Los ambiguos neutrones
La decisi¨®n del presidente de Estados Unidos de producir las cabezas de radiaci¨®n intensificada, vulgarmente conocidas como bombas de neutrones, no viene a sacar de su ambig¨¹edad toda la cuesti¨®n de los armamentos nucleares, aunque constituye una nueva forma de s¨ªmbolos y se?ales. Por el momento, estas bombas no van a ser desplegadas en Europa, pero son armas claramente destinadas al teatro centro europeo. Este ¨²ltimo y decisivo paso depender¨¢ de que personas como Margaret Thatcher o Helmut Schmidt est¨¦n a¨²n en el poder dentro de algunos meses.Esta es una bomba para Alemania. Como se ha dicho repet¨ªdamente, puede matar a los ocupantes de los carros de combate del Pacto de Varsovia, sin destrozar los edificios y propiedades en las inmediaciones. De ah¨ª que se la haya calificado de "arma capitalista". En 1977, el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania se mostr¨® claramente a favor del despliegue de esta nueva arma. Con sus caracter¨ªsticas, se supon¨ªa que la bomba de neutrones servir¨ªa de eslab¨®n entre la guerra nuclear y la defensa convencional, y la amenaza de una escalada nuclear -se cre¨ªa- reforzar¨ªa la disuasi¨®n de la OTAN; especialmente en las llanuras de Alemania. -
Ultimamente, sin embargo, los expertos han expresado sus cr¨ªticas. Para empezar, no se conoce los efectos que tendr¨ªan estas explosiones sobre la atm¨®sfera y el medio ambiente en general. Segundo, est¨¢ el factor t¨¦cnico del alcance de estas bombas y su implicaci¨®n. pol¨ªtica. Ya sean montadas en proyectiles de artiller¨ªa o en misiles, el alcance de estas cabezas se sit¨²a entre los ocho y los noventa kil¨®rnets os, y esta distancia es peque?a si se piensa que de lo que se trata es de detener los r¨¢pidos y numerosos carros de combate del Pacto de Varsovia. La radiaci¨®n intensa de las bombas matar¨¢ a los que se encuentren a proximidad de la explosi¨®n, pero no se sabe con seguridad el tiempo requerido para este mort¨ªfero objetivo.
Guerra de maniobra
Parece probable que esta muerte llegar¨ªa al cabo de unas horas. Entre tanto, los tanques podr¨ªan haber avanzado considerablemente en territorio occidental, y sus tripulaciones moribundas reemplazadas. Esta bomba no parece, pues, poder impedir el r¨¢pido despliegue de los acorazados sovi¨¦ticos, y la doctrina sovi¨¦tica de las operaciones combinadas consiste, precisamente, en este r¨¢pido movimiento. Por ello, y teniendo presente este prop¨®sito, las armas nucl¨¦ares t¨¢cticas son preferibles para todos, salvo para la poblaci¨®n alemana.
Si las bombas de neutrones fueran, adecuadas, si no para detener, s¨ª para frenar la invasi¨®n supuesta, la OTAN podr¨ªa reagrupar sus tropas e ir a una guerra de maniobra. Es sabido, sin embargo, que esta es una t¨¦cnica que la OTAN a¨²n no domina. Claro est¨¢, a bordo de otros misiles que los lance, las cabezas de neutrones podr¨ªan llegar hasta el territorio polaco y causar su da?ino efecto all¨ª. Con un paso de este calibre, el discurso atl¨¢ntico ya no versar¨ªa sobre las armas nucleares para el campo de batalla, sino que se tratar¨ªa, pura y simplemente, de una guerra de interdicci¨®n, con todas sus consecuencias.
Pero para juzgar la racionalidad de la guerra nuclear limitada, s¨®lo parece existir un criterio fundamental, el de la relaci¨®n entre los sistemas de blancos nucleares de las superpotencis y sus territorios, y aqu¨ª la bomba de neutrones. no desempe?a ning¨²n papel. El umbral, a pesar de la obsesi¨®n de Estados Unidos con la tecnolog¨ªa no es una cuesti¨®n t¨¦cnica, sino pol¨ªtica. Es el atacado, con su ¨ªnteligencia, el que tiene que decidir qu¨¦ es lo aceptable.
No obstante, si se despliega en Europa, la bomba de, neutrones puede verse en un contexto paralelo: el de la capacidad de las superpotencias de llevar a cabo una guerra nuclear en Europa sin implicar a sus territorios nacionales. La decisi¨®n de la OTAN, en diciembre de 1979, sobre los misiles Pershing y Cruise, vienen a incidir en este punto, mostrando, como ya se dijo, que Estados Unidos se hab¨ªa vuelto gaullista, una situaci¨®n que, sorprendentemente, parece haber sido aceptada por los europeos.
Las intenciones americanas en cuanto a la bomba de neutrones llegan en un mal momento, ante la creciente impopularidad de los armamentos europeos en Europa occidental, lo que para Helmut Schrnidt, por razones t¨¢cticas, ven¨ªa a constituir un apoyo pol¨ªtico en 1977, se ha convertido ahora en un problema pol¨ªtico. Los neutrones son ya un s¨ªmbolo para la juventud alemana, incidiendo sobre su pol¨ªtica interior. En el pasado, la estabilidad de la Rep¨²blica Fe deral de Alemania servia para cicatrizar las heridas interaliadas. Ahora, es la inestabilidad de la OTAN la que est¨¢ ayudando a desestabilizar la pol¨ªtica interna alemana.
?Es, pues, la bomba de neutrones una arma de disuasi¨®n o de defensa? Lo anterior viene a apuntar que esta bomba no es buena en ninguna de estas dos funciones, y el que los sovi¨¦ticos puedan construirla o no es algo relativamente poco importante. La posible funci¨®n de la bomba de neutrones si gue siendo ambigua, como lo es -y debe ser- toda la cuesti¨®n nuclear. Esto puede ser lo ¨²nico positivo, por aquello de l'ambiguitte essentielle, de que hablaban los franceses en el pasado.
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