensi¨®n?.
Prudencia en el an¨¢lisis y la sanci¨®n
?No es prudente tampoco que, superadas las dif¨ªciles circunstancias que acabamos de vivir, se extienda el an¨¢lisis, la censura o la sanci¨®n moral a colectividades enteras por el hecho de que a ellas pertenezcan los que, aturdidos por la irreflexi¨®n, sientan err¨®neamente que sus impulsos precipitados les convierten en salvadores de la patria y que no existen m¨¢s caminos para lograr esa salvaci¨®n que los de la subversi¨®n y la violencia?.
?Obtengamos todos las consecuencias oportunas de los cr¨ªticos momentos pasados y enfrentemos el futuro con la misma serenidad que nos sirvi¨® para solucionar aqu¨¦llos y evitar grav¨ªsimas consecuencias, con el apoyo de una lealtad, una disciplina y un patriotismo que ha sido la norma general de las Fuerzas Armadas y de Orden P¨²blico en los delicados tiempos de la transici¨®n?.
?Quiero ahora dirigirme particularmente a mis compa?eros de la XIV promoci¨®n, esa promoci¨®n que nunca nada me ha pedido y que, siempre me lo ha ofrecido todo. Sabed que el Rey tiene por orgullo ser vuestro compa?ero y haber formado en vuestras filas. Me hab¨¦is prometido lealtad, y lealtad os prometo yo a vosotros, en la certeza de que nuestra mutua promesa ser¨¢ f¨¢cil de cumplir, porque, al haber renunciado conscientemente a toda actividad partidista, nuestros ideales corren paralelos hasta confluir en esa meta final que se llama Espa?a?.
?S¨¦ que muchos, en las filas de la Guardia Civil y de la Polic¨ªa Nacional, ocup¨¢is la l¨ªnea de vanguardia en la acci¨®n para erradicar el terrorismo y para mantener el orden en nuestra naci¨®n. Sin que nunca haya deca¨ªdo el ¨¢nimo, a pesar de haber sufrido el zarpazo o el cobarde asesinato en la propia carne de la promoci¨®n, y sin que la incomprensi¨®n, que algunas veces se pone de manifiesto, haya provocado el odio o la venganza en vuestras actuaciones?.
?S¨¦ que todos os manten¨¦is firmes en vuestros puestos de mando, de ense?anza o de estudio, y que llev¨¢is como lema de vuestras vidas la uni¨®n, el compa?erismo, la disciplina, que ni el tiempo ni las circunstancias podr¨¢n jam¨¢s romper?.
? En esta fecha, para nosotros tan memorable, quiero dedicar un emocionante recuerdo a nuestros compa?eros desaparecidos. Su ejemplo de generosidad, en la entrega de sus vidas por la bandera, que dejaron, est¨¢ y estar¨¢ siempre presente en nuestros corazones. Y un saludo lleno de afecto a nuestros compa?eros de los ej¨¦rcitos del Mar o del Aire, en cuyas filas con igual orgullo me form¨¦. Recibid todos, con vuestras mujeres y vuestros hijos, recibid asimismo las viudas de nuestros compa?eros, el abrazo fuerte de vuestro Rey, de la Reina y de mis hijos, que hoy se integran con ilusi¨®n en esta gran familia militar, que tan bien sabe conjugar la austeridad con la dignidad y la alegr¨ªa, el compa?erismo con el mutuo respeto, y que permanece unida indisolublemente?.
?Esta uni¨®n de las Fuerzas Armadas, que en la paz forma un bloque inquebrantable, es el reflejo de lo que ocurre en los momentos de combate, cuando las acciones individuales distinguidas constituyen ¨²nicamente episodios, por brillantes que sean, en el conjunto de la acci¨®n?.
?Ese bloque inquebrantable, an¨®nimo en su fusi¨®n y en la tendencia hacia la consecuci¨®n del objetivo, est¨¢ formado por la voluntad y el esfuerzo de todos sus miembros, cada uno desde el pueblo o misi¨®n que le corresponde, conscientes todos de la necesidad de lograr la victoria?.
