Convenio de banca. negociaci¨®n posible o confusi¨®n organizada
Las negociaciones para el convenio de banca est¨¢n suspendidas. El secretario general de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca Privada (AEB) explica su versi¨®n de la situaci¨®n actual, contestando a una tribuna libre publicada la semana pasada en este peri¨®dico, escrita por el secretario general de la Federaci¨®n de Banca de la UGT.
Las negociaciones para el convenio de banca est¨¢n suspendidas y no rotas. Se suspendieron el 11 de febrero pasado, "hasta que las partes, de com¨²n acuerdo, decidan que se dan las condiciones necesarias para proseguir las deliberaciones" seg¨²n dice literalmente el acta de aquella sesi¨®n. Antes, la AEB hab¨ªa solicitado la mediaci¨®n del presidente de la mesa, por entender que las posiciones de ambas partes estaban tan distantes, despu¨¦s de m¨¢s de un mes de negociaciones, que era necesario, en su af¨¢n de firmar un convenio, intentar ese procedimiento de acercamiento de posturas. Lamentablemente para el sector, la mediaci¨®n no ha conducido a la firma. El mediador puso sobre la mesa dos convenios muy simples, que la AEB acept¨® alternativamente por entender que, como f¨®rmulas transitorias, pod¨ªan servir para salir de una situaci¨®n confusa y no deseable, no sin explicar muy claramente que no eran los convenios que la banca (empresa y trabajadores) necesita para arrostrar, airosa, los retos que tiene planteados aqu¨ª y ahora. Las centrales sindicales rechazaron ambos posibles convenios.Toda negociaci¨®n debe tener unas reglas de juego (limpio). Nuestro ordenamiento jur¨ªdico obliga a las partes a negociar, y a negociar de buena fe. Denunciado un convenio, hasta tanto no se logre acuerdo expreso, se mantiene en vigor el mismo (Estatuto de los Trabajadores). O sea, que tenemos un convenio vigente, pero no tenemos todav¨ªa acuerdo para su sustituci¨®n. La AEB ha negociado, ininterrumpidamente, desde el pasado 8 de enero, en la mesa y fuera de ella. Hemos negociado de buena fe, aunque no ingenuamente, pues somos conscientes de la importancia que, para Espa?a, tienen los intereses encomendados a nuestra defensa. En la tribuna libre que el secretario general de la Federaci¨®n de Banca de UGT publicaba en EL PAIS del s¨¢bado pasado est¨¢n claramente (incluso c¨¢ndidamente) expresadas las causas reales que est¨¢n haciendo imposible la firma que la AEB desea. Voy a decirlo lisa y llanamente: son las habituales fijaciones que llevan a las centrales, a algunas centrales de clase, a distorsionar una y otra vez sus an¨¢lisis de la realidad, destruyendo cualquier posibilidad de acuerdo. ?C¨®mo se llaman las fijaciones que tiene hoy la UGT de Banca? A saber: el ANE, la "prosperidad" de la banca y ?el juicio del 23 de febrero!
Si algo ha quedado demostrado exhaustivamente en la negociaci¨®n es que las federaciones de banca de estos sindicatos no han aceptado el ANE. Ciertamente, algunas centrales han carecido del valor necesario para explicar a sus representados la realidad del compromiso asumido en el ANE, su naturaleza, or¨ªgenes y objetivos. ?C¨®mo puede defender seriamente que del ANE nazcan para las empresas obligaciones tales como la congelaci¨®n de plantillas, la creaci¨®n de nuevos puestos de trabajo o la reducci¨®n de la jornada laboral? ?Qui¨¦n enga?a a qui¨¦n? Otra cosa es que el ANE, como en su d¨ªa el AMI, no le guste a la Federaci¨®n de Banca de la UGT. No me resisto a recordar que la UGT de banca ha pedido formalmente, rompiendo el ANE firmado por sus mayores, el 13% de incremento salarial. Profesionalidad. No conviertan ustedes la negociaci¨®n colectiva en el campo donde re?ir las batallas internas, pol¨ªticas, de cada sindicato.
En t¨¦rminos de ocupaci¨®n, es absolutamente incierto que la banca destruya empleo. La banca privada operante en Espa?a viene generando empleo, indefectiblemente, desde siempre. En efecto, como muestra el cuadro adjunto, desde 1976 (a?o cr¨ªtico en la desgraciada escalada de p¨¦rdidas de empleo a nivel nacional) hasta 1980 (¨²ltimos datos disponibles), el sector bancario est¨¢ creando puestos de trabajo, lo cual contrasta fuertemente con la destrucci¨®n de empleos a nivel nacional.
Los datos del cuadro n¨²mero 1 evidencian la postura diferenciada de la banca en su pol¨ªtica de ajuste frente a la crisis global. Pero, por otra parte, hay que ser realistas y reconocer que en esta materia el papel de la banca es fundamentalmente indirecto y coadyuvante, ya que el empleo bancario representa solamente un peque?o porcentaje respecto del empleo nacional, aunque se incrementa a?o a a?o.
