Fuertes cr¨ªticas de Sim¨®n S¨¢nchez Montero hacia los "eurocomunistas renovadores" del PCE
El discurso le¨ªdo ayer por Sim¨®n S¨¢nchez Montero en la inauguraci¨®n de la s¨¦ptima conferencia provincial del Partido Comunista de Espa?a (PCE), de Madrid, no content¨® en absoluto a los eurocomunistas renovadores, fuertemente representados en esta conferencia. Es cierto que S¨¢nchez Montero asumi¨® en su informe una buena parte de las cr¨ªticas que en su d¨ªa le hicieran desde el Manifiesto los denominados eurocomunistas renovadores, pero las fort¨ªsimas cr¨ªticas hacia sus autores y, sobre todo, hacia los m¨¦todos empleados por ¨¦stos hacen suponer que la enorme tensi¨®n que rodea a esta conferencia ir¨¢ en aumento a lo largo de los pr¨®ximos d¨ªas.
Un dato muy significativo de que los eurocomunistas siguen divididos y ambas facciones mantienen sus espadas en alto lo constituye una de las enmiendas aprobadas ayer en la conferencia, en el sentido de que los miembros que integran la comisi¨®n de candidaturas pudieran debatir los nombres all¨ª propuestos con los representantes de las delegaciones. La comisi¨®n de candidaturas es, en realidad, la de mayor trascendencia pol¨ªtica de toda la conferencia, ya que sus componentes ser¨¢n los encargados de proponer a los candidatos tanto del nuevo comit¨¦ provincial como de la delegaci¨®n que participar¨¢ en el X Congreso.Se trata de la ¨²nica comisi¨®n a la que se ha prohibido el acceso de los informadores. Est¨¢ integrada exclusivamente por miembros de la tendencia eurocomunista, si bien se hallan repartidos al 50% entre carrillistas y renovadores. Estos ¨²ltimos, que intentaron, sin ¨¦xito, que la comisi¨®n de candidaturas estuviera abierta para la Prensa, s¨ª lograron, a trav¨¦s de la enmienda antes mencionada, una mayor flexibilidad de negociaci¨®n, ya que dispondr¨¢n de libertad de movimientos para consultar con sus respectivas delegaciones. Esta misma particularidad fue calificada por algunos eurocomunistas oficialistas como ?la enmienda que consagra la conspiraci¨®n entre pasillos?.
El informe de Sim¨®n S¨¢nchez Montero, en sus aspectos m¨¢s conciliadores con la tendencia de los renovadores, destaca que los movimientos de masas ya no son correas de transmisi¨®n del partido, sino sectores de ciudadanos que independiente y voluntariamente se unen para defender los temas que directamente les afectan y les son comunes: la cultura, el deporte, la conservaci¨®n de la naturaleza, el movimiento vecinal, los j¨®venes, las mujeres, los homosexuales, etc¨¦tera. Tambi¨¦n admite que hasta ahora no hab¨ªa funcionado la comunicaci¨®n direcci¨®n-bases, y que era necesario rejuvenecer el Comit¨¦ Central. A continuaci¨®n, S¨¢nchez Montero se hace la misma pregunta que le hicieran en su d¨ªa a la actual direcci¨®n del PCE los firmantes del Manifiesto renovador: ?Por qu¨¦ en las peores condiciones los movimientos de masas surgieron, se desarrollaron y actuaron con vigor, y en la libertad han languidecido y ca¨ªdo en una aton¨ªa considerable? La respuesta del dirigente comunista la constituy¨® una enumeraci¨®n de lo que ¨¦l llam¨® ?fallos fundamentales de nuestro trabajo?. Entre ellos, el haber permitido que las organizaciones de masas se convirtieran en meras prolongaciones del partido, ?imprimi¨¦ndoles una politizaci¨®n, radicalismo y estrechez impropios y perjudiciales?; o tambi¨¦n la ?falsa apreciaci¨®n? de que el ejemplo que dar¨ªa a la sociedad el sindicato Comisiones Obreras llevar¨ªa a ingresar a los intelectuales en esta central sindical, junto con los trabajadores manuales.
Sin embargo, a pesar de que Sim¨®n S¨¢nchez Montero reconoci¨® que ?este grave error ha significado que muchos y de los m¨¢s valiosos hombres intelectuales y profesionales se hayan perdido tanto para la lucha sindical como para el partido?, arremeti¨® nuevamente en contra de lo que ha significado la primera y fundamental reivindicaci¨®n de los intelectuales comunistas: su inclusi¨®n de nuevo en las organizaciones profesionales, en vez de trabajar obligatoriamente en las agrupaciones territoriales como ha sucedido hasta el momento. Sin llegar a expresiones injustas y caducas, como la de considerar a los intelectuales como ?picos de oro?, S¨¢nchez Montero no se anduvo con rodeos: ?La soluci¨®n de este problema pasa, en primer lugar, por la vuelta a la concepci¨®n justa, eurocomunista, sobre los movimientos de masas, arrojando el lastre de las concepciones vanguardistas que tanto da?o han hecho y hacen al partido?.
Tras un extenso repaso de la pol¨ªtica sindical y municipal del PCE, S¨¢nchez Montero reafirm¨® la independencia del partido y su oposici¨®n a los dos bloques militares. Inmediatamente despu¨¦s comenzaron los ataques a los renovadores: ?Hay camaradas ?, -dijo, ?que plantean la renovaci¨®n del partido (que es, por otro lado, imprescindible, y a la que no se ha opuesto ni se opone la direcci¨®n del partido, sino todo lo contrario), con unas formas de trabajo para lograr su objetivo, que, aunque ellos no lo desearon -Y es seguro que no lo deseaba la gran mayor¨ªa-, han metido al partido en una clara tendencia organizada, d¨¢ndose en algunos distritos y federaciones espect¨¢culos lamentables?.
"Las tendencias romper¨ªan el PCE"
?Los m¨¦todos emplead os por los que se autodenominan renovadores?, continu¨®, ?no tieren nada que ver con el eurocomunismo ni con la necesaria renovaci¨®n del partido. Ha habido reuniones inorg¨¢nicas, documentos con enmiendas distribuidos a varias agrupaciones, y el mismo manifiesto que demandaba un cambio en la direcci¨®n, hechos estos absolutamente antiestatutarlos. Por eso?, concluy¨®, ? estas actitudes son intolerables, son el comienzo de una fracci¨®n destinada a conseguir el mayor n¨²mero de puestos en los ¨®rganos de direcci¨®n a todos los niveles?.
Las duras cr¨ªticas de S¨¢nchez Montero hacia los renovadores no terminaron ah¨ª. Lleg¨® a decir que si en el PCE se permiten estas tendencias, el partido puede romperse en pedazos y desaparecer como Partido Comunista de Espa?a.
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