Un premio justo

El Oscar obtenido por Sissy Spacek confirma lo que Quiero ser libre ten¨ªa de m¨¢s interesante. Fuera de su trabajo como actriz y cantante, la pel¨ªcula no tiene mayores atractivos. Planteada como melodrama familiar, quiere ser la biograf¨ªa de la cantante Loreta Lynn y, como todas las biograf¨ªas de Hollywood, esquematiza de tal forma los aspectos de su vida que resulta dificil en ocasiones creer que detr¨¢s de la f¨¢bula hubo alguna vez un ser de carne y hueso. Es tal la bondad, la sana intenci¨®n y la alegr¨ªa espiritual de los personales de la pel¨ªcula, que aparecen claras las intenc¨ªones de su director (ingl¨¦s, autor de Agatha, estrenada no hace mucho en Espa?a): convertir de nuevo en im¨¢genes la fantas¨ªa del dulce y ut¨®pico sue?o americano.En ocasiones, Quiero ser libre, por sus vinculaciones al mundo de la canci¨®n country, recuerda el espl¨¦ndido trabajo de Robert Altman en Nashville, pero la pel¨ªcula que nos ocupa no llega a tanta seriedad. La referencia a Altman, por otra parte, resulta oportuna. Fue a las ¨®rdenes de este director como Sissy Spacek realiz¨® uno de sus mejores trabajos interpretativos: Tres mujeres, cuyo poco ¨¦xito popular no la hizo entonces muy conocida por el p¨²blico. Carrie, sobre todo, aunque tambi¨¦n Malas tierras, Generaci¨®n perdida y la a¨²n no estrenada en Espa?a Welcome to Los Angeles (producida por Altman), son los t¨ªtulos con los que Sissy Spacek comenz¨® a obtener el ¨¦xito que este a?o le ha conducido al Oscar. Sin duda, merecido. Su rigor antenor y la espl¨¦ndida encarnaci¨®n que hace de Loreta Lynn lo convierten en justo.