Soledad Becerril pide al Consejo de Ministros que se aumente el presupuesto para Cultura en m¨¢s del 50%

"He dado una llamada de atenci¨®n a lo que se podr¨ªa llamar prioridad de la cultura, una llamada de atenci¨®n urgente que pide, del Gobierno, un cuidado al mismo nivel de necesidad que el que se concede a una buena defensa, a una buena educaci¨®n o a la sanidad", ha dicho a EL PA?S la ministra de Cultura, Soledad Becerril, a prop¨®sito de su primer informe al Consejo de Ministros. En el informe, donde se explica la filosof¨ªa de su departamento y sus objetivos, se especifican ya algunas medidas urgentes, por ejemplo fiscales, y se pide del Gobierno que aumente en m¨¢s de un 50% el presupuesto destinado a Cultura. "La cultura, dice Soledad Becerril, "es prioritaria para la gobernabilidad del Estado. La estabilidad democr¨¢tica es impensable sin una cultura s¨®lida".

"No he querido hacer un informe exhaustivo, que nadie tiene tiempo de leer", dice Soledad Becerril. "Pero s¨ª he querido que aparecieran en ¨¦l los principios generales que me han movido a aceptar este departamento. No hay definiciones de la Cultura, pero s¨ª de los terrenos a que alcanza mi ministerio, y s¨ª hay un hincapi¨¦ en la que llamar¨ªa prioridad de la cultura, ante algo tan elemental como la gobernabilidad del Estado, imposible cuando se trata de asentar la democracia si no hay una cultura s¨®lida". "La cultura", dice, "sirve para cosas como pagar impuestos, evitar el fraude o someterse a una pol¨ªtica de austeridad en un determinado momento. Yo creo que no es el arte, ni la instrucci¨®n ni las costumbres, o que no es s¨®lo eso: la cultura es un comportamiento"."Por eso", sigue Soledad Becerril, "he querido hacer una llamada sobre el papel del Estado respecto a la creaci¨®n cultural. No se la puede mirar con criterios de rentabilidad econ¨®mica, ni tampoco como instrumento de una pol¨ªtica partidista". En este sentido, el informe que comentamos define la cultura como "la lucha contra la lucha por la supervivencia", y su rentabilidad como beneficios en materia de conducta c¨ªvica y calidad de vida, y pide se conceda al ministerio al menos el 1,5% del presupuesto nacional, lo que supone el 50% m¨¢s de los 30.306 millones de que dispone para este a?o el Ministerio de Cultura.

El Estado como protector de la libertad de cultura

"El Estado", dice el programa de la ministra, "no debe producir una cultura, sino garantizar su independencia y proteger su libertad". En funci¨®n de este principio confesadamente liberal, y de la necesidad de que el Estado recoja y potencie de la vida social los infinitos cambios que en materia de cultura se est¨¢n produciendo, se marcan unos objetivos fundamentales: la expansi¨®n del pluralismo cultural, el fomento de la creaci¨®n, la conservaci¨®n y defensa del patrimonio como fuente de cultura viva, y la atenci¨®n a los cambios presentes, mediante un Instituto de Seguimiento de los mismos; combatir la desigualdad cultural asegurando en la medida de lo posible la igualdad de oportunidades en el acceso a la cultura, tema que pasa por la descentralizaci¨®n de los focos de acci¨®n cultural, teniendo en cuenta el marco del Estado de las Autonom¨ªas; determinar los l¨ªmites de la intervenci¨®n del poder pol¨ªtico en materia cultural, y, en este sentido, proyectar una pol¨ªtica de acercamiento y est¨ªmulo a la iniciativa privada.Sobre el tema del presupuesto, la ministra se muestra optimista. "Yo intento doblarlo, pero tengo la esperanza de aumentarlo considerablemente y, sobre todo, de que se acepten algunas medidas fiscales que favorezcan la acci¨®n cultural. Concretamente", sigue Soledad Becerril, "intentamos cambiar el r¨¦gimen fiscal de muchas actividades art¨ªsticas. Por poner un ejemplo, hay un tema que coleaba como una vieja reivindicaci¨®n, y que era el llamado impuesto de menores, una carga de un 5% sobre cine y teatro, que intentamos suprimir". "Por otra parte", a?ade la ministra de Cultura, "sigo pensando que el libro es el elemento prioritario para nuestro Ministerio, y en este sentido se van a llevar a cabo una serie de acciones como concursos y premios a los autores, y, en colaboraci¨®n con el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, un plan de bibliotecas y otro de ediciones o ayudas a la edici¨®n, que pongan a la venta y en esas bibliotecas, un alt¨ªsimo n¨²mero de libros a precios popularmente asequibles".

El programa presentado al Consejo de Ministros se?ala la necesidad de realizaciones concretas ante un per¨ªodo que comienza con "un largo a?o electoral". La ministra de Cultura, por su parte, se presentar¨¢ a la campa?a andaluza, por lo que, entre otras acusaciones, se dice que Soledad Becerril hace en Cultura una pol¨ªtica electoralista cara a Andaluc¨ªa. "Es posible que me venga bien pol¨ªticamente, en el sentido en que una buena gesti¨®n favorece a cualquier persona p¨²blica. Pero lo que s¨ª est¨¢ claro es que ni he hecho ni voy a hacer del Ministerio de Cultura un instrumento electoral en mi beneficio personal, ni tampoco en el de mi partido. Yo me planteo la acci¨®n ministerial como urgente y necesaria para el asentamiento de un sistema pol¨ªtico, que es la democracia, y que es prioritario en un pa¨ªs como este, industria, con una historia y un acervo cultural casi apabullantes. La cultura debe pasar a ser objetivo primario del Estado, como pueda serlo la calidad de la ense?anza o de la sanidad, y a ¨¦ste intento he consagrado mi mandato".