El pase¨ªllo de Luigi Mangione: memes, pol¨ªtica y la banalizaci¨®n de un crimen que ha sacudido EE UU
El traslado del detenido por el asesinato del ejecutivo de UnitedHealthcare, rodeado de una enorme escolta policial, provoca cr¨ªticas por parte de legisladores y juristas
Pasear a un presunto delincuente ante las c¨¢maras de televisi¨®n es una pr¨¢ctica policial frecuente, habitual en el proceso de justicia penal, sobre todo en entornos tan medi¨¢ticos como Nueva York. La escolta se desarrolla en p¨²blico, normalmente desde la comisar¨ªa hasta el juzgado o el furg¨®n policial, para que los medios de comunicaci¨®n puedan fotografiar o grabar al detenido. Se trata de una a?eja tradici¨®n, forjada a golpe de titulares informativos y de muchos metros de celuloide, en la que, para celebrar la eficacia policial, una persona a¨²n no condenada por ning¨²n delito aparece esposada como viva imagen de la culpabilidad. Juristas y activistas rechazan la pr¨¢ctica por cargarse de un plumazo ¡ªo de un flashazo¡ª la presunci¨®n de inocencia.
Pero el pase¨ªllo de Luigi Mangione, el acusado de asesinar el 4 de diciembre a Brian Thompson, consejero delegado de la aseguradora UnitedHealthcare, ha inaugurado una nueva categor¨ªa. La espectacularidad de la escolta, de m¨¢s de dos docenas de personas, entre agentes de polic¨ªa, el FBI y el mism¨ªsimo alcalde de Nueva York ¡ªno se recuerdan precedentes de la participaci¨®n de un regidor¡ª, ha alimentado su aura de s¨ªmbolo para los miles de estadounidenses que lo ven como un h¨¦roe por denunciar los abusos de los seguros m¨¦dicos (UnitedHealthcare, con 50 millones de clientes, lidera el sector en EE UU). Entre los textos hallados en la mochila del joven, de 26 a?os, al ser detenido hab¨ªa varias referencias a las ¡°corruptas y parasitarias¡± compa?¨ªas de seguros m¨¦dicos, y en los casquillos de las balas que presuntamente utiliz¨® para matar a Thompson, un mensaje sobre sus pr¨¢cticas abusivas.
El traslado p¨²blico de Mangione, repentino ¨ªdolo virtual y carne de memes, ha acabado sali¨¦ndole por la culata a la polic¨ªa y tambi¨¦n al alcalde Eric Adams, en horas bajas pol¨ªticas y judiciales, tras ser imputado por corrupci¨®n en septiembre. Horas antes de aterrizar Mangione, el 19 de diciembre, la asesora m¨¢s cercana del regidor se hab¨ªa entregado a las autoridades acusada de recibir sobornos para comprarle un Porsche a su hijo. Fue detenida ese mismo d¨ªa. El consistorio neoyorquino se desmorona desde finales de agosto, a consecuencia de una oleada de dimisiones en el equipo de gobierno, as¨ª que muchos se preguntaron si al dem¨®crata no le mov¨ªa otro af¨¢n para figurar como comparsa que un poco de publicidad gratuita.
La dosis, sin embargo, fue tan exagerada que las redes se convirtieron en una jaur¨ªa. ¡°M¨¢s combustible para sus fans [de Mangione]. Si el objetivo aqu¨ª era avergonzarlo, con toda esta teatralidad lo que realmente han hecho es lo contrario¡±, escrib¨ªa un usuario de X con un clip del paseo. ¡°Est¨¢ llamado a ser un icono¡±, opinaba otra. El torrente de memes y comentarios ¡ªel 99%, laudatorios¡ª se centr¨® en su aspecto f¨ªsico (¡°es bastante alto, y guapo¡±) y no faltaron quienes se preguntaban si el detenido se hab¨ªa depilado las cejas antes de su aparici¨®n. ¡°Ni el Joker ha tenido un pase¨ªllo de este calibre¡±, resum¨ªa otro usuario en alusi¨®n al personaje cinematogr¨¢fico que es tambi¨¦n una met¨¢fora de la violencia y puede que de Nueva York: un demente diagnosticado, visto como un h¨¦roe por una masa enfebrecida y rabiosa.
