Merce y Jaume, o el intento de un equipo m¨¦dico en el Alto Ampurd¨¢n
?Trabajar como m¨¦dico rural es una opci¨®n dura. Atrae por lo buc¨®lico, pero puede llegar a convertirse en una cosa opresiva?, afirma Merce Fores, m¨¦dico de la peque?a localidad de Agullana, distante unos tres kil¨®metros del pueblo fronterizo de La Junquera, en el Alto Ampurd¨¢n.Agullana cuenta con seiscientos habitantes. La plaza de m¨¦dico tiene agregado el servicio de los pueblos de La Vajol y Cantallops, con lo que el n¨²mero de pacientes se acerca al millar. Se trata, esencialmente, de una poblaci¨®n adulta, por no decir geri¨¢trica. La zona del Alto Ampurd¨¢n tiene censados -en el per¨ªmetro formado por Agullana, La Junquera y Pont Molins- unos quinientos ni?os. Trescientos cincuenta de ellos corresponden a La Junquera, la poblaci¨®n m¨¢s desarrollada, debido, principalmente, al hecho de ser una localidad fronteriza con la proliferaci¨®n del comercio tur¨ªstico.
La problem¨¢tica de la zona tiene dos vertientes. Por una parte, los problemas comunes a la condici¨®n de m¨¦dico rural: la falta de infraestructura sanitaria. y las escasas, cuando no nulas, posibilidades de reciclaje para el m¨¦dico rural. En este sentido, los m¨¦dicos de esta zona, del Alto Ampurd¨¢n han debido de coordinarse para suplir con su iniciativa personal los d¨¦ficit asistenciales.
El m¨¦dico de Agullana, junto con los de La Junquera y Pont Molins -Merce Bonet y Jaume Domenech-, decidieron, hace ya tiempo, constituirse en equipo de trabajo y encargarse de toda la zona de manera global. Organizaron las comisiones de sanidad en los diversos pueblos y as¨ª, pudieron mejorar, con la ayuda activa de los propios pacientes, los escasos medios con que se contaba. Un cuarto m¨¦dico y un secretario se han unido al equipo. El sueldo de estos ¨²ltimos deber¨¢ salir de las aportaciones de los tres m¨¦dicos titulares y de las comisiones de sanidad. Ahora el equipo ha conseguido abrir historial m¨¦dico a todos los pacientes, y los casos que presentan alguna complicaci¨®n o duda son tratados en sesiones cl¨ªnicas semanales.
?La soluci¨®n, sin embargo?. afirma Merce Fores, ?s¨®lo est¨¢ en los centros rurales de urgencia, con equipamiento de ambulancias que permitan al m¨¦dico desplazarse con rapidez y efectividad ?.
En este sentido, los tres m¨¦dicos citados gestionan actualmente con la Generalidad que la zona y su servicio m¨¦dico puedan ser declarados centro piloto.
El reciclaje es otra de las grandes preocupaciones de esos m¨¦dicos, en gran n¨²mero de casos licenciados con menos de cinco a?os de ejercicio de la profesi¨®n. ?Ir una vez por semana?, se?ala Merce Fores, ?a un servicio de cualquier hospital de Barcelona representa gastarte 5.000 pesetas de tu bolsillo?.
Problemas en la frontera
Por otra parte, la zona fronteriza del Alto Ampurd¨¢n reporta los problemas propios de la existencia del paso fronterizo. El volumen de entradas y salidas por La Junquera es muy alto, casi 60.000 personas al d¨ªa cruzan la frontera. Ello es fuente continua de incidencias en las que el m¨¦dico de la zona debe intervenir de manera poco menos que decisiva.
El equipo de m¨¦dicos es partidario de que el Insalud instale un centro de informaci¨®n que solucione las m¨²ltiples consultas, que se derivan de los problemas planteados por los pacientes extranjeros: convalidaci¨®n de seguras, accidentes, control de enfermedades...
La mayor¨ªa de los problemas se ha suscitado en relaci¨®n con la droga. Cuando alg¨²n traficante es detenido en la frontera, y ¨¦ste es adem¨¢s adicto, suelen presentar s¨ªndromes de abstinencia a las pocas horas de la detenci¨®n. El problema debe tratarse, pero tampoco hay medios. El heroin¨®mano con s¨ªndrome de abstinencia debe enviarse a Valencia, donde existe un centro de recuperaci¨®n.
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