Regulaci¨®n de la televisi¨®n privada

La proposici¨®n de ley presentada por el grupo centrista sobre regulaci¨®n de la televisi¨®n privada es una medida indudablemente inteligente y oportuna, y no s¨®lo porque se apoye en el art¨ªculo 20 de la Constituci¨®n, que reconoce como derecho fundamental de los espa?oles el de expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, mediante la palabra el escrito ?o cuaiquier otro medio?, sino porque nace de una realidad cada vez m¨¢s evidente: resulta intolerable el monopolio de la televisi¨®n estatal, dada la estructura actual de la sociedad espa?ola. ( ... )Los argumentos en favor de la coexistencia de televisiones privadas con la televisi¨®n estatal son tan numerosos como irrebatibles. Y han sido suficientemente repetidos en estas mismas p¨¢ginas. Sin embargo, no puede pasarse, sin grave riesgo social, de un monopolio dirigido, de una exclusiva absoluta, a una proliferaci¨®n sin orden ni concierto. La televisi¨®n, precisamente por la Importancia que tiene el medio, debe ser objeto de una cuidadosa regulaci¨®n. El caso italiano resulta suficientemente elocuente, con sus casi seiscientas emisoras repartidas m¨¢s o menos caprichosamente por el pa¨ªs.

El Gobierno tiene un plazo de sesenta d¨ªas -que finaliza cu¨¢ndo lo haga agosto pr¨®ximo- para contestar a la proposici¨®n centrista. No deben correrse riesgos por precipitaci¨®n, pero una dilaci¨®n excesiva del Gobierno podr¨ªa dar lugar a la proliferaci¨®n de ?emisoras piratas?, de canales ilegales, con independencia de su radio de acci¨®n.(...)

27 de junio