Joyce, en la vieja f¨¢brica de tabaco de Sevilla
Como James Joyce fue un aficionado a la ¨®pera, le hubiese alucinado el hecho de que el reciente simposio de tres d¨ªas sobre ¨¦l mismo tuviera lugar en el sitio donde trabajaba la Carmen de Bizet, o sea, la antigua f¨¢brica de tabaco en Sevilla, hoy la Universidad. Acerca de este simposio, cuya celebraci¨®n coincide con el centenario de Joyce, que se conmemora este a?o, trata el siguiente art¨ªculo.
El simposio empez¨® con una conferencia del irland¨¦s George Watson (catedr¨¢tico de la Universidad de Aberdeen, en Escocia), quien hizo una introducci¨®n amplia, humana y divertida de la obra de Joyee, prestando atenci¨®n a sus distintos tipos de lenguaje y su contexto irland¨¦s. En su conferencia, titulada Leyendo Finnegans Wake, Clive Hart (catedr¨¢tico de la Universidad de Essex, en Inglaterra) se present¨® como una de las quince personas en el Reino Unido que verdaderamente han le¨ªdo el ¨²ltimo libro de Joyec. Dio unas reglas para leer Finnegans Wake, y confes¨® que aunque ha dedicado veinticinco a?os a estudiar el libro no est¨¢ seguro de la validez de ninguna de sus conclusiones sobre el contenido.
?Un hecho revolucionario?
Fritz Serin (presidente de la Fundaci¨®n James Joyee, en Zurich) ofreci¨® un an¨¢lisis ling¨¹¨ªstico deslumbrante ?le la obra de Joyec y sus requerimientos del lector, mientras Walton Litz (catedr¨¢tico de la Universidad norteamericana de Princeton, en Nueva Jersey) explic¨® magistralmente el papel del autor en Ulises y c¨®mo y por qu¨¦ Joyec exige la cooperaci¨®n del lector en el proceso de creaci¨®n del libro. Walton Litz considera a Ulises como el fin de la tradici¨®n de la novela. Despu¨¦s, Litz abri¨® su seminario con una brillante sinopsis hist¨®rica de la cr¨ªtica de Ulises.
Las distintas posturas de los cuatro conferencientes fueron reveladas en una mesa redonda, que cont¨® tambi¨¦n con la participaci¨®n del cr¨ªtico marxista ingl¨¦s Terry Eagleton y de C¨¢ndido P¨¦rez G¨¢llego (catedr¨¢tico de la Universidad de Zaragoza). Clive Hart y Terry Eagleton chocaron en sus interpretaciones de lo que significa leer Finnegans Wake: ?debe ser una experiencia comparable a lo que se saca de una novela de George Eliot, por ejemplo, o es algo completamente distinto, un hecho revolucionario?
Adem¨¢s de las conferencias y seminarios de los se?ores Watson, Hart, Senn y Litz, hubo treinta comunicaciones. Claro que, dada la simultaneidad de la hora, desgraciadamente era imposible asistir a m¨¢s de la tercera parte. Como ejemplo, hay que se?alar la investigaci¨®n rigurosa y sugestiva de Mar¨ªa Jos¨¦ Crespo Ail¨²e y Luisa Rodr¨ªguez Palomero (ambas de la Universidad de Valladolid) sobre la traducci¨®n espa?ola del Reirato del artista adolescente, por D¨¢maso Alonso, y el impacto de su publicaci¨®n en el a?o 1925 en la generaci¨®n del 27, en particular sobre Rosa Chacel. Sobre Ulises, Cheryl Herr (Universidad de Virginia) se?al¨® la conexi¨®n entre el episodio Eolo y la censura de la Prensa irlandesa de El c¨ªclope, quiz¨¢ el texto m¨¢s divertido escrito nunca en ingl¨¦s.
Un "Ulises audiovisual"
El punto culminante del simposio era una bell¨ªsima interpretaci¨®n audiovisual de Ulises por Manuela Rodr¨ªguez Herrera (Universidad de Sevilla). Su selecci¨®n de m¨²sica fue siempre muy acertada, pero el elegir la primera parte de El mar, de Debussy, para el Tel¨¦macho, fue un rasgo de genialidad.
Como debe ser, la conclusi¨®n sacada del simposio es que vale la pena hacer el esfuerzo necesario para comprender todas las facetas de la obra de Joyce. Como dice Richard Ellman, su bi¨®grafo, "todav¨ªa estamos aprendiendo a ser los contempor¨¢neos de James Joyce, a comprender a nuestro int¨¦rprete". Sin embargo, ser¨ªa triste si las obras de Joyce, tan dem¨®ticas, interesan solamente a cr¨ªticos y acad¨¦micos. Joyce fue un gran cachondo y, como bien ha se?alado Anthony Burgess, "si haya existido jam¨¢s un escritor para el pueblo, Joyce era aquel escritor".
es cr¨ªtico literario y profesor del Instituto Brit¨¢nico de Madrid.
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