Clasicismo y romanticismo vien¨¦s por Alberto Blancafort

Hace unas semanas, Alberto Blancafort obten¨ªa un destacado ¨¦xito de p¨²blico y cr¨ªtica en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Durante el pasado fin de semana lo ha revalidado ante el p¨²blico madrile?o al dirigir a la Orquesta y Coro de RTVE. Un programa precioso: sinfon¨ªa El milagro, de Haydn, y Misa en mi bemol, de Schubert.Tan familiarizado con el repertorio barroco y cl¨¢sico vien¨¦s como pueda estarlo con el sinf¨®nico-coral de todo estilo, Blancafort consigui¨® una excelente versi¨®n de la sinfon¨ªa n¨²mero 96: viva, aireada, plena de impulso, clara de planos, hondamente planificada en lo din¨¢mico como en lo ag¨®gico, bien acentuada y articulada. El p¨²blico aplaudi¨® calurosamente a maestro y profesores. Deber¨ªamos frecuentar mucho m¨¢s el sinfonismo de Haydn, tan bello e interesante como ¨²til para mantener ?engrasado.? el conjunto sinf¨®nico.

Despu¨¦s, solistas, coro y orquesta se unieron para darnos una serena traducci¨®n de la ¨²ltima Misa de Schubert, escrita en 1828, el a?o de la muerte del compositor, y estrenada bajo la direcci¨®n de Fernando Schubert en 1829.

Intimismo, comprensi¨®n y coherencia

Como en el caso de tantos otros autores, se ha polemizado mucho sobre la religiosidad musical del autor de la Incompleta, sin reparar que siempre se repite el mismo fen¨®meno: cuando un compositor se aplica a lo religioso, no hace sino expresarse en su manera peculiar y no en otra.

La Misa en mi bemol, se alinea con el sinfonismo de la ¨²ltima etapa schubertiana, responde a una cierta sustancia lieder¨ªstica, se sume en un intimismo an¨¢logo al de las ¨²ltimas sonatas para piano y, se ha dicho mil veces, mira un poco a Bach. No creo que esto sea demasiado cierto como no se identifique lo bachiano con el arte del contrapunto y la fuga, en el que Schubert demuestra ser maestro a lo largo de su misa.

Un grupo de solistas espa?oles -Ifigenia S¨¢nchez, Lola Quijano, Alfonso Leoz, Juan Porras y Julio Catana- intervino con total comprensi¨®n y Coherencia junto al coro y la orquesta, todos ellos identificados con el criterio de Blancafort, tendente a lo sereno e introspectivo, buscador de claridad expositiva, firme arquitectura y detallismo preciosista. Un ¨¦xito para todos en un programa tan dif¨ªcil como inhabitual.