La tarta nupcial de Carlos y Diana.
La Operaci¨®n Sultana est¨¢ en marcha, rodeada de cierto secreto, en la base naval de Chatham, a unos sesenta kil¨®metro de Londres, seg¨²n informa nuestro corresponsal Andr¨¦s Ortega All¨ª lleva diez semanas prepar¨¢ndose la creaci¨®n de Dave Avery, jefe de suboficiales cocineros: la tarta de la boda de pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra con ladi Diana Spencer. M¨¢s de noventa kilos de peso y casi un metro y medio de altura.Avery, chief petty officer cook tiene 38 a?os y est¨¢ casado, aun que nunca cocina en su hogar: ?Cuando llego a casa, a las cuatro y media de la tarde, la cena est¨¢ lista?, se?al¨® a un grupo de periodistas extranjeros en la escuela de cocina de la Marina brit¨¢nica situada en la base Pembroke, en Chatham, donde, bajo el lema Omnia Servimus (Servimos a todos), pasan setecientos cocineros.
La escuela de cocina tendr¨¢ que ser trasladada, ya que, de acuerdo con la ¨²ltima reestructuraci¨®n de la defensa brit¨¢nica esta base y sus astilleros van a ser cerrados. No es sorprendente pues, que en estos cuarteles la gente estuviera apenada, recordando una historia que se, remonta a 1547 y unos astilleros donde fuera construido el famoso Victoria, el buque de Nelson. La tarta podr¨ªa ser, pues, la ¨²ltima gran haza?a de este centro.
La Escuela de Intendencia Naval es de una extrema pulcritud pero lo que los visitantes -con traje oscuro y corbata, pues era un honor ser invitados a comer all¨ª - esper¨¢bamos era la llegada del maestro cocinero, que celebr¨® una conferencia de Prensa, en el mejor estilo de los grandes pol¨ªticos. De talla media, algo grueso) con unos ir¨®nicos ojos azules Dave Avery, sin duda, tiene tablas, aunque por debajo del pu?o derecho de su camisa sobresalen dos finos pies femeninos que traicionan la presencia de un peque?o desnudo tatuado. Avery dej¨® el colegio a los quince a?os de edad para trabajar durante tres a?os como repostero. Veinte a?os atr¨¢s ingres¨® en la Marina, donde en la actualidad es cocinero instructor.
Cuando supo que los novios reales quer¨ªan que hiciese la tarta -despu¨¦s de todo, el pr¨ªncipe Carlos tiene una larga tradici¨®n familiar y personal en la Marina-, Dave Avery se puso inmediatamente al trabajo con la ayuda de cuatro subalternos. La receta es suya y tiene ya veinte, a?os, aunque s¨®lo ha logrado perfeccionarla en los ¨²ltimos cinco. Tan s¨®lo se sabe que lleva fruta y licor -seguramente el famoso ron de la Marina-, pero no est¨¢ escrita. ?Todo est¨¢ en mi cabeza?. Avery fue al palacio de Buckingham para presentarle el dise?o de la tarta -?una tarta de bodas tradicional, en pisos?- a ladi Diana, que se mostr¨® encantada con las propuestas del cocinero. Dos d¨ªas tardaron en Chatham en seleccionar la fruta, las pasas (sultana), las cerezas y las grosellas, pues, aunque sean excelentes, ?siempre hay impurezas?, por lo que tuvieron que escogerlas una a una. Lo peor fue, sin embargo, cocer la masa de ochenta kilos, operaci¨®n que dur¨® una tarde y una noche entera. El piso m¨¢s grande de la tarta estuvo en el horno durante ocho horas y media.
Diez semanas macerando
La tarta lleva, pues, diez semanas macerando, y a¨²n quedan otras cuatro hasta la gran fecha, el 29 de julio. Est¨¢ guardada en papel de aluminio, aunque Avery hubiera preferido disponer de un a?o para hacer la tarta que a ¨¦l le hubiera gustado, pues, como nos indic¨®, ?cuanto m¨¢s macera una tarta, m¨¢s se relaja y se ablanda, con lo que se obtiene un pastel h¨²medo cuyo sabor mejora con el tiempo?.
El proceso m¨¢s delicado, el del glaseado, comenz¨® el pasado s¨¢bado. La glasa -o fondant- real ser¨¢ de un ?blanco puro?, con motivos ornamentales, y tan s¨®lo a?adir¨¢ unos once kilos al peso de la tarta. De az¨²car y huevo, el fondant real no debe ser demasiado duro -para que lo puedan cortar con facilidad los novios, con los ojos cerrados y formulando un deseo- ni demasiado blando, para poder soportar la decoraci¨®n. En esta operaci¨®n, Avery invertir¨¢ las pr¨®ximas semanas.
Lo que el cocinero no sabe a¨²n es c¨®mo se transportar¨¢ esta inmensa tarta, desmontada, hasta Londres, aunque cree que el traslado se har¨¢ por carretera, bajo escolta, sin ninguna duda.
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