Margaret Thatcher anuncia la m¨¢xima firmeza de su Gobierno contra los secuestradores a¨¦reos
"Todo el mundo sabe que si unos secuestradores vienen aqu¨ª no se marchar¨¢n", declar¨® la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, tras el feliz e incruento desenlace, el domingo, del secuestro de un avi¨®n de Tanzania, que aterriz¨® la v¨ªspera en el aeropuerto de Stansted, al norte de Londres. Esta estrategia de firmeza, junto a una t¨¢ctica de suave convencimiento, dio un positivo resultado del cual puede felicitarse la polic¨ªa brit¨¢nica.
El secuestro del avi¨®n que el viernes hab¨ªa salido de Mwanza, en el norte de Tanzania, para ser desviado a Kenia, Arabia Saud¨ª, Grecia y, finalmente, el Reino Unido concluy¨® tras veintis¨¦is horas en Stansted, cuando dos ni?os salle ron del Boeing 737 de Air Tanzania con las armas de los secuestra dores en sus brazos: un rev¨®lver, dos pistolas de madera, una falsa granada y una caja que dec¨ªa "explosivos". Los cuatro secuestrado res del hasta ahora desconocido Movimiento Revolucionario Juvenil de Tanzania se rindieron a me dia tarde del domingo sin haber lo grado su prop¨®sito, a saber, forzar la dimisi¨®n de su presidente Julius Nyerere.Los secuestradores hab¨ªan liberado a los noventa pasajeros por tandas, contribuyendo a ello la llegada al aeropuerto de Oscar Kamaboa, cuya presencia hab¨ªan exigido los piratas del aire. Kambona, antiguo numero dos de Nyerere, que tuvo que exiliarse en 1967, dej¨® sin embargo bien claro que no aprobaba este g¨¦nero de acciones. Los ¨²ltimos en salir del avi¨®n, acompa?ados de sus mujeres e hijos, fueron los cuatro j¨®venes- secuestradores, que ser¨¢n juzgados por la ley brit¨¢nica. Ocho pasajeros ingresaron en el hospital, si bien aparentemente el ¨²nico herido fue el copiloto del avi¨®n.
El mensaje a otros posibles secuestradores dirigido por el ministro brit¨¢nico del Interior, William Whitelaw, que supervis¨® las operaciones, fue tajante: "No vengan aqu¨ª, pues no les dejaremos marchar". Margaret Thatcher, por su parte, se?al¨® que despu¨¦s de decidir que los secuestradores, no escapar¨ªan fue s¨®lo cuesti¨®n de "c¨®mo resolver el secuestro sin violencia y sin derramamiento de sangre.
Y no hay nadie como nuestra polic¨ªa para llevar tan bien esta operaci¨®n".
Largas horas de conversaciones
Por radio, desde la torre de control, la polic¨ªa explic¨® claramente a los secuestradores que no les proporcionar¨ªa el combustible que ped¨ªan para poder volver a despegar. A esta posici¨®n de fuerza, siguieron largas horas de conversaci¨®n de la polic¨ªa de Essex con los secuestradores y la tensi¨®n fue remitiendo poco a poco. Vencieron los buenos modales y la raz¨®n.El secuestro podr¨ªa haber terminado mal. Comandos del SAS (Special Air Service), entrenados en las actividades antiterroristas, aguardaban en las inmediaciones del avi¨®n dispuestos a intervenir si la violencia se desencadenaba en el Boeing, que los secuestradores hab¨ªan amenazado con volar.
Los secuestradores cre¨ªan que se dirig¨ªan al aeropuerto londinense de Heathrow pero, los controladores a¨¦reos hicieron aterrizar al avi¨®n en Stansted.
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