?Es preciso sacrificarse en pro del conjunto. Es necesario dejar de pensar en el ¨¦xito personal o en la recompensa individual, por l¨ªcita que sea la honrada ambici¨®n. Porque por encima de todo debe estar siempre la identificaci¨®n de los superiores y los inferiores, el esp¨ªritu de los que, unidos por el compa?erismo, se sienten hermanados en la vida y en la muerte y est¨¢n dispuestos a entregar aqu¨¦lla para lograr que la batalla se gane o la patria se salve?.
Graves momentos
?Tal vez este ejemplo de la milicia debiera trasplantarse a otras esferas, a otros campos y a otras actividades de la naci¨®n. Cuando vivimos graves momentos, y se hace imprescindible la uni¨®n sincera, sin preocupaciones personales, sin protagonismos ego¨ªstas, sin afanes de triunfos subjetivos o de satisfacci¨®n del amor propio. Porque el objetivo es nada menos que el bien de Espa?a, que hemos de esforzarnos en conseguir desinteresada y decididamente?.
?Nuestra profesi¨®n est¨¢ animada tambi¨¦n por una serie de principios b¨¢sicos, de virtudes invariables, de ideas firmes e inconmovibles que caracterizan la conducta de los militares e inspiran sus pensamientos y sus acciones?.
?Habr¨¢ aspectos secundarios o accidentales en los que se puede diferir y mantener opiniones dispares. Pero siempre permanecer¨¢n invariables esas ideas fundamentales, sobre las que no puede haber duda o discusi¨®n, que unen a los miembros de las Fuerzas Armadas y dirigen sus voluntades a un fin supremo?.
?Es posible que esta realidad pudiera trasladarse, asimismo, a otros sectores de la vida nacional. Porque es una l¨¢stima que muchas veces los hombres, los grupos o las tendencias no acierten a unirse por encima de cuestiones accesorias, sobre la base de unas ideas y de unos principios fundamentales, en los que puede cifrarse una coincidencia que redunde en el bien del pa¨ªs?.
?Unas palabras tambi¨¦n a nuestros futuros oficiales, a los caballeros cadetes. Hoy, una promoci¨®n que, como vosotros, se form¨® en esta academia, ha renovado con fe y con firmeza su juramento a Espa?a. Al contemplarla, ver¨¦is a sus miembros ya con canas en los cabellos, arrugas en muchos rostros y gastadas estrellas en las bocamangas. Pero mirad m¨¢s adentro, m¨¢s profundamente, y percibir¨¦is algo mucho m¨¢s importante, que constituye el verdadero secreto de vuestra profesi¨®n: ilusi¨®n, entrega, vocaci¨®n de servicio, decisi¨®n para la lucha y amor a la paz?.
?Dejaros contagiar por la emoci¨®n que hoy confesamos sinceramente que a nosotros nos embarga. Haced que el honor y el amor a la bandera presidan siempre vuestras vidas. Sed plenamente conscientes de la gran responsabilidad que pronto recibir¨¦is, cuando se os confiera el mando de esos soldados espa?oles, de esos soldados que provienen de un pueblo generoso que se integra en el Ej¨¦rcito, y al que nunca pod¨¦is defraudar?.
?Perfeccionad la formaci¨®n t¨¦cnica, puesto que muy compleja es la labor que se os encomendar¨¢ y muy grande el esfuerzo que la naci¨®n ha de hacer para dotaros de los medios materiales precisos, y cultivad sobre todo los elevados valores del esp¨ªritu, porque deben prevalecer siempre en el hombre sobre el materialismo que hoy, por desgracia, en tantas ocasiones se manifiesta en el mundo?.
?Con la seguridad de que as¨ª lo har¨¦is, uniros ahora a nosotros, a nuestras familias y a todos los que hoy nos acompa?an para, juntos, con la mirada puesta en la bandera, la mente en el juramento prestado y el coraz¨®n abierto de lleno a la esperanza, gritar con fuerza y con orgullo: "?Viva el Ej¨¦rcito!", "?Viva Espa?a!-?.
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