Mar¨ªa Jim¨¦nez lo ense?a todo
La cantante Mar¨ªa Jim¨¦nez, m¨¢s turbadora que nunca, ha ofrecido tres galas en la madrile?a sala Cleof¨¢s, dejada libre por Tip y Coll para irse a avivar el fuego de las fallas valencianas. Pero Mar¨ªa se encarg¨® de que tampoco faltase el fuego en la sonada madrugada de su estreno. Fue un recital ardiente y memorable.Sin embargo, lleva Mar¨ªa Jim¨¦nez en la sangre este fragmento de Heine: "La naturaleza, como un gran poeta, sabe producir los efectos m¨¢s grandes con escasos medios: un sol, ¨¢rboles, flores, agua y amor. Pero seguramente si falta el ¨²ltimo en el coraz¨®n del hombre, todo presentar¨¢ un miserable aspecto: el sol tendr¨¢ entonces no m¨¢s que tantas o cu¨¢ntas leguas de di¨¢metro, los ¨¢rboles ser¨¢n buenos para la le?a; las flores, para clasificarlas seg¨²n sus estambres, y el agua, una cosa h¨²meda..." Algo semejante pregona nuestra int¨¦rprete frente al amor e inmersa en ¨¦l.
Mar¨ªa Jim¨¦nez, tras una etapa de titubeos alarmantes, ha recuperado el aspecto saludable y salvaje de sus comienzos. Ha comprendido que en su g¨¦nero hay que salir al escenario con la infidelidad virtual en el cuerpo y no diluirse en la estampa de lo inasequible. Ella ha vuelto a cantar con ganas, morbosamente, con ese sonido del que todos dicen que de d¨®nde le saldr¨¢ para ver si el vecino responde lo que todo el mundo piensa. Con su cabellera rubia en libertad, osados vestidos y expresivos gestos, lo ense?a todo: cuerpo y alma.
Palabras secretas
Bord¨® el arrastre encendido de las palabras secretas, los remolinos, las ondulaciones, las miradas brillantes y el desparpajo entre cuatro bailarines y una cuidadosa orquesta. Cant¨® viejos temas, inyect¨¢ndoles nueva y c¨¢lida savia: Desn¨²dame sobre mayo, H¨¢blame en la cama, De distinto modo, Si te vas, Sensaci¨®n, Los celos, En la oscuridad.. Cant¨® nuevos temas con una sabidur¨ªa apasionada que le viene de lejos: Frente al amor, S¨®lo porque te quiero, Como hice yo y, a manera de himno particular, El sabor del saber.Ella intu¨ªa que se jugaba mucho en esta representaci¨®n. Su figura p¨²blica, despu¨¦s de contraer matrimonio, ha sido el blanco de todas las infamias inimaginables. M¨¢s tierna y fr¨¢gil de lo que est¨¢ decidida, al parecer acus¨® el golpe. Se la ha visto apocada, insegura y deprimida. Pero ha sabido resucitar la turbulencia fulminante de sus or¨ªgenes, reducir a polvo Ias murmuraciones y alzarse con un hermoso recital asentado sobre el equ¨ªvoco, la dulce perversi¨®n y el entusiasmo arrollador.
Es una criatura que se expone de lleno en la oscuridad, en la penumbra y a pleno sol. Ama las curvas peligrosas y el riesgo. Y sabe proclamar con gran choteo que el saber no ocupa lugar, pero que no se puede obtener sin tener lo que es principal: "vocaci¨®n por lo cu,ltural". Y que hay que mojar el dedo para saber si est¨¢ bien de sal. Al t¨¦rmino, en el jard¨ªn de las delicias, se despide de manera frontal: "Ya me voy porque me voy. No tengo nada que justificar".
Babelia
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