Convocadas elecciones en El Salvador con la ley marcial y el estado de sitio vigentes
El pueblo salvadore?o ha sido convocado oficialmente a las urnas el pr¨®ximo d¨ªa 28 de marzo para elegir a los sesenta diputados de una Asamblea constituyente. El Consejo Central de Elecciones ha hecho el anuncio en medio de un recrudecimiento de la guerra civil, con la ley marcial y el estado de sitio plenamente vigentes, a pesar de que el Gobierno se hab¨ªa comprometido a restablecer previamente los derechos pol¨ªticos.Como respuesta a esta convocatoria, la direcci¨®n unificada de la guerrilla, el Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) ha hecho un llamamiento a la ciudadan¨ªa, a trav¨¦s de su emisora oficial, Radio Venceremos, para que se alce en armas y protagonice una "ofensiva general" contra el r¨¦gimen que preside el democristiano Jos¨¦ Napole¨®n Duarte. Los t¨¦rminos de la proclama coinciden con los. empleados por el FMLN el 10 de enero del pasado a?o, cuando las fuerzas guerrilleras iniciaron un ataque general en todo el pa¨ªs para derrocar a una junta c¨ªvico-militar a la que consideraban responsable de las 12.000 muertes ocurridas en el pa¨ªs durante el a?o 1980. Esta cifra se ha elevado a cerca de 30.000, en su mayor¨ªa civiles, con las v¨ªctimas de este a?o de guerra abierta.
El Gobierno que preside Duarte sigue sosteniendo la tesis de que las elecciones constituyen la ¨²nica propuesta de paz viable para la naci¨®n salvadore?a. La presencia de observadores internacionales garantizar¨¢, a su juicio, la limpieza del proceso.
Los integrantes del Consejo Electoral aseguran, por su parte, que estas ser¨¢n las primeras elecciones nolfraudulentas en la historia del pa¨ªs, y que para ello se han dictado severas sanciones, incluso de prisi¨®n, para quienes intenten violentar la voluntad popular.
La oposici¨®n armada (FMLN) y pol¨ªtica (FDR) consideran que no existen condiciones para un sufragio aut¨¦nticamente libre bajo un clima de guerra civil y unas leyes de excepci¨®n que han suspendido indefinidamente los derechos pol¨ªticos. Las fuerzas opositoras se muestran dispuestas a dirimir diferencias. en el terreno electoral, siempre que se hayan creado las condiciones necesarias en una negociaci¨®n con la Junta. Todo lo dem¨¢s, dicen, ser¨¢ una mascarada para tratar de legitimar un r¨¦gimen de fuerza.
Estados Unidos, Venezuela y, curiosamente, todas las dictaduras del Cono Sur apoyan la propuesta electoral de Duarte. M¨¦xico, Francia y los partidos que integran la Internacional Socialista opinan que no puede haber elecciones sin que se haya conseguido una tregua en la mesa de negociaciones. No es tanto un problema de limpieza del proceso de votaci¨®n y escrutinio, sino de un fraude previo, que impide la participaci¨®n de cualquier fuerza opositora.
La lista de partidos participantes en las elecciones muestra desde ahora la ausencia de todas las fuerzas que se mueven a la izquierda de la democracia cristiana, incluidas varias organizaciones de signo progresista que excluyen el marxismo de su pr¨¢ctica pol¨ªtica.
Junto a los democristianos, en el poder, se presentan a las urnas el Partido de Conciliaci¨®n Nacional, que gobern¨® el pa¨ªs durante veinte a?os, hasta el derrocamiento del general Carlos Humberto Romero; el Partido de Orientaci¨®n Popular, el Partido de Acci¨®n Democr¨¢tica, el Partido de Acci¨®n Republicana Nacionalista y el Partido de Acci¨®n Popular, todos ellos enmarcados en la derecha y, aun algunos, de clara tendencia ultraderechista. Incluso la Iglesia cat¨®lica ha restado credibilidad al proceso electoral de la Junta si no se arbitra la f¨®rmula para que pueda participar la izquierda.
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