Los productores de acero norteamericanos denuncian subvenciones a las exportaciones sider¨²rgicas de los pa¨ªses europeos
La guerra del acero entre los pa¨ªses europeos -inclu¨ªda Espa?a- y Estados Unidos comenz¨® esta semana con la presentaci¨®n de demandas antidumping ante el Tribunal de Comercio de Estados Unidos.Los productores de acero norteamericanos acusan a los europeos -y especialmente a los pa¨ªses miembros de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE)- de vender sus productos a un precio inferior al de coste, debido a las ayudas estatales con que cuentan las industrias europeas.
La reacci¨®n comunitaria no se ha dejado esperar: "Nos encontramos ante una ola de proteccionismo", afirm¨® el comisario europeo Etienne d'Avignon, encargado de los Asuntos Industriales. La CEE deplora esta decisi¨®n, pero estima que las demandas presentadas por ocho grandes compa?¨ªas norteamericanas no podr¨¢n salir adelante porque los europeos pueden probar que no existe dumping.
Seg¨²n la CEE, las ventas de acero de los diez a Estados Unidos disminuyeron en 1981 en un 16%, un 4% m¨¢s de lo que disminuy¨® el consumo de acero en Norteam¨¦rica. Sin embargo, suponen todav¨ªa un 30% del total de las exportaciones comunitarias de productos sider¨²rgicos.
Los pa¨ªses que pueden resultar m¨¢s afectados por esta decisi¨®n norteamericana son la Rep¨²blica Federal de Alemania, Holanda, B¨¦lgica y el Reino Unido. La British Steel Corporation, por ejemplo, vende anualmente cerca de 400.000 toneladas en el mercado estadounidense.
Las discusiones entre la CEE y Estados Unidos comenzaron hace ya seis meses, y muy especialmente a partir del pasado mes de noviembre, cuando se comprob¨® que el Gobierno de Washington comenzaba a dar luz verde a sus productores para llevar adelante acciones contra los europeos.
Las demandas antidumping norteamericanas llegan adem¨¢s en un momento en el que la industria sider¨²rgica europea atraviesa una grave crisis. Seg¨²n Estados Unidos, las ayudas que los Gobiernos conceden a sus empresas permiten la venta de acero a precios irreales, lo que supone una competencia desleal. La acusaci¨®n fue desmentida por D'Avignon, quien se?al¨® que las ayudas que se conceden en el interior de la Comunidad tienen por objeto exclusivamente la reestructuraci¨®n de las empresas.
"Hemos perdido el primer asalto", reconoci¨® el comisario europeo, que intent¨® negociar con el secretario norteamericano de comercio, Malcohn Baldrige; "ahora hay que ganar el segundo".
Consecuencias de la crisis
El responsable de la pol¨ªtica industrial comunitaria -que someti¨® a las empresas de la siderurgia el a?o pasado a un verdadero estado de excepci¨®n para intentar contolar la crisis- se?al¨® que Washington pretende hacer pagar a la Comunidad Econ¨®mica Europea sus propios problemas y su propia crisis.
Seg¨²n Etienne d'Avignon, el Gobierno de Washington har¨¢ un esfuerzo para estudiar las demandas presentadas en un plazo m¨¢ximo de seis meses; pero muchos expertos consideran que el da?o ya est¨¢ hecho y que los europeos sufrir¨¢n las consecuencias, cualquier que sea el resultado de la investigaci¨®n, en la segunda mitad del a?o en curso.
El problema ha sido discutido tambi¨¦n en una reuni¨®n informal de ministro de Industria celebrada en Bruselas, y se espera que forme parte tambi¨¦n de las conversaciones que se iniciar¨¢n este fin de semana en Florida (Estados Unidos) entre representantes de la industr?a sider¨²rgica de Estados Un?dos, la Comunidad Econ¨®mica Europea, Canad¨¢ y Jap¨®n.
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