Mosc¨² guarda un extra?o silencio
La Prensa sovi¨¦tica sigue ignorando la advertencia realizada por el Kremlin al Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), comunista. En medios oficiales ni se ha desmentido ni confirmado este documento, que ha sido dado a conocer por algunos medios de comunicaci¨®n occidentales.Ayer fue un d¨ªa de tregua en la guerra de nervios entablada por la Prensa de Mosc¨². S¨®lo Trud (¨®rgano de los sindicatos sovi¨¦ticos) hablaba ayer de Polonia. Criticando una visita realizada a Jap¨®n por los l¨ªderes de Solidaridad, Trud descalificaba la ?diplomacia sindicalista? polaca y afirmaba que s¨®lo el Gobierno de Varsovia puede, pedir ayuda al extranjero.
Pero, si bien ayer los diarios moscovitas guardaron silencio sobre la crisis polaca, la publicaci¨®n en Occidente de la advertencia del Kremlin al POUP dio lugar a todo tipo de especulaciones entre los observadores occidentales en la capital sovi¨¦tica.
Algunos creen ver cierto paralelismo entre la situaci¨®n actual y la que se produc¨ªa hace justamente trece a?os con respecto a Checoslovaquia, semanas antes de que los tanques del Pacto de Varsovia entraran en Praga.
El anuncio de que los pa¨ªses del Pacto de Varsovia se reunir¨¢n la pr¨®xima semana en Sof¨ªa no ha servido, precisamente, para quitar argumentos a los m¨¢s pesimistas. El bloque eurooriental parece coincidir en que el POUP se encuentra a punto de franquear los l¨ªmites de lo permitido, accediendo a romper su monopolio de poder.
Siguiendo el juego de los paralelismos con la Primavera de Praga de 1968, s¨®lo Ruman¨ªa parece dispuesta a permanecer al margen. Seg¨²n rumores llegados desde Budapest, incluso Hungr¨ªa -cuya Prensa ha seguido con bastante cautela la crisis polaca- estar¨ªa dispuesta a endurecer su postura frente a Varsovia, cediendo a las presiones de otros pa¨ªses de la zona.
Posible aplazamiento del Congreso
En Mosc¨² se especula tambi¨¦n con la posibilidad de que sea aplazado el noveno congreso del POUP, que deber¨ªa inaugurarse el pr¨®xima 14 de julio. La suspensi¨®n temporal de esta reuni¨®n plenaria de los comunistas polacos permitir¨ªa ganar tiempo y evitar -al menos de momento el triunfo de las tesis renovadoras.
Todos los observadores coinciden en que el silencio manifestado durante los dos ¨²ltimos d¨ªas por la Prensa sovi¨¦tica hace presagiar novedades. Los signos son muy inquietantes, pero -marcando una diferencia sustancial con la crisis checoslovaca de hace trece a?os- queda la certeza casi absoluta de que una intervenci¨®n como la de entonces no resultar¨ªa ni tan sencilla ni tan incruenta.
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