Partiendo de las cifras del cuadro n¨²mero 2, se ve que el papel que la banca puede jugar para resolver el acuciante problema del paro es desarrollar eficientemente su actividad de intermediario, lo cual exige inexorablemente el tener un sector bancario econ¨®micamente rentable y sano. Esto ser¨¢ posible a trav¨¦s de la utilizaci¨®n racional de los factores productivos (capital y trabajo) y a ello responde la pol¨ªtica de apertura de oficinas, la reconversi¨®n del personal, las posibilidades de polivalencia de funciones y unas limitadas facultades para que la banca pueda asignar geogr¨¢ficamente (dentro de la misma provincia) el personal en paro encubierto. La obligaci¨®n de la banca es poner a disposici¨®n de las empresas, en las mejores condiciones posibles, la financiaci¨®n que ellas necesitan. Esta es la mejor forma de generar empleo a nivel nacional.
La "prosperidad" de la banca
Los beneficios de la banca, que, por cierto, si los hay y cuando los haya, deber¨ªan ser considerados como una garant¨ªa de empleo especifica para los empleados del sector, no son los mayores de la historia, como tan fr¨ªvolamente se dice, sino que, para el conjunto del sector, son menores a?o a a?o, medidos en porcentajes sobre los activos totales medios (que es lo que verdaderamente tiene importancia para medir la bondad de unos resultados). Efectivamente, ese porcentaje, que en 1977 era del 1,04%, pas¨® a ser de 0,87% en 1978, del 0,84% en 1979 y vuelve a bajar al 0,76% en 1980. Nos tememos que este camino descendente haya continuado, para la totalidad de la banca, en 1981, a?o del que a¨²n no se disponen los datos, pero en el que es muy posible que haya aumentado el n¨²mero de entidades cuyos beneficios antes de impuestos son negativos. Los bancos deben ganar dinero para remunerar adecuadamente a sus accionistas, a sus empleados y para hacer las reservas y provisiones que las autoridades monetarias y la crisis econ¨®mica demandan. Y los bancos deben cobrar los servicios que, por una mala entendida competencia hist¨®rica, ven¨ªan siendo prestados gratuitamente. La justicia distributiva lo requiere as¨ª.
Tercera fijaci¨®n expl¨ªcita por el se?or Fern¨¢ndez. Aqu¨ª ya no s¨¦ si tengo que ponerme serio por la mala intenci¨®n que subyace o echarme a re¨ªr ante lo grotesco de la imputaci¨®n. Achacar a la AEB una premeditada estrategia dilatoria de las negociaciones, para hacerlas coincidir con la vista oral del proceso del 23-F, es no ya s¨®lo un juicio de intenciones, sino, dicho con todo el rigor del t¨¦rmino, una grave falsedad. Y eso lo sabe bien el secretario de UGT de Banca, que ha seguido, d¨ªa a d¨ªa, las negociaciones del convenio. Mal sistema es el de faltar a la verdad para tratar de conseguir apoyo a unas acciones de fuerza, injustificadas por un lado, y por otro, resultado del callej¨®n sin salida a que las propias centrales han llevado las negociaciones. Carencias t¨¦cnicas graves. Sindicalismo de hace a?os. Manipulaci¨®n. Desinformaci¨®n. La conspiraci¨®n como factor explicativo de la historia.
Resumiendo, la AEB ped¨ªa, para este convenio, dos cosas simplemente: respeto de la banda salarial del ANE y unas correcciones m¨ªnimas que flexibilizasen una normativa obsoleta que est¨¢ imposibilitando la utilizaci¨®n correcta de los recursos productivos, a que todos venimos obligados por imperativo de la econom¨ªa de mercado de la que habla nuestra Constituci¨®n. Porque esto, y nada m¨¢s que esto, son las cacareadas movilidades geogr¨¢fica y funcional. La primera, una m¨ªnima agilizaci¨®n de los farragosos tr¨¢mites del estatuto, para traslados limitados al ¨¢mbito de la provincia. La segunda, una ampliaci¨®n de funciones de algunas de las categor¨ªas en que fueron clasificados los empleados ?en los a?os cincuenta! Por cierto, que la "movilidad geogr¨¢fica" fue retirada de la mesa de negociaci¨®n hace tres semanas. Pero sigue siendo una necesidad objetiva de las empresas.
Queremos negociar
La AEB ha estado, est¨¢ y estar¨¢ en la mejor disposici¨®n para afrontar una negociaci¨®n en el marco que definen las exigencias t¨¦cnicas de nuestro sector, las exigencias econ¨®micas y sociales del momento y las de la competencia. Si los sindicatos prefieren otros sistemas, all¨¢ ellos con su responsabilidad. Pero es un error, y muy grave. Con movilizaciones instrumentalizadas y convocatorias de huelgas argumentando hechos no producidos, como el de una ruptura de negociaciones, las centrales responsables est¨¢n a punto de convertirse en un factor reaccionario en el complicado camino de Espa?a hacia la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica, la convivencia pac¨ªfica y la consolidaci¨®n de la democracia. Una llamada: ser¨ªa muy de desear que las personas que dentro de esas organizaciones han sido capaces de instrumentar sistemas de acuerdos para dirimir racionalmente las divergencias fueran ahora capaces de evitar tal regresi¨®n, cuyas consecuencias negativas ser¨ªan muy serias. Por ¨²ltimo, explicar al lector que, como los empleados no tienen la culpa de que sus representantes y la representaci¨®n de sus empresas no se pongan de acuerdo, la AEB, el mismo d¨ªa en que se suspendieron las negociaciones, ha recomendado a todos los bancos que paguen, con efectos de primero de enero, un incremento del 10% a cuenta de un eventual, y cada vez m¨¢s dif¨ªcil, acuerdo final.
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