Sectores radicalizados de FASA-Renault anuncian la creaci¨®n de "tribunales obreros"
Los sectores radicalizados de FASA-Renault, conocidos como antisindicalistas o asamblearistas, parecen haber iniciado una campa?a de desprestigio de encargados, mandos intermedios y miembros destacados de las centrales sindicales mayoritarias.
En su propio beneficio del malestar creado en amplios sectores obreros, tras la aprobaci¨®n por parte de la Direcci¨®n General de Empleo de un expediente de regulaci¨®n de jornada de dieciocho d¨ªas.Desde hace algunos d¨ªas vienen apareciendo en las factor¨ªas pintadas y octavillas en las que una autodenominada Asamblea de Carrocer¨ªas Turno B anuncia la constituci¨®n de tribunales obreros y la celebraci¨®n de juicios populares contra mandos y encargados. a los que insulta. Ultimamente la campa?a ha alcanzado tambi¨¦n a un destacado dirigente de CC OO, miembro del comit¨¦ intercentros. La calle donde habita el citado sindicalista apareci¨® llena de pintadas y las ruedas de su coche rajadas. El veh¨ªculo fue totalmente embadurnado. Adem¨¢s, los tribunales obreros han lanzado otro escrito en el que anuncian la condena (aunque no se dice a qu¨¦) de algunos mandos y encargados y se vierten amenazas contra ellos.
La direcci¨®n de FASA, a la vista de la situaci¨®n, se ha apresurado a comunicar que no est¨¢ dispuesta a tolerar actos de este car¨¢cter, ?que ¨²nicamente sirven para deteriorar nuestro clima laboral? y que ha tomado las medidas oportunas tendentes a esclarecer los hechos y ?exigir las responsabilidades a que hubiere lugar?.
Asambleas o sindicatos
Todo parece indicar, seg¨²n las fuentes consultadas por EL PAIS, que se trata de una nueva ofensiva de los sectores radicalizados que desde la instauraci¨®n de la libertad sindical vienen oponi¨¦ndose sistem¨¢ticamente al funcionamiento de las centrales y son partidarios del proceso asambleario y de la reimplantaci¨®n de los consejos de factor¨ªa existentes antes de la legalizaci¨®n de los sindicatos. Su ¨²ltima ofensiva hab¨ªa tenido lugar en 1979, durante la negociaci¨®n del convenio colectivo, y dio lugar a una huelga salvaje en la que las centrales se vieron desbordadas y fueron incapaces de imponerse en el ¨²ltimo tramo de las negociaciones. Su aceptaci¨®n de la ¨²ltima oferta de la empresa onclin¨® un rechazo visceral de grupos minoritarios que, sin embargo, lograron su objetivo de radicalizar el conflicto. Entonces colaboraron en la labor tanto la ultraizquierda como la ultraderecha, y ahora no se descarta esta posibilidad.El incremento de la tensi¨®n llega justamente pocos d¨ªas despu¨¦s de la aprobaci¨®n de un expediente de regulaci¨®n de jornada de dieciocho d¨ªas (FASA propuso veintisiete) al que se opone el comit¨¦ intercentros, en el que est¨¢n representadas pr¨¢cticamente todas las centrales existentes en FASA, salvo las extremistas de ambos signos. El citado comit¨¦ va a interponer un recurso por entender que FASA no est¨¢ en crisis (declar¨® m¨¢s de 4.300 millones de beneficios, m¨¢s 12.000 para amortizaciones en el ¨²ltimo ejercicio) y que las premisas en las que se basa la resoluci¨®n de la Direcci¨®n General de Empleo suponen una seria contradicci¨®n, ?ya que la Administraci¨®n va a tener que aportar seiscientos millones de pesetas a una empresa que asegura tener un gran super¨¢vit?, seg¨²n indicaron fuentes laborales.
La Direcci¨®n General de Empleo basa su sentencia favorable al expediente en el desfase entre las necesidades de producci¨®n y el trabajo real, en la situaci¨®n econ¨®mica que genera este desfase agudizada por el descenso de las ventas y el aumento de los dep¨®sitos de veh¨ªculos. Tambi¨¦n se?ala que, dado el tipo de expediente que se pide (regulaci¨®n temporal de jornada) no tiene demasiada importancia que la empresa haya cerrado con m¨¢s de 4.300 millones de beneficios.
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