El acuerdo sobre empleo es la rampa del relanzamiento econonuco espa?ol, seg¨²n Garc¨ªa D¨ªez
?El acuerdo sobre empleo es la rampa del relanzamiento econ¨®mico espa?ol?, seg¨²n el ministro de Econom¨ªa, Garc¨ªa D¨ªez. Pocas veces la capacidad de ilusi¨®n de un acuerdo ha dado unos resultados aparentemente tan esperanzadores como ha ocurrido con el recientemente firmado acuerdo nacional sobre el empleo. Durante semanas y semanas, en los ¨²ltimos a?os, los espa?oles han vivido, masoquistas, revolvi¨¦ndose entre los datos de una depresi¨®n cada vez m¨¢s ilustrada: m¨¢s paro, m¨¢s inflaci¨®n, m¨¢s incertidumbre, m¨¢s suspensiones de pagos, m¨¢s tristeza... De repente, la Bolsa sube en progresi¨®n casi geom¨¦trica y entra en el sistema econ¨®mico aire nuevo. Y se empieza a decir que hay posibilidades de que en un futuro no muy lejano toda la gama de desgracias anteriores comience a restar puntos: menos paro, menos inflaci¨®n, etc¨¦tera. Y el brevaje m¨¢gico que parece haber aunado estas expectativas dicen que se llama acuerdo nacional sobre empleo. Esta medicina, ?cura de verdad las enfermedades org¨¢nicas o simplemente despeja los malestares ps¨ªquicos de la depresi¨®n econ¨®mica?
Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez, ministro de Econom¨ªa y Comercio, aporta aqu¨ª sus respuestas a todo ello. Garc¨ªa D¨ªez lleva cuatro a?os de ministro, excepto un intervalo de cuatro meses de destierro, por disidencia con Abril Martorell. Y pocas veces se ha sentido tan sinceramente satisfecho, con ganas de contagiar su buena nueva: todav¨ªa quedan esperanzas.-Pregunta. Desde un primer momento se ha distinguido entre los efectos psicol¨®gicos y los efectos reales del acuerdo nacional sobre el empleo. Para el ministro de Econom¨ªa, ?cu¨¢les se pueden destacar entre los primeros?
Respuesta. Efectivamente, hay que diferenciar el propio contenido del acuerdo de sus efectos psicol¨®gicos, del hecho de que haya un acuerdo entre Gobierno, patronal y centrales sindicales. Esto ¨²ltimo indica que cuando el pa¨ªs se enfrenta con situaciones dif¨ªciles responde bien, que las instituciones tratan de resolver juntas los problemas. Para el espa?ol medio, el que hayamos sacado -y utilizo el plural, no refiri¨¦ndome al Gobierno, sino a todos los interlocutores- adelante un acuerdo que era muy dif¨ªcil de negociar tiene que darle esperanza.
P. ?Es esta la esperanza que ha repercutido para que en los ¨²ltimos d¨ªas haya una cierta euforia -que arrecia con la subida de las bolsas en los medios econ¨®micos del pa¨ªs?
R. Yo creo que s¨ª, que han coincidido un buen n¨²mero de sucesos positivos que han sido suficientes para que la gente recobre la esperanza perdida. Se han juntado una figura que inspira respeto y confianza, como es la del presidente Calvo Sotelo; unos elementos internacionales que no son malos, sobre todo comparando con pasados tiempos, como son los de que el petr¨®leo va a pasar un a?o de estabilidad en los precios e incluso de rebaja, aunque yo personalmente no creo mucho en grandes rebajas. Cada d¨®lar que baja el barril, para nosotros es un alivio importante; se junta tambi¨¦n el hecho del acuerdo sobre el empleo, que en el terreno econ¨®mico da unas expectativas claras. La mezcla de todo esto ha producido un cierto cambio a favor en la atm¨®sfera. Los espa?oles est¨¢n hoy un poco m¨¢s optimistas
P. Volviendo al acuerdo sobre el empleo y a sus efectos directos, es decir, a la posibilidad de creaci¨®n de 350.000 puestos de trabajo. ?Por qu¨¦ esa cifra?
R. El compromiso del Gobierno es claro: que a finales de 1982 la poblaci¨®n asalariada global sea la misma que ahora. Se estima que esto requiere crear 350.000 puestos de trabajo para sustituir a los que se pierdan durante el per¨ªodo. Esto es s¨®lo una estimaci¨®n; puede ser posible crear menos puestos de trabajo si se destruyen menos. 350.000 empleos es el m¨¢ximo previsible de p¨¦rdida. A priori no se puede asegurar c¨®mo se generar¨¢n esos puestos de trabajo, pero s¨ª se puede montar una pol¨ªtica econ¨®mica que lo facilite.
