Philip Agee: "Washington intoxica a la Prensa para intervenir en Centroam¨¦rica

Philip Agee, 46 a?os, tiene rostro de seminarista. Habla un castellano reposado y da a la palabra ese m¨¢ximo, valor que le otorgan los norteamericanos. Casado y padre de dos hijos, Agee es, con su aspecto angelical, roto s¨®lo por sus mal¨¦ficas cejas, un ex agente de la Agencia Central de Inteligencia que ha dedicado los ¨²ltimos trece a?os de su vida a divulgar las actividades de la CIA. Actualmente vive en Hamburgo y viaja con regularidad a Estados Unidos, donde estudia su hijo mayor, para afrontar los procesos judiciales que su labor de denuncia le depara.

Tambi¨¦n viaja a pa¨ªses en situaci¨®n revolucionaria, como Nicaragua o Cuba, o a la peque?a isla de Granada, donde consigui¨® un pasaporte de las autoridades granadinas casi al mismo tiempo que los jueces de Washington encaraban una demanda gubernamental para desproveerle de su pasaporte norteamericano.Ahora ha visitado Espa?a invitado por la revista Argumentos, para "denunciar la intoxicaci¨®n a la que el Gobierno norteamericano est¨¢ sometiendo al mundo a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, para preparar un clima psicol¨®gico que justifique una futura intervenci¨®n militar en el Caribe y en Centroam¨¦rica", seg¨²n sus palabras.

"Todas las actividades de la CIA en la zona se basan en un an¨¢lisis de Constantin Menges, actual jefe de operaciones clandestinas de la Agencia, para el cual resulta imprescindible impedir el triunfo revolucionario en El Salvador. Menges asegura que, en cuanto se consolide el poder de la izquierda en San Salvador, la guerrilla llegar¨¢ al poder en Guatemala y luego har¨¢ peligrar a M¨¦xico, hecho que constituir¨ªa un enorme peligro para el Gobierno de Washington", dice Agee.

"Ello implicar¨ªa, seg¨²n Menges que los aliados de Norteam¨¦rica en otras zonas del mundo, com los saud¨ªes, se echar¨ªan en brazos de la URSS al perder su confianza en Estados Unidos", agrega Philip Agee.

Respecto a Cuba, "lo han intentado casi todo, desde el regalo de un equipo de buceo a Fidel Castro, cuya m¨¢scara respiratoria conten¨ªa virus tuberculosos, hasta propalar la falacia de que soldados cubanos adentrados en El Salvador volaron el denominado Puente de Oro sobre la carretera panamericana hace unos meses. Este es un infundio muy semejante al otro, publicado por la Prensa norteamericana y por periodistas conocidos por sus planteamientos de extrema derecha, seg¨²n los cuales Fidel Castro ha enviado a Nicaragua 600 soldados de elite para adentrarlos luego en El Salvador". Agee recuerda que "Castro emplaz¨® al Gobierno de Washington a probarlo y a¨²n espera las pruebas; no existen".

El ex agente muestra tambi¨¦n su inquietud por las actividades de la CIA en Costa Rica -"ha hecho todo lo posible para desacreditar al candidato Carrasco y evitar las elecciones de febrero, preparando un golpe derechista"- y en Nicaragua, donde, seg¨²n asegura, excita el problema de los misquitos, una comunidad ind¨ªgena cuyos dirigentes se oponen al sandinismo y han huido a Honduras.

"Quiero poner de relieve que el denominado Libro Blanco de Alexander Haig, con el que sus enviados Lawrence Eagleburger, Vernon Walters y otros recorrieron Europa para convencer a los Gobiernos de ac¨¢ de adoptar una actitud hostil contra los reg¨ªmenes revolucionarios centroamericanos, est¨¢ plagado de errores, exageraciones, falsedades y conclusiones sin base", dice Agee. "Su objeto era el de conseguir mediante este libro asfixiar el proceso revolucionario salvadore?o y el texto es un montaje de intoxicaci¨®n para da?arlo".

"Por ejemplo", agrega, "en el Libro Blanco de Haig se afirma que el 23 de julio de 1980 Yasir Arafat se entrevist¨® en Managua con la plana mayor de la guerrilla de El Salvador y prometi¨® armamento, incluso aviaci¨®n t¨¢ctica, a los revolucionarios. Esto es absolutamente falso", dice Philip Agee. "Se trata de una invenci¨®n m¨¢s para crear el clima psicol¨®gico propicio entre la opini¨®n p¨²blica norteamericana y desencadenar la intervenci¨®n militar estadounidense en la regi¨®n", asegura.

Philip Agee se declara "socialista y revolucionario" pero asegura que no milita en ning¨²n partido pol¨ªtico. Niega que sus denuncias de las actividades de la CIA contribuyan a crear una imagen omnipresente de la Agencia en el mundo, y al preguntarle sobre si cree que en la CIA puede haber personas que act¨²en de buena fe, dice: "Les estamos esperando, para que con sus testimonios revelen realmente lo que est¨¢n haciendo en todas partes".