Don Juan Carlos: "La pol¨ªtica no debe caer en la ineficacia ni en luchas intestinas para que merezca el respeto de todos"

Entre 15.000 y 20.000 personas aplaudieron ayer calurosamente el discurso pronunciado por el rey Juan Carlos en la plaza de las Catedrales de Zaragoza, donde se inici¨® el primer viaje oficial de los Reyes de Espa?a a Arag¨®n, en el que el Monarca dedic¨® unas palabras de censura velada a la crisis que atraviesan varios partidos. ?La pol¨ªtica, para que merezca el respeto de todos?, dijo el Rey, ?no debe caer en la ineficacia, en la perduraci¨®n de los cargos, en las luchas intestinas, sino que debe ser una din¨¢mica en¨¦rgica y resolutiva?.

Los coches en los que viajaban don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa, a quienes acompa?an en esta visita oficial a Arag¨®n el ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n, as¨ª como el jefe de su casa civil, marqu¨¦s de Mond¨¦jar, y del Cuarto Militar, teniente general Valenzuela, llegaron a las seis en punto de la tarde a la plaza de las Catedrales, donde ya se hab¨ªa congregado numeroso p¨²blica, que les recibi¨® con fuertes aplausos.Periodistas de la televisi¨®n alemana y algunos corresponsales extranjeros, que siguen con cierta expectaci¨®n, junto a los periodistas espa?oles, este viaje de los Reyes por las tres provincias aragonesas, centraban ayer su atenci¨®n en la figura del recientemente nombrado capit¨¢n general de la V Regi¨®n Militar, teniente general Caruana, quien dio la bienvenida a los Reyes frente al Ayuntamiento de la ciudad. En representaci¨®n del alcalde de Zaragoza, Ram¨®n S¨¢inz de Varanda, que se encuentra hospitalizado con un fuerte estr¨¦s, entreg¨® el bast¨®n de mando de la ciudad Luis Rold¨¢n, tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza y miembro del PSOE.

Tras escuchar el himno nacional, el Rey pas¨® revista a una compa?¨ªa de cadetes de la Academia Militar de Zaragoza, que le rindieron honores. El teniente general Aramburu Topete, director general de la Guardia Civil, se encontraba tambi¨¦n entre las personalidades que recibieron a los Reyes de Espa?a, junto con el gobernador civil de la provincia, Francisco Javier Minondo, y el arzobispo de Zaragoza monse?or El¨ªas Yanes.

Los problemas de Arag¨®n

Los Reyes se dirigieron a la bas¨ªlica del Pilar, donde fue canta da un salve, y posteriormente, al Ayuntamiento. Tras saludar a los concejales, que le recibieron en la entrada principal, pasaron al sal¨®n de recepciones, donde estrecharon la mano de cerca de quinientas personas congregadas para saludarles. Senadores, diputados de Arag¨®n, representantes de los partidos pol¨ªticos, centrales sindicales representantes de entidades empresariales y funcionarios.

Los Reyes firmaron en el libro de oro de la ciudad y, acompa?ados por el alcalde en funciones y los miembros de la Corporaci¨®n, salieron despu¨¦s al balc¨®n principal del Ayuntamiento, donde Luis Rold¨¢n ley¨® un discurso de bienvenida redactado por el titular de la alcald¨ªa. En el mismo, S¨¢inz de Varanda hace referencia a los principales problemas que tiene planteados Zaragoza: desertizaci¨®n creciente y grave sequ¨ªa ?en la regi¨®n que cruza el Ebro, mientras se lleva agua del Ebro fuera de su cuenca, para abastecer industrias que se trasladaron en algunos casos desde Arag¨®n, mientras se maquina un trasvase a Levante y otro a la cuenca del Pirineo oriental?.

Esta alusi¨®n concreta a los trasvases del Ebro levant¨® una oleada de aplausos entre la gente que llenaba ayer la plaza de las Catedrales.

El discurso que ley¨® ayer Luis Rold¨¢n incidi¨® tambi¨¦n en el tema de las bases americanas en Zaragoza. ?Veintiocho a?os de su presencia aqu¨ª.. ?no es ya demasiada contribuci¨®n??, dijo el alcalde en funciones. Tambi¨¦n aludi¨® al no muy lejano suceso del 23 de febrero, al dirigirse a ?Vuestra Majestad que impidi¨®, secuestrada la soberan¨ªa nacional, el triunfo de la indisciplina y del desorden, en una noche en que el Rey y los municipios represent¨¢bamos la continuidad constitucional ?.

El Monarca respondi¨® con un breve discurso a las palabras de Luis Rold¨¢n: ?Son muchas las dificultades en estos delicados momentos?, se?al¨® el Rey: ?la sequ¨ªa los problemas de un desarrollo adecuado de las estructuras agroindustriales, el despoblamiento, los conflictos del trasvase del Ebro, las dificultades de los municipios de esta tierra que los historiadores han llamado honrada y recia?.

En otro momento de su discurso, el Rey se?al¨® que ?la pol¨ªtica -y debo decirlo aqu¨ª, desde esta l¨²cida visi¨®n que ten¨¦is los aragoneses-, para ser buena, ha de ser generosa y sacrificada?.

La jornada de ayer de los Reyes de Espa?a en Zaragoza concluy¨® con una cena ofrecida por la Diputaci¨®n provincial.