P. ?Y cu¨¢l es esa pol¨ªtica econ¨®mica? ?En qu¨¦ difiere de la aplicada hasta el momento?
R. En primer lugar, la inversi¨®n p¨²blica que figurar¨¢ en los Presupuestos Generales del Estado, que todav¨ªa est¨¢n sin terminar, pero que se estima en un incremento de 150.000 millones de pesetas, alrededor del 23 % m¨¢s que en 1981. Hay que pensar que estamos pensando en un a?o con menos inflaci¨®n, lo que quiere decir que en t¨¦rminos reales supone un incremento superior. Dentro del propio acuerdo hay mecanismos previstos que crean directamente empleo; por ejemplo, los contratos subsidiados para quien est¨¢ en el desempleo o los contratos en formaci¨®n o en pr¨¢cticas para j¨®venes, sobre los cuales se har¨¢n convenios concretos con las organizaciones empresariales; por ejemplo, el mecanismo establecido de jubilaci¨®n a los 64 a?os, que va ligado al principio de que el que sale de una empresa es sustituido por otro trabajador, etc¨¦tera. Despu¨¦s est¨¢ lo que para m¨ª es m¨¢s importante: la capacidad del sector privado de crear empleo porque se le ha fijado un marco m¨¢s favorable que el que hab¨ªa hasta ahora. El Gobierno est¨¢ dispuesto a asumir, aunque no lo dice el texto del acuerdo, un compromiso de pol¨ªtica econ¨®mica que consiste en que en 1982 el cr¨¦dito al sector privado crezca tres puntos por encima de la inflaci¨®n que prevemos, es decir, que haya un crecimiento real del cr¨¦dito de tres puntos. Esto da un margen muy importante para la inversi¨®n privada, que, por otra parte, est¨¢ ya reanim¨¢ndose algo, aunque en cifras muy modestas todav¨ªa. En 1980 tuvimos formaci¨®n bruta de capital positiva y este a?o seguir¨¢ as¨ª. Para hacer posible este objetivo de tres puntos de crecimiento real del cr¨¦dito hay que actuar en algunos terrenos: el d¨¦ficit presupuestario, dej¨¢ndolo entre 3,6 y 3,8 puntos del PIB; tambi¨¦n tenemos que moderar el crecimiento de los gastos de la Seguridad Social, para que el incremento se quede por debajo del 14%; y si tenemos mejoras en la recaudaci¨®n que nos permitieran financiar m¨¢s gasto, en vez de hacer esto ¨²ltimo, se descargar¨ªan las cuotas, adem¨¢s del 1 % a que nos hemos comprometido en el pacto. Hay otro punto que tampoco aparece en el texto del acuerdo y es que en la nueva ley de Presupuestos vamos a introducir alg¨²n est¨ªmulo fiscal al ahorro y a la inversi¨®n, y concretamente un sistema de cuentas de ahorro bloqueadas con desgravaci¨®n fiscal para los peque?os y medianos ahorradores, que es un sistema que funciona en Alemania desde hace alg¨²n tiempo y que lo hace bastante bien. Por ¨²ltimo, vamos a intentar acercar los tipos de desgravaci¨®n que hoy hay en inversiones, que privilegian mucho a unos tipos de inversi¨®n respecto a otros. Por supuesto, tambi¨¦n vamos a tratar de que el presupuesto inicial y el presupuesto final se parezcan lo m¨¢s posible...
P. ?Y los costes financieros?
R. En este momento se puede afirmar que las medidas de liberalizaci¨®n del pasado mes de enero no han venido acompa?adas de una subida en el coste del dinero con car¨¢cter general. Pensamos que, si se mantiene una situaci¨®n monetaria como la prevista, no hay motivos para que haya subidas significativas del coste del dinero. Ser¨ªa deseable que se frenase un poco el crecimiento de los tipos pasivos, en donde quiz¨¢ hay un exceso de competencia por captar recursos, que presiona sobre el sistema. Pero este freno se debe producir en la libertad del mercado, sin dar, por supuesto, marcha atr¨¢s en la liberalizaci¨®n del sistema.
P. ?Y c¨®mo est¨¢ evolucionando el sector p¨²blico en cuanto a creaci¨®n de puestos de trabajo?
R. El sector p¨²blico siempre est¨¢ creando puestos de trabajo. Ha creado puestos de trabajo en la Administraci¨®n y ha creado empleo a trav¨¦s de la inversi¨®n p¨²blica directa e indirecta. Es dificil¨ªsimo cuantificar esta cifra de empleo, lo que si se puede es afirmar que, como tendencia, por la inversi¨®n p¨²blica directa se generaran bastante menos puestos de trabajo de los que figuran en el acuerdo que a trav¨¦s de la inversi¨®n privada. Lo que ocurre es que con los contratos subsidiados se puede hablar de decenas de miles de empleos.
