Diagn¨®stico por tel¨¦fono de lesiones card¨ªacas en el Pirineo
La posibilidad de hacer una medicina bastante avanzada para a la vez, en ocasiones, verse obligado a ejercer la m¨¢s primaria se unen en el doctor Gabriel Sazatornil, m¨¦dico titular de Bolta?a, en el Pirineo aragon¨¦s. Un hombre de 57 a?os que lleva casi veinte dedicado a la medicina rural, pero que adem¨¢s la vivi¨® desde ni?o, porque su padre fue tambi¨¦n m¨¦dico en Bolta?a durante cuarenta a?os.Los Sazatornil -ambos naturales del lugar- tienen una excelente fama en la comarca. ?El padre sac¨® de apuros a m¨¢s de un compa?ero, sobre todo en los partos?, comenta un vecino. El hijo, por su parte, es el ¨²nico en toda la zona que dispone de unos medios nada frecuentes en el ¨¢mbito rural: laboratorio, rayos X, enfermeras (monjas).... y muy pronto hasta tendr¨¢ un aparato capaz de diagnosticar lesiones cardiacas por sistema telef¨®nico. Esto se debe a que en Bolta?a existe un centro hospitalario, dependiente de una mutualidad de Barcelona, que hace de sanatorio antituberculoso y residencia de ancianos, cuyo ¨²nico responsable es el doctor Sazatornil. El intenta compartir estos medios con los titulares de Ainsa y Arcusa -?as¨ª podemos hacer una medicina de equipo?-, un equipo muy bien avenido que se turna en las guardias de los fines de semana.
Subir en burro y bajar andando
Como contraste est¨¢ la otra cara de la realidad. ?Ahora tengo pocos pueblos anejos, y casi todos con pista... Me queda alguno, como Ascaso, en donde hay que subir en burro y bajar andando?. En Ascaso, antes, eran ocho familias, pero ahora s¨®lo queda una. ?Hace unos dos a?os que no subo, suelen bajar ellos?. Peor era cuando estaba en Laspu?a -el doctor Sazatornil pas¨® all¨ª nueve a?os antes de ganar el concurso para Bolta?a- ? Hab¨ªa situaciones en las que casi te ve¨ªas impotente... Una vez nev¨® tanto que tuve que dejar el coche a tres horas de donde me requer¨ªan para una hernia estrangulada; era en Nerin, en el A?isclo... Tuvimos que improvisar una camilla con una escalera y volver a caminar otras tres horas hasta el coche... Afortunadamente, el enfermo se salv¨®?.
Llamadas nocturnas
Este hombre, que confiesa no haber tenido de ni?o vocaci¨®n por la medicina -?Ie ten¨ªa prevenci¨®n; yo ve¨ªa a mi padre esclavo todo el d¨ªa, que le interrump¨ªan las comidas, que le sacaban de la cama por la noche?-, termin¨® por decidirse al acabar el bachillerato. ?S¨ª, acert¨¦; he tenido suerte y soy feliz?.
Las cosas han cambiado. ?Ahora tenemos horario de consulta?. Pero, aun as¨ª, ?el principal inconveniente es la sujeci¨®n? y las llamadas nocturnas, ?aunque siempre las hacen con raz¨®n ?.
El partido judicial de Bolta?a -como pasa en todo Arag¨®n- es muy amplio y poco poblado. Aqu¨ª adem¨¢s hay mucha zona de monta?a. La clientela habitual es de unas 1.400 personas, pero en verano, por el turismo, el trabajo se triplica.
El m¨¦dico de Bolta?a, director del sanatorio antituberculoso, dentista, forense sustituto, lo mismo saca una muela, que enyesa una fractura, que hace una radioscopia de est¨®masgo, que extrae un anzuelo de la nariz a uno de los muchos pescadores de la zona, que certifica la muerte de un monta?ero, que acude a la llamada de un problema conyugal. ?Aqu¨ª, es cierto, conoces a las personas, tienes su historia cl¨ªnica, aunque no te digan nada... Y el m¨¦dico es tambi¨¦n confesor, psic¨®logo, educador... No s¨®lo vienen problemas m¨¦dicos?.
Gabriel Sazatornil, un hombre feliz que hace felices a los dem¨¢s, s¨®lo lamenta de verdad el separarse de sus cuatro hijos para que estudien... Ninguno de ellos, hijos y nietos de m¨¦dico rural, han elegido, sin embargo, la medicina como profesi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.