Paquirri acapara todos los trofeos de la feria de Sevilla
Importante mejor¨ªa en la presentaci¨®n del ganado en la Maestranza
Todos los trofeos de la feria de Sevilla que importan -triunfador absoluto, mejor faena, mejor estocada- han sido acaparados por Paquirri, cuya profesionalidad, consolidada ya hace muchos a?os, ha tenido en este abono un componente de calidad que no es habitual en el diestro barbate?o.
Sus actuaciones, redonda la primera tarde, que culmin¨® con la salida a hombros por la Puerta del Pr¨ªncipe, truncada por una cogida impresionante la segunda, que termin¨® en la enfermer¨ªa, han tenido las recompensas de los premios dichos, de la un¨¢nime valoraci¨®n como figura indiscutible por parte de los aficionados, y del alza de su cotizaci¨®n, que se ha reflejado ya en la feria de San Isidro, donde vendr¨¢ cobrando unos honorarios muy superiores a todos los dem¨¢s toreros.Por otra parte, la feria de abril ha tenido unas pautas de inter¨¦s muy superiores a anteriores ediciones, y aunque no se ha erradicado del todo esa res del fraude que temporada tras temporada ven¨ªa caracteriz¨¢ndola (por ejemplo, la presentaci¨®n, fuerza y comportamiento de la corrida de Sayalero y Bandr¨¦s fue de aut¨¦ntica verg¨¹enza), este a?o se han visto toros mucho mejor presentados,- con correctas condiciones para la lidia, que daban categor¨ªa y m¨¦rito a los espadas. Y en lo que a la presidencia se refiere, que habitualmente era un coladero, ha habido m¨¢s seriedad en el cumplimiento de las prescripciones reglamentarias.
Bravura excepcional
Hubo un toro en la feria de excepcional bravura, que fue el sexto de Carlos N¨²?ez, llamado Fulero. Embisti¨® siempre fijo, alegre e incansable, al primer cite; tom¨® tres varas arranc¨¢ndose pronto desde la boca de riego y crecido al castigo; en banderillas, de las que no se doli¨®, tambi¨¦n fue pronto y alegre, y conserv¨® su embestida, adem¨¢s nobil¨ªsima, durante todo el ¨²ltimo tercio. Eruditos a la violeta, que tambi¨¦n proliferan entre aficionados y taurinos, pusieron el reparo de que este toro escarb¨® una vez en ¨¦l tercio de banderillas, y es cierto; pero no pudo ser -ni nos pareci¨®- una prueba de mansedumbre, aunque habitualmente ¨¦ste sea un dato a tener en cuenta cuando se juzga la bravura dudosa. No es s¨®lo la mansedumbre lo que hace escarbar a un toro.En el punto opuesto a Paquirri qued¨® Manzanares, precisamente por la lidia que dio a ese toro de excepci¨®n, al que cort¨® una oreja y, parad¨®jicamente, le ocasiono uno de los m¨¢s grandes fracasos de su carrera. Ya es t¨®pico en tauromaquia decir que los toros bravos descubren a los toreros, y Fulero ha dado fuerza a ese t¨®pico para muchos a?os m¨¢s. A su embestida suave, pronta, repetida cuantas veces se le ofrec¨ªa la muleta, no supo responder Manzanares con un toreo ni de arte ni de dominio. Su recurso consisti¨® en pegar pases, empe?ado en que fueran largos, casi siempre sin ligaz¨®n y nunca inspirados. Su oferta se cifr¨® en la vulgaridad, a despecho de la clase singular del toro, y hasta hubo veces en que no pod¨ªa con su encastada acometida y, para disimularlo, se amparaba en las triqui?uelas del circular, meterse en los costillares o aun agarrarse a los lomos del animal.
Los V¨¢zquez
La primera corrida de abono trajo el feliz reencuentro con la torer¨ªa de Manolo V¨¢zquez, de la que hizo gala en tarde de ¨¦xito, y la esperada alternativa de Pepe Luis, cuya actuacion de ese d¨ªa no pasar¨¢ a la historia. Pepe Luis sale de la feria de Sevilla sin cr¨¦dito, pues raro es el taurino o el aficionado que se lo otorga. Pero seguimos apostando por este espada, que lleva dentro una calidad torera fuera de serie. Nunca ser¨¢ diestro de batalla, cosechador de triunfos y de trofeos. Pero cuajar¨¢ tardes en la cumbre y ¨¦stas ser¨¢n inolvidables. Est¨¢ en la l¨ªnea de toreros de sentimiento que necestian m¨¢s la inspiraci¨®n que del oficio para encontrarse a gusto ante la cara del toro.
Emilio Mu?oz, revalorizado
Emilio Mu?oz, muy valiente, con el oficio aprendido, y adem¨¢s torer¨ªa, se ha revalorizado en Sevilla; D¨¢maso Gonz¨¢lez se mostr¨® tal cual es con los Miura; Espartaco est¨¢ en la l¨ªnea de bullidor que se espera de ¨¦l; los hermanos Campuzano no tuvieron suerte con sus lotes, pero demostraron que hay en ellos estimables toreros en potencia; Curro qued¨® in¨¦dito las cinco tardes que hizo el pase¨ªllo, y lo mismo Paula, que no aprovech¨® un toro de gran nobleza. Macandro y Pepe Luis Vargas derrocharon valor con los dif¨ªciles Guardiola. Este se gan¨® a pulso su inclusi¨®n en la feria de San Isidro.Y ahora viene Madrid, la primera feria del mundo, que pondr¨¢ en su sitio a cada torero, pues se han de medir con un p¨²blico exigente y toros de respeto.
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