P. ?Qu¨¦ gana y que pierde el Gobierno con este acuerdo? ?Cu¨¢l es el coste de la operaci¨®n?
R. El Gobierno ha ganado una base m¨¢s clara para aplicar su pol¨ªtica econ¨®mica y una atm¨®sfera esperanzadora de que las cosas pueden ir mejor. Tambi¨¦n gana puntos en la lucha contra la inflaci¨®n. En cuanto a lo que pierde, hay que corregir el verbo; ni m¨¢s que decir qu¨¦ pierde, hay que decir qu¨¦ pone. Bueno, pues pone una p¨¦rdida de libertad en algunas decisiones porque las compromete ya, pone 350.000 millones de pesetas para la Seguridad Social, pone un compromiso a exigir de empleo y una amplia participaci¨®n de las centrales sindicales en varias instituciones, lo que lleva consigo para estas ¨²ltimas un empuje para su consolidaci¨®n. En cuanto al coste en pesetas para el Estado, est¨¢ la diferencia de lo que hubi¨¦ramos puesto en Seguridad Social si no hubiera habido acuerdo, que son 25.000 millones de pesetas menos; en cobertura y subvenciones a contratos de desempleados, el 40% de las medidas extraordinarias, que son de 15.000 a 20.000 millones de pesetas; el compromiso de situar a los funcionarios en el tope menor de la banda salarial, es decir, en el 9%, que pueden suponer otros 12.000 millones. Este es el tipo de costes directos que, desde el punto de vista presupuestario, el acuerdo puede suponer.
P. ?Hay pactos secretos con las centrales o con CEOE, laterales al mismo acuerdo?
R. Respecto a lo que se ha dado en llamar el ?pacto secreto? con las centrales sindicales, he de decir que, al margen y despu¨¦s de la firma del acuerdo sobre empleo, establecimos con las centrales sindicales que en los proyectos de presupuestos de los pr¨®ximos tres a?os se incluir¨ªa una partida de ochocientos millones de pesetas para apoyar la consolidaci¨®n sindical. Yo creo que Espa?a necesita sindicatos fuertes y que ahora y en el futuro inmediato es conveniente apoyar el desarrollo sindical. Y me parece que hay pocas formas m¨¢s claras y m¨¢s legales de hacerlo que a trav¨¦s de un presupuesto que tiene que aprobar las Cortes. Esto no afecta al destino definitivo que se d¨¦ al patrimonio sindical, ni a los derechos que otros, sean organizaciones empresariales, sea el Estado, tengan sobre ese patrimonio. A quien afecta es a las propias centrales, que ver¨¢n disminuida cualquier liquidaci¨®n futura en la cuant¨ªa de las subvenciones que se les conceden, y que durante tres afios renuncian a reclamar la liquidaci¨®n del patrimonio. Y en cuanto a edificios vac¨ªos, lo que decimos es que, previa negociaci¨®n, se asignar¨¢n en usufructo a organizaciones de empresarios y trabajadores, lo que parece razonable.
P. ?Qu¨¦ mensaje se les puede ofrecer al mill¨®n y medio de parados que hay ahora de que van a volver a trabajar en alg¨²n momento cercano de su vida?
R. Hay un doble mensaje. En pnmer lugar, estamos tratando de cubrir y proteger mejor a quien desgraciadamente est¨¢ parado; segundo, estamos invirtiendo la tendencia de la econom¨ªa. Durante los dos o tres ¨²ltimos a?os la econom¨ªa ha estado destruyendo empleo; lo que estamos buscando ahora es frenar la destrucci¨®n de empleo, para luego empezar a crear empleos netos. Siempre hemos dicho que el problema del paro no le vamos a poder resolver en dieciocho meses; lo que estamos haciendo es sentar bases ... ? .
P. Todo esto est¨¢ muy bien, pero al parado no le sirve de mucho decirle que a partir de dentro de dos a?os empezar¨¢ a tener esperanzas de trabajo...
R. Bueno, lo que ocurre es que los parados no siempre son los mismos: entran y salen. Hay much¨ªsima movilidad, el mill¨®n y medio de parados de hoy no son los de hace tres meses, ni los de dentro de un a?o. Aparte del componente de fraude que existe en los registros por ejemplo, hay gente que tiene trabajo y est¨¢ registrada en la oficina correspondiente porque quiere un trabajo mejor. La estad¨ªstica cuenta a estas personas como registrada en busca de empleo...
P. Casi por ¨²ltimo, cabe hacerse la pregunta de ?qu¨¦ hubiera ocurrido si no hubiese habido pacto? ?No hubiera expresado el Gobierno exteriormente un similar optimismo?
R. De ning¨²n modo. Las perspectivas hubieran sido, sin la menor duda, peores, y a mayores elementos de incertidumbre, el Gobierno hubiera tenido que aplicar una pol¨ªtica presupuestaria y monetaria bastante m¨¢s dura. Los salarios se hubieran movido en niveles m¨¢s altos y ni siquiera hubi¨¦ramos tenido la seguridad de estar conservando el poder adquisitivo porque la inflaci¨®n hubiera sido m¨¢s alta, hubi¨¦ramos tenido m¨¢s desempleo, expulsando m¨¢s gente del sistema productivo. La econom¨ªa espa?ola, en resumen, hubiera cont¨ªnuado en una zona de bastante aton¨ªa,
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