"Leopoldo style" veranea en Ribadeo
Leopoldo Calvo Sotelo ha iniciado sus primeras vacaciones como presidente del Gobierno sin romper costumbres ni tradiciones. La localidad lucense de Ribadeo forma parte del Leopoldo style. All¨ª est¨¢n la casa patriarcal de los Bustelo, construida el siglo pasado por el abuelo del actual presidente, y el chal¨¦ que hace diez a?os Leopoldo edific¨® en terrenos de la desaparecida huerta de Guimar¨¢n, situada en un alto desde donde se divisa la r¨ªa. Leopoldo pasa los veranos en Ribadeo desde la infancia, y conoce, por tanto, a sus hombres, gentes del mar, principalmente. El presidente no es aqu¨ª un extra?o. Siempre se le ha recordado como un hombre de costumbres sencillas, culto, amigo de las tertulias locales y conocedor de Ribadeo y de sus tradiciones. El jefe del Gobierno dedica gran parte de sus vacaciones a navegar. Pilar Ib¨¢?ez, su mujer, as¨ª lo comentaba a un grupo de periodistas a los que los Calvo Sotelo invitaron la tarde del lunes a tomar unas copas en la terraza de su chal¨¦. "Siempre hacemos lo mismo", explicaba Pilar. "Paseamos por la r¨ªa, fondeamos junto a las playas de los alrededores y alguna que otra vez remontamos el r¨ªo Eo. Son las excursiones t¨ªpicas de toda la vida en Ribadeo, donde veraneamos desde siempre".
Los Calvo Sotelo est¨¢n a¨²n solos en Ribadeo. Solitarios en cuanto a acompa?antes pol¨ªticos. Ellos no quieren convertir la huerta de Guimar¨¢n en una Moncloa de verano. Esperan un d¨ªa de ¨¦stos al ministro de Obras P¨²blicas, Luis Ortiz, gran amigo de Leopoldo, que ha prometido pasarse por Ribadeo, aprovechando un viaje por estas tierras. Tambi¨¦n es probable que se vean con Rodr¨ªguez Inc¨ªarte, miembro del equipo de colaboradores directos del presidente, que veranea en la localidad asturiana de Tapias, situada en la misma r¨ªa de Ribadeo. Los ministros gallegos, P¨ªo Cabanillas, Juan Jos¨¦ Ros¨®n y Jes¨²s Sancho Rof, est¨¢n disfrutando de sus vacaciones lejos de Ribadeo, localidad que se encuentra al l¨ªmite de la provincia de Asturias y, por tanto en un extremo de? coraz¨®n de Galicia. Si P¨ªo Cabanillas decidiera trasladarse desde su pazo pontevedr¨¦s de Torre de Mompe¨¢n a Ribadeo, tardar¨ªa m¨¢s de cuatro horas en llegar, eso si hace el trayecto por carretera, el ¨²nico acceso viable.
Hilo directo con la Moncloa
La huerta de Guimar¨¢n est¨¢ vigilada discretamente por miembros de la Polic¨ªa Nacional y de? Cuerpo Superior de Polic¨ªa, que se suelen comunicar a trav¨¦s de transmisores-receptores. En el sal¨®n principal, junto a la chimenea, Leopoldo Calvo Sotelo tiene a su disposici¨®n una l¨ªnea directa con el palacio de la Moncioa, en donde mantiene durante estas fechas un ret¨¦n de colaboradores con los que despacha a diario.Leopoldo habla todos los d¨ªas, desde su refugio de Ribadeo, con el rey Juan Carlos, y recibe llamadas de ministros y colaboradores, sobre todo, de tipo consultivo. El presidente cree que, a pesar de la soledad pol¨ªtica de Ribadeo y del per¨ªodo vacacional, recibe demasiadas llamadas. La secretaria de Leopoldo est¨¢ en Madrid, ya que el presidente estima que es m¨¢s conveniente despachar los asuntos urgentes por tel¨¦fono y no en el propio Ribadeo, lugar bastante distanciado del aeropuerto de Santiago, que en caso contrario ser¨ªa punto obligado para el env¨ªo a Madrid de las valijas de Gobierno.
Los Calvo Sotelo recibieron a los periodistas a las 20.30 horas. El jefe del Gobierno vest¨ªa traje de faena azul, el mismo que utiliza para navegar los d¨ªas de fuerte viento, y su esposa, un traje largo a rayas, tipo suramericano. Pilar Ib¨¢?ez ofreci¨® vino de Ribeiro, whisky Doble W y ginebra de Mah¨®n. Ella misma fue sirviendo uno por uno a todos sus invitados, mientras que Leopoldo Calvo Sotelo, m¨¢s sonriente que otras veces y con ciertos golpes de humor, comentaba, fijando la vista a la r¨ªa, sus aficiones marineras.
El jefe del Gobierno, mientras su mujer ofrec¨ªa trozos de empanada y de tortilla espa?ola a los invitados, explicaba el origen del chal¨¦, edificado hace diez a?os sobre parte de los terrenos que pertenecieron a la huerta de Guimar¨¢n. El presidente, en un golpe de humor, coment¨® que lo construy¨® cuando ten¨ªa dinero, que, seg¨²n ¨¦l, fue en la ¨¦poca en que trabajaba en la empresa privada y no en la pol¨ªtica, donde piensa que no se suele hacer fortuna. Los Calvo Sotelo adquirieron hace unos a?os un terreno colindante a su chal¨¦ ante el temor de que alguien pudiera edificar en ¨¦l, con la consiguiente ruptura de la intimidad. Este segundo terreno est¨¢ situado en un alto, desde donde se divisa por completo la terraza del chal¨¦, y cuenta con una casa r¨²stica de dos plantas, hoy d¨ªa deshabitada. Leopoldo Calvo Sotelo es de la opini¨®n de que esta casa pueda ser ocupada en breve por uno de sus hijos, "cuando se case y gane dinero".
Mientras Leopoldo y Pilar depart¨ªan con los periodistas en la terraza del chal¨¦, en el sal¨®n, junto a la chimenea apagada y el tel¨¦fono directo con Madrid, se encontraba Mercedes Bustelo, de 81 a?os, madre del presidente, quien prefiere vivir con sus hijos en Guimar¨¢n antes que en el viejo caser¨®n familiar del pueblo, "porque son los ¨²nicos d¨ªas que puedo ver y estar con Leopoldo". Los hijos del presidente, seg¨²n comentaba su madre, conocen Ribadeo desde peque?os y se divierten durante el verano acudiendo a fiestas y romer¨ªas por los pueblos de los alrededores, "que son muchos y las hay todos los d¨ªas". Uno de ellos, mientras los anfitriones y los periodistas charlaban en la terraza, aprovechaba desde un ventanal para divisar con catalejo la llegada de los pesqueros que regresaban a puerto tras faenar en el Cant¨¢brico, actividad esta que interrump¨ªa de cuando en cuando para avisar a su padre de que llamaban por tel¨¦fono.
Leopoldo Calvo Sotelo tiene previsto permanecer en Ribadeo hasta mediados de mes, en que se trasladar¨¢ a Madrid para reanudar sus actividades pol¨ªticas (el 20 est¨¢ convocado Consejo de Ministros). Mientras tanto, permanecer¨¢ en Ribadeo y sus alrededores navegando a vela o remos, recorriendo sus calles en motocicleta y acud¨ªendo a actos culturales y tertulias locales, de las que se muestra muy interesado, siempre en compa?¨ªa de su mujer, Pilar Ib¨¢?ez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.