"No tenemos miedo en demorar nuestros objetivos si las circunstancias pol¨ªticas son dif¨ªciles"
Pregunta. ?Cu¨¢l es su an¨¢lisis de la actual situaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi tras la intentona golpista del 23 de febrero y la ¨²ltima escalada de atentados de ETA?Respuesta. Nosotros tenemos la sensaci¨®n de que somos el ?chivo espiatorio? del golpe; es decir, tenemos la impresi¨®n de que cuando se habla de las autonom¨ªas y se habla del terrorismo se refieren todos a Euskadi. Es decir, somos la gran justificaci¨®n de un posible golpe. Naturalmente, esa es una situaci¨®n desagradable. Eso es caer otra vez en el clich¨¦ manido de que Euskadi es ETA, cuando, en realidad, aqu¨ª se ha demostrado electoralmente y en el proceso pol¨ªtico que ETA es una parte muy peque?a de Euskadi. Eso ser¨ªa tanto como identificar al GRAPO con Espa?a, lo cual nadie admite. Ha habido muchos momentos en que el GRAPO ha acaparado tambi¨¦n la atenci¨®n pol¨ªtica y nadie lo ha identificado con Espa?a.
Creemos entonces que aqu¨ª, o hay una gran injusticia o hay una gran manipulaci¨®n. Es decir, el buscar especialmente en ETA el pretexto y la justificaci¨®n para un golpe de Estado, para un cambio de estructuras, acusando al sistema democr¨¢tico, y concretamente al sistema auton¨®mico vasco incipiente, de que no ha sabido arremeter o solucionar el problema no es s¨®lo injusto, sino manipulador. Aqu¨ª, que es donde m¨¢s directamente padecemos el tema del terrorismo, sabemos muy bien que ¨¦ste es un fen¨®meno muy antiguo. Conocemos muchos estados de excepci¨®n, muchas situaciones en las que un poder de un Estado dictatorial ha arremetido con todas sus fuerzas, incluso con una Prensa dirigida en su totalidad contra el fen¨®meno ETA y, sin embargo, no termin¨® con ¨¦l.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre la controvertida pastoral de los obispos vascos?
R. El tema me ha cogido por sorpresa. Estaba en Roma y me enter¨¦ de la existencia de la pastoral, y del revuelo que ha armado, por su peri¨®dico. La le¨ª y rele¨ª y la verdad es que a m¨ª me pareci¨® muy oportuna. Me pareci¨® que pon¨ªa el dedo en la llaga de un fen¨®meno pol¨ªtico y social que se est¨¢ produciendo tras el 23 de febrero. A mi entender creo que se ha tomado por donde quema, como pasa siempre. Nadie se ha fijado en la rotunda condena de ETA, que no es una mera condena, sino que es implicarla en la suerte de un pueblo y en su responsabilidad en esa suerte. Los obispos han dicho lo que los pol¨ªticos no se han atrevido.
P. Recientemente declaraba usted p¨²blicamente que en la actual situaci¨®n el PNV no sacar¨¢ ?bandera blanca?. ?Qu¨¦ valor ten¨ªa esa afirmaci¨®n?
R. Yo dije que el Partido Nacionalista Vasco no sacar¨¢ nunca bandera blanca ante ninguna coacci¨®n. Evidentemente, el PNV, y el pueblo en general, estamos siendo objeto de una coacci¨®n de fuerzas encontradas. No solamente los golpistas justifican su acci¨®n con la problem¨¢tica de Euskadi, sino tambi¨¦n por parte de ETA est¨¢ claro que la coacci¨®n se dirige especialmente contra nosotros. A nosotros, unos u otros nos quisieran claramente en su bando y por ello unos y otros nos llaman ambiguos. Evidentemente, lo que pasa es que nosotros tenemos nuestros propios planteamientos, nuestro camino, que no se ajusta, claro, ni al de ETA ni al de otros sectores que puedan ser golpistas o pr¨®ximos a ellos.
P. En la actualidad son amplios los sectores que al referirse a la situaci¨®n pol¨ªtica que.se vive en Euskadi tienden a dirigir las culpas y a exigir responsabilidades y soluciones casi en exclusiva al PNV. ?C¨®mo valora usted este estado de opini¨®n?
R. Es un tema viejo en este pa¨ªs. En pol¨ªtica hemos visto c¨®mo el PSOE y el PC y otros partidos le echan la culpa a UCD de la crisis pol¨ªtica, del desastre auton¨®mico y econ¨®mico y de otros temas. Aqu¨ª, como dec¨ªa antes, Etiskadi polariza el tema, dir¨ªamos cr¨ªtico, de la vioencia, e incluso de la justificaci¨®n golpista, y el chivo espiatorio es el PNV. El partido es el que tiene la llave de vencer a ETA. Esto es una barbaridad. Se acuerdan de santa B¨¢rbara cuando truena.
El PNV ha estado exponiendo sus tesis desde hace cuatro a?os. El fen¨®meno de la violencia o del te,rrorismo (como lo quieran llamar, porque con los nombres no me duelen prendas) es algo muy antiguo. Nosotros siempre hemos dicho que las ra¨ªces son pol¨ªticas y, por tanto, la soluci¨®n debe ser tambi¨¦n fundamentalmente pol¨ªtica.
