El A?o Santo, el Mundial y la posible visita del Papa pueden colapsar Santiago de Compostela
Peregrinos, turistas y aficionados al f¨²tbol llegar¨¢n a Santiago en un n¨²mero que las previsiones oficiales cifran entre ocho millones y diez millones de personas a lo largo de 1982, atra¨ªdos por motivaciones tan distintas como el A?o Santo, los Campeonatos Mundiales -con sedes en Vigo y La Coru?a- o la muy probable visita del papa Juan Pablo II a Compostela. Con una oferta hotelera cuantitativamente inferior a la de 1976, a?o jubilar en la que el n¨²mero de visitantes no sobrepas¨® los siete millones, la ciudad, de poco m¨¢s de 80.000 habitantes de hecho, afronta la eventualidad de un colapso en los servicios especiales durante los pr¨®ximos meses.
La dispersi¨®n de responsabilidades derivada del gran n¨²mero de departamentos de las Administraciones central y aut¨®noma te¨®ricamente implicados en la organizaci¨®n del A?o Santo ha impedido, en apariencia, el establecimiento de previsiones para atender la anunciada avalancha tur¨ªstica. Frustrada varias veces la constituci¨®n de un real patronato de Santiago, que podr¨ªa desempe?ar en la pr¨¢ctica el papel de un comit¨¦ interministerial, el Ayuntamiento se ha visto obligado a organizar como recurso de urgencia una comisi¨®n especial, que intentar¨¢ resolver los problemas a partir de hoy mismo,El alojamiento de los varios miles de turistas diarios que se esperan, particularmente en abril, octubre y los meses de verano, es la cuesti¨®n prioritaria a resolver por la comisi¨®n, en la que participan representantes de la Iglesia, la Junta de Galicia, la Universidad, el Ayuntamiento y las agrupaciones de empresarios de hosteler¨ªa.
Oficialmente existen en Santiago alrededor de 5.000 plazas hoteleras disponibles, cifra que supone una aceptable capacidad a juicio del responsable de la oficina local de turismo, Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros. ?Lo que ocurre?, precisa, ?es que la mayor parte no son utilizables, bien por tratarse de pensiones que carecen de servicios m¨ªnimos, bien por estar permanentemente ocupadas. Contando con el alojamiento extrahotelero que ofrecen los colegios mayores y residencias universitarias, se podr¨ªa duplicar perfectamente el n¨²mero de camas, pero habr¨ªa que esperar a la finalizaci¨®n del curso, cuando el problema se nos presenta ahora mismo?, concluye Ballesteros.
Menos pesimista, el presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios de Hosteler¨ªa de Galicia, Antonio Rielo, piensa que s¨®lo se producir¨¢n problemas de alojamiento en Semana Santa Y entre los meses de junio y septiembre. ?Para estas fechas es imposible ya encontrar plaza, pero el resto del a?o, por los datos de que ahora dispongo, los turistas podr¨¢n reservar habitaci¨®n con relativa facilidad si lo hacen a trav¨¦s de una agencia?. Quien viaje a Santiago durante la temporada alta sin haber reservado previamente una habitaci¨®n deber¨¢ resignarse, seg¨²n Rielo, a buscar alojamiento en La Coru?a, Pontevedra o cualquier otra ciudad, a un m¨ªnimo de sesenta kil¨®metros de distancia. ?Es lo que ha venido sucediendo en anteriores a?os y lo que ocurrir¨¢, supongo, en esta ocasion?.
El espectacular aumento de la demanda hotelera no determinar¨¢, sin embargo, subidas paralelas en los precios, que se incrementan s¨®lo entre un 14% y un 18% respecto a los del pasado a?o en las tarifas aprobadas ya para 1982. Traducido a n¨²meros absolutos, esto significa que una habitaci¨®n doble en un hotel de tipo medio -dos o tres estrellas- costar¨¢ alrededor de 3.000 pesetas duranje la temporada alta, en el supuesto de que se encuentre disponible alguna de las 2.200 camas de hotel existentes en Santiago y su periferia.
El Burgo de las Naciones, posible soluci¨®n
Casi todos los miembros de la comision para el A?o Santo coinciden en que la ¨²nica soluci¨®n definitiva del problema pasar¨ªa por la improbable apertura del Burgo de las Naciones, un complejo residencial construido precisamente para alojar peregrinaciones en 1965. Parcialmente utilizado en los siguientes a?os jubilares de 1971 y 1976, el Burgo permaneci¨® cerrado durante largos per¨ªodos de desuso, que propiciaron el deterioro de sus instalaciones prefabricadas. S¨®lo una m¨ªnima parte del conjunto, recientemente restaurada y habilitada para el alojamiento de cerca de un millar de estudiantes, podr¨ªa ser utilizada una vez que finalizase el curso universitario. No parece posible, en cualquier caso, una reparaci¨®n total que permitiese recuperar el uso de las 4.000 plazas del primitivo complejo.La utilizaci¨®n de los abundantes edificios eclesi¨¢sticos de Compostela ha sido descartada por el Arzobispado, que ¨²nicamente pondr¨ªa a disposici¨®n del s¨¦quito que acompane al papa Juan Pablo II en su visita las numerosas estancias vac¨ªas del seminario de la di¨®cesis?.
Tampoco la posible visita del Papa ha obligado por el momento a preparativos especiales. ?Calculamos que vendr¨¢ hacia octubre?, estima Jes¨²s Precedo, can¨®nigo encargado del protocolo, ? pero todav¨ªa no existe ning¨²n tipo de programa, que, en cualquier caso, es competencia de la Secretar¨ªa de Estado correspondiente?.
La posible estancia de Juan Pablo II en Santiago preocupa parad¨®jicamente m¨¢s a Jos¨¦ Mar¨ªa Ballesteros, quien desde su experiencia como responsable local de turismo teme una congesti¨®n en los accesos por carretera a la ciudad el d¨ªa de la visita papal. ?Hay que tener en cuenta?, previene, ?que ese d¨ªa vendr¨¢n a Santiago miles de personas de toda Galicia, que inevitablemente bloquear¨¢n con sus veh¨ªculos las entradas de la ciudad si no se les obliga a aparcarlos cuatro o cinco kil¨®metros antes?.
Hosteleros y restauradores son, con todo, los principales beneficiarios directos de un a?o jubilar en el que el turista profesional tiene todas las oportunidades para ejercer su oficio: desde comprar una t¨ªpica y t¨®pica gaita de juguete fabricada en Mallorca hasta hacerse con una r¨¦plica de botafumeiro en miniatura procedente de Toledo. La industria del A?o Santo no es necesariamente la industria de Santiago.
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