Italo Calvino: "Me aburro escribiendo"
El novelista italiano visita Espa?a estos d¨ªas
Italo Calvino, italiano, 58 a?os, uno de los novelistas europeos m¨¢s interesantes de la actualidad, declara que se aburie escribiendo, y por eso trata de no saber el final de las historias que narra, una de las cuales, Si una noche de invierno un viajero, acaba de ser publicada en Espa?a, donde est¨¢ estos d¨ªas este personaje esc¨¦ptico y brillante. En una entrevista a la que se prest¨® con cierta desgana habl¨® de su literatura y del libreto que prepara para una obra inacabada de Mozart.
El novelista Italia no Italo Calvo Calvino est¨¢ estos d¨ªas en Madrid para grabar un programa de televisi¨®n del que ha quedado satisfecho, seg¨²n dice al comienzo de esta entrevista, a la que se somete con amabilidad y desgana. A primera vista sorprende su aparente juventud, su altura y sus zapatos maravillosos e italianos. No est¨¢ muy de acuerdo con los cr¨ªticos que consideran que sus primeras obras son de un realismo brutal. Piensa que ya entonces empleaba elementos imaginativos y que en sus novelas posteriores no existe una separaci¨®n absoluta de la realidad.?Los cr¨ªticos coinciden en que cada libro m¨ªo es un trabajo solitario. De la escritura no se obtiene ninguna satisfacci¨®n; los grafemas no son un resultado tangible, por eso en cada libro, tengo que cambiar.
Para evitar el aburrimiento, intento emplear po¨¦ticas distintas, nuevas. Escribo ¨²nicamente porque no tengo otro medio para crear?, dice Calvino.
Para el novelista italiano, sus obras ?son s¨®lo peque?as islas que sobresalen en el oc¨¦ano de lo escrito. Las islas son cimas de ciertas cordilleras o monta?as cubiertas por un oc¨¦ano de silencio?.
Es dif¨ªcil entrevistar a Calvino, porque ?yo no creo en la expresi¨®n inmediata. Cuando realizo mi obra, escribo y borro constantemente. Odio lo aproximativo. La primera palabra que se nos ocurre no es nunca la verdadera, y a m¨ª s¨®lo me satisface el lenguaje cuando llego a su centro, a lo preciso?.
No es cierto, dice Italo Calvino, que no crea en la espontaneidad. ?Yo trabajo para llegar a la espontaneidad, porque la espontaneidad es un punto de llegada, no un inicio. La primera cosa que uno dice no es nunca sincera, ingenua, sino algo ya dicho, un lugar com¨²n. Para llegar a decir algo espont¨¢neo, uno debe trabajar mucho, es decir, fingir mucho. Se llega a la sinceridad despu¨¦s de una serie de pruebas diferentes, de m¨¢scaras distintas. El punto de llegada es la m¨¢scara que coincidecon tu rostro?.
Sobre el ¨²ltimo libro que ha publicado en Espa?a, Si una noche de invierno un viajero, opina Italo Calvino: ?Consiste en una serie de m¨¢scaras distintas. ?El final? Yo siento el placer de acabar, el placer de la obra terminada. El problema es comenzar un libro sabiendo que debe seguirse en ¨¦l. En Si una noche de invierno un viajero, yo pod¨ªa entregarme al placer de empezar no teniendo ese problema, esa incomodidad de conocer lo que va a pasar despu¨¦s. Ese libro es un volumen de inicios bastante autosuficientes, aunque algunos de ellos sean relatos breves, cuento, porque lo que yo deseaba era construir el movimiento de la novela de ma nera que la tensi¨®n del lector no se detuviera jam¨¢s. El final es una forma de terminarla de una ma nera redonda, c¨ªvica?.
Italo Calvino ha terminado ahora un libreto para una ¨®pera de Mozart que estaba inconclusa, Zaide. ?No exist¨ªa un libreto entero, sino s¨®lo las arias, los coros y alg¨²n fragmento dram¨¢tico, y por eso ha sido representada siempre con libretos falsos, convencionales. Yo he escrito el texto del narrador, un texto para que alguien vaya encuadrando las partes cantadas. Mi libreto presenta varias hip¨®tesis de lo que sucede dentro de una historia hipot¨¦tica con soluciones m¨²ltiples, respetando siempre, por supuesto, lo que escribi¨® Mozart?.
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