Aqu¨ª lo que se est¨¢ disputando entre unos y otros es el pueblo vasco. Si el pueblo vasco tiene, efectivamente, un trauma y una insiatisfacci¨®n pol¨ªtica es por ah¨ª por donde se debe empezar, donde se debe progresar y desde don de se han de despotenciar, dir¨ªamos, una serie de l¨ªneas violentas cuya peligrosidad m¨¢xima es que tengan apoyo popular. Por tanto, lo que se disputa aqu¨ª es el apoyo popular. El PNV siempre ha dicho y lo seguir¨¢ diciendo que la profundizaci¨®n auton¨®mica, el progreso pol¨ªtico, son la clave de la soluci¨®n a la violencia y al terrorismo. Si esto se olvida, y se olvida, las soluciones policiales solas no llevan a ninguna parte.
Yo pregunto, ?qu¨¦ es luchar contra ETA? Algunos entienden que luchar contra ETA es liquidar comandos, y eso lo que ense?a luego es que no se sabe exactamente ni c¨®mo funciona el sistema, que surgen nuevas gentes y que siempre se encontrar¨¢ por ah¨ª fuera gente a la que le interese agitar esta situaci¨®n en Euskadi y apoyar una determinada acci¨®n.
P. ?Teme usted que en la coyuntura originada: por la intentona golpista el Estatuto vasco va a sufrir recortes? ?No pueden ir en esa l¨ªnea las leyes de competencias del Estado o de armonizaci¨®n de las autonom¨ªas?
R. Ese es un tema de futuro. De todas formas, a m¨ª el planteamiento de unas armonizaciones en s¨ª me parece l¨®gico, porque eso deb¨ªa ser una iniciativa de todos. No puede andar cada cual por su lado, porque podr¨ªa resultar efectivamente un caos. Lo que yo no entiendo es que la armonizaci¨®n se pueda hacer a golpe de ley desde Madrid y, sobre todo, si no estamos presentes los interesados. Yo hago la distinci¨®n entre lo que es una armonizaci¨®n desde la perspectiva de un Gobierno central y unas fuerzas centrales desde su propio criterio, sin contar con los dem¨¢s, y lo que debe ser una armonizaci¨®n con la participaci¨®n de todos los interesados. A todos nos. interesa que las cosas se conjunten. Si la concertaci¨®n es una imposici¨®n de recortes en el que un estatuto, que para unos es un m¨ªnimo y para otros es algo desaforado, se intenta arreglar con leyes paralelas venidas del centro, pues eso, evidentemente, eso no es s¨®lo anticonstitucional, sino una burla a la esperanza popular. Si las circunstancias pol¨ªticas son dif¨ªciles, nosotros no tenemos miedo a demorar las cosas siempre que tengamos una perspectiva de ad¨®nde se va con la autonom¨ªa vasca. No tenemos prisa. Lo que no aceptar¨ªamos es, evidentemente, unos recortes, echar agua al vino.
P. ?Cree que el desarrollo auton¨®mico vasco podr¨ªa acaso quedar preservado a cambio de que el PNV y el Gobierno vasco sean, por as¨ª decirlo, m¨¢s flexibles con la utilizaci¨®n de algunos s¨ªmbolos y el uso de palabras, como Espa?a, naci¨®n, Constituci¨®n, y apoyen decididamente las medidas recientemente aprobadas por el Gobierno?
R. Yo creo que en el tema de s¨ªmbolos y en el uso de palabras hay mucha demagogia. Todos esos temas se discutieron cuando se negociaba la Constituci¨®n y el Estatuto. La palabra naci¨®n no entr¨® en el Estatuto; entr¨® la palabra nacionalidad y nosotros lo aceptamos. Sobre los s¨ªmbolos, la reglamentaci¨®n que aparec¨ªa de cara a la utilizaci¨®n de los mismos: banderas, etc¨¦tera, la aceptamos. Por tanto, lo que no se puede decir es que no ha habido una aceptaci¨®n por nuestra parte. El que, por una parte, exista una desaforada utilizaci¨®n de los s¨ªmbolos, que tambi¨¦n considero impropia, y que, por otro lado, haya una escasa utilizaci¨®n, eso puede ser explicado por toda una serie de reticencias y de suspicacias mutuas. Nosotros tambi¨¦n podemos decir de nuestra parte que hay gentes que se niegan absolutamente a utilizar la palabra Euskadi, a ver la ikurri?a, a ponerla en el m¨¢stil. Yo no he visto a¨²n en nuestro ¨¢mbito auton¨®mico la ikurri?a en ning¨²n centro, dir¨ªamos, que dependa del Estado. Sabemos que jur¨ªdicamente no tienen obligaci¨®n de hacerlo, pero tampoco han hecho ellos ning¨²n gesto de aceptaci¨®n de nuestros s¨ªmbolos. Entonces, tal vez tenga su l¨®gica el que exista una especie de reticencia popular a utilizar otros s¨ªmbolos. Yo creo que muchas de estas cosas las ir¨¢ suavizando el tiempo, si efectivamente por lag dos partes hay una voluntad de comprensi¨®n.
