Un escenario conocido para la Royal Navy
![Andr¨¦s Ortega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f703ba3-ab63-4ec6-b2d9-16dd251eb51a.png?auth=ce4b270d36a1e6c3150defefffbeef1b3c3465890f4ad8ba827b988ccc791d51&width=100&height=100&smart=true)
Cinco veces en el siglo XX, hasta la presente crisis, el Reino Unido ha utilizado, o amenazado con utilizar, sus fuerzas navales en la zona de las islas Malvinas para defender sus intereses. En dos de estos casos el enemigo era Alemania. En el resto, Argentina. En todos, Londres consigui¨® sus prop¨®sitos.En 1948, Argentina envi¨® una flotilla de dos cruceros y seis destructores, con cinco almirantes, para intentar imponer por la fuerza sus demandas territoriales sobre las dependencias de la Ant¨¢rtida. Pero, por un lado, el presidente de Chile, sobre una fragata, y el gobernador brit¨¢nico de las islas Malvinas, sobre el buque Nigeria, zarparon tambi¨¦n y la tensi¨®n se enfri¨®. La amenaza del uso de la fuerza se volvi¨® contra Argentina.
En septiembre de 1976, el buque brit¨¢nico Puma zarp¨® de Ciudad el Cabo (Sur¨¢frica) hacia Port Stanley, la capital de las Malvinas, tras una invasi¨®n simb¨®lica de estas islas por un grupo de ciudadanos argentinos. El acontecimiento vino acompa?ado de manifestaciones antibrit¨¢nicas en Buenos Aires. El incidente fue resuelto por la v¨ªa de la negociaci¨®n, y las fuerzas navales no fueron utilizadas.
La ¨²ltima vez que Londres utiliz¨® la amenaza del uso de la fuerza para defender sus derechos en las islas Malvinas fue en 1977. Las voces corr¨ªan en Buenos Aire de que Argentina preparaba una invasi¨®n. Con James Callaghan de primer ministro y David Owen al frente del Foreign Office, el Gobierno laborista decidi¨® enviar, en diciembre de ese a?o, a las disputadas islas un destacamento naval. La operaci¨®n fue tan secreta que nadie se enter¨®.
El Foreign Office nunca ha publicado los detalles, pero se entiende que el destacamento estaba formado por dos fragatas y un buque auxiliar; en cualquier caso, insuficientes, militarmente, para impedir un desembarco argentino. La diplomacia volvi¨® a triunfar. "Fuimos en secreto y volvimos en secreto", coment¨® Owen el pasado 3 de abril.
Contra Alemania, en la primera guerra mundial, la batalla de las Malvinas, el 8 de diciembre de 1941, fue un gran ¨¦xito para el almirante brit¨¢nico sir Diveton Sturdee, que zarp¨® de Inglaterra con instrucciones de "buscar y destruir al enemigo".
Al mando de un destacamento de ocho buques -entre ellos, dos cruceros de combate, uno de los cuales llevaba el nombre de Invencible-, Sturdee se enfrent¨® con cinco buques de guerra y tres nav¨ªos de reavituallamiento, capitaneados por el almirante Graf von Spree.
La batalla naval, al suroeste de las Malvinas, fue un total triunfo brit¨¢nico. La Royal Navy contaba con una clara superioridad num¨¦rica. Las fuerzas a¨¦reas no estaban a¨²n all¨ª, y los buques brit¨¢nicos eran muy r¨¢pidos y m¨¢s mainiobrables. La batalla de las Malvinas, dicen algunos historiadores, fue crucial, pues con ella el Reino Unido volvi¨® a gozar del control de los mares abiertos.
Los paralelismos con la situaci¨®n actual son dificiles de establecer. "La historia nunca se repite", dijo Voltaire; "el hombre, siempre".
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