Desde el aer¨®dromo de Brooklyn al que hab¨ªa volado desde Pensilvania, donde fue detenido, el joven lleg¨® en helic¨®ptero a un muelle de Manhattan, bien afeitado y vestido con el mono naranja del sistema penitenciario, pero sin chaleco antibalas ¡ªque suele ser preceptivo¡ª, y fue trasladado lentamente, para dar tiempo a las c¨¢maras que cubr¨ªan los pocos metros entre la aeronave y el veh¨ªculo policial, por decenas de agentes armados hasta los dientes. La escena fue m¨¢s un plano secuencia cinematogr¨¢fico que un flash informativo; una imagen m¨¢s propia de una pel¨ªcula de acci¨®n que de un traslado rutinario de presos.
El pase¨ªllo ¡ªen ingl¨¦s, perp (de perpetrator) walk¡ª se realiza para avergonzar al sospechoso y celebrar el trabajo del departamento de polic¨ªa. Es casi una tradici¨®n en el de Nueva York, que ha paseado a innumerables presuntos, desde miembros de bandas de poca monta hasta el capo de la mafia John Gotti; de delincuentes de cuello blanco a asesinos m¨²ltiples. La pr¨¢ctica se remonta a los a?os treinta, en plena fiebre de los gacetilleros y sus aparatosos flashes, y a veces ha terminado fatal, como cuando Jack Ruby mat¨® al presunto asesino de John F. Kennedy, Lee Harvey Oswald, mientras este era escoltado por la polic¨ªa.
Del pase¨ªllo de la verg¨¹enza no se han librado Dominique Strauss-Kahn, ex director gerente del FMI, acusado de agredir a una camarera en un hotel de Nueva York, o el depredador sexual Harvey Weinstein, que ha protagonizado varios desfiles precarios por sus crecientes problemas de salud.
Una pr¨¢ctica que ¡°socava el debido proceso¡± judicial
Realidad y ficci¨®n se dieron la mano en el desfile de Mangione, porque el acto adquiri¨® un cariz a¨²n m¨¢s cinematogr¨¢fico cuando apareci¨® el alcalde, para ¡°mirarle a los ojos¡± y decirle, supuestamente ¡ªno hay constancia de que finalmente lo hiciera¡ª, ¡°ha cometido usted este acto terrorista en mi ciudad, la ciudad que la gente de Nueva York ama¡±. ¡°Quer¨ªa mostrar el simbolismo de esto¡±, declar¨® Adams despu¨¦s para justificarse. Unas l¨ªneas que parecen sacadas de un mal guion y que, m¨¢s all¨¢ de las redes, empujaron a observadores autorizados, como juristas y cargos electos, a tildar la coreograf¨ªa de intento descarado de autopromoci¨®n.
Jim Walden, exfiscal que entre otros candidatos disputar¨¢ la alcald¨ªa a Adams en 2025, dijo que estos pase¨ªllos animan a los polic¨ªas y a los alcaldes a ¡°pavonearse¡± y que ¨¦l prohibir¨¢ la pr¨¢ctica si es elegido. ¡°Socava el debido proceso¡±, dijo en las redes sociales. ¡°No sirve para nada, salvo para influir a los posibles jurados¡±.
Justin Brannan, concejal de Brooklyn muy cr¨ªtico con Adams, dijo que el coste del s¨¦quito equival¨ªa a financiar el mantenimiento de una biblioteca p¨²blica durante un a?o. Robert Holden, concejal de Queens, asegur¨® que el despliegue era ¡°exagerado¡± y parec¨ªa sacado de una tira c¨®mica. El congresista dem¨®crata por Nueva York Ritchie Torres lament¨® el espect¨¢culo en X, se?alando que dar a Mangione un ¡°estatus de mito aumentar¨¢ sus delirios de grandeza¡±. ¡°[El desfile] me ha parecido teatro policial. ?Por qu¨¦ tanto espect¨¢culo a costa de los contribuyentes?¡±, conclu¨ªa el post. La abogada defensora calific¨® el hecho de ¡°carnaza¡± para alimentar intereses pol¨ªticos.
El asesinato de Thompson ha servido de combustible a la sociedad del espect¨¢culo, en un incendio multiplicado exponencialmente por las redes. Y el pase¨ªllo de Mangione ha favorecido la frivolizaci¨®n del crimen ¡ªla v¨ªctima, de 50 a?os, ha dejado viuda y dos hu¨¦rfanos adolescentes¡ª, una suerte de banalizaci¨®n iconogr¨¢fica en la que todo se ha celebrado como si fuera una an¨¦cdota: lo que se supon¨ªa era un acto de deshonra p¨²blica provoc¨® sobre todo alborozo. Menos mal que la realidad pone a veces las cosas en su sitio: tanto Mangione la semana pasada como Adams en septiembre debieron comparecer ante la misma jueza de Manhattan.
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