P. ?C¨®mo valora la presencia de las Fuerzas Armadas en Euskadi, en el contexto de las nuevas medidas del Gobierno frente al terrorismo?
R. Creo que se trata de una presencia limitada a las fronteras y puertos, bajo un mando civil. Desde ese lado no creo que pueda haber en ello nada antijur¨ªdico. Esa es una cuesti¨®n tambi¨¦n de prudencia pol¨ªtica. Hoy por hoy, pienso que si, efectivamente, la intenci¨®n ha sido la de liberar a determinadas fuerzas policiales para que se puedan dedicar m¨¢s intensamente a su empe?o, puesto que estamos en una situaci¨®n especial, eso puede ser justificable. Mi temor radica en que estos procesos pueden tener una din¨¢mica peligrosa, y no veo claro que ni siquiera a las Fuerzas Armadas les convenga implicarse en este tema. Pero, de cualquier forma, es algo que no es de nuestra incumbencia, ya que el uso de las Fuerzas Armadas no es materia auton¨®mica. Yo dir¨ªa que ser¨¢ el futuro quien debe aclarar qui¨¦n tiene raz¨®n, aunque mucho me temo que no haya sido un acierto.
P. Benegas y pr¨¢cticamente todos los dirigentes de los partidos vascos, excepci¨®n hecha de Euskadiko Ezkerra, han pedido al PNV y al Gobierno vasco que colaboren con la Polic¨ªa Nacional hasta tanto no exista una polic¨ªa aut¨®noma.
R. Nosotros creemos que el problema no es que el PNV colabore o no con la polic¨ªa, porque ah¨ª est¨¢ un Gobierno vasco. El problema es c¨®mo se puede colaborar. El se?or Benegas, entre otros, sabe muy bien que una colaboraci¨®n popular con la polic¨ªa no se va a dar as¨ª como as¨ª, porque hay una larga historia detr¨¢s. Esa es la cuesti¨®n; que hay una parte importante del pueblo vasco que tiene su memoria hist¨®rica, que tiene sus traumas, su propia imagen de las Fuerzas de Orden P¨²blico. Por ello hemos planteado siempre la necesidad de una polic¨ªa aut¨®noma, no s¨®lo porque una comunidad aut¨®noma tiene que tener su propia polic¨ªa, sino porque hay unas razones, que esas s¨ª que son hist¨®ricas, de unas relaciones muy turbulentas con determinadas polic¨ªas que ese pueblo relaciona. Y ese estado de cosas no va a conseguir superarlo ni Txiki Benegas ni el PNV si ese pueblo no est¨¢ persuadido de algo. Lo que yo hubiera pedido al se?or Benegas y otros es que hubieran puesto m¨¢s empe?o, a su tiempo, en que hubiera habido una polic¨ªa aut¨®noma y no se hubiera perdido tanto tiempo. Un a?o ha estado la Junta de Seguridad sin constituirse. Hay, pues, raz¨®n para que estemos en la situaci¨®n en que estamos.
P. ?C¨®mo juzgas la actual estrategia de ETA Militar?
R. Es dif¨ªcil juzgarla porque no sabemos exactamente lo que pasa en su seno. Desgraciadamente, tenemos muy poca informaci¨®n de la realidad interna de ETA. A partir de esta situaci¨®n, externamente sus acci¨®nes, y m¨¢s concretamente los asesinatos de los militares en unos momentos tan decisivos, despu¨¦s de un intento de golpe de Estado y tras la conmoci¨®n social que ¨¦ste ha producido, visto desde fuera, no puede urio menos de juzgar que son intentos claros de desestabilizaci¨®n e involuci¨®n. En ese sentido, ETA no solamente es una organizaci¨®n que utiliza las armas del terror, sino que adem¨¢s es una fuerza involucionista. En ese sentido, l¨®gicamente, para todos aquellos que vamos por una v¨ªa pol¨ªtica de di¨¢logo e institucional sin ninguna vacilaci¨®n, ETA termina siendo un peligro de una enorme magnitud, porque da al traste con toda nuestra alternativa.
P. ?C¨®mo se ve hoy entre la militancia del Partido Nacionalista Vasco la actuaci¨®n de ETA?
R. Yo dir¨ªa que la militancia del PNV ha estado frente a ETA siempre, por la sencilla raz¨®n de que la militancia es el asumir una opci¨®n, y la opci¨®n del partido ha sido siempre radicalmente contraria a la de ETA. En la medida en que, evidentemente, hay cosas que defiende ETA que tambi¨¦n defiende gente del PNV y otros, pues se puede decir que hay cosas que se comparten, pero no puede decirse de ninguna forma que haya concomitancia ninguna con ETA.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre el env¨ªo de cartas, presuntamente firmadas por ETA, con amenazas a cargos electos del PNV?
R. Creo que el documento es falso. Si fuera verdadero, repito lo dicho en otra ocasi¨®n: si se trata de un reto de ETA, que sepan que lo aceptamos con todas sus consecuencias.
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