Empleo y fraude desempleo
Entiendo que el del empleo es un tema de Estado y, cuando menos, de la misma categor¨ªa que el de las autonom¨ªas u orden p¨²blico, con los que, por otra parte, y desde distintos ¨¢ngulos, se encuentra ¨ªntimamente relacionado. Si se admite pac¨ªficamente la afirmaci¨®n que expongo, el corolario que se puede extraer de ella es obvio: cualquiera que sea el partido pol¨ªtico qu¨¦ eventualmente alcance el poder deber¨¢ abordar el tema del empleo como prioritario. Aunque este no sea el momento y el lugar para referirnos in extenso a las causas del paro, digamos que las mismas s e derivan de dos grandes grupos de factores: externos o importados, los primeros, y aut¨®ctonos, de otro lado. Entre aqu¨¦llos, el brutal encarecimiento de los precios de la energ¨ªa (se dir¨¢ de ¨¦ste, quiz¨¢, que es ya t¨®pico, pero recu¨¦rdese que los t¨®picos suelen ser verdades manifiestas), los importantes cambios estructurales en la econom¨ªa mundial, la desaceleraci¨®n de los niveles de desarrollo -con la consiguiente ca¨ªda de las tasas de beneficios-, el resurgimiento de las pol¨ªticas comerciales proteccionistas..., etc¨¦tera. Entre los factores aut¨®ctonos se encuentran en vanguardia los que son consecuencia de la propia estructura econ¨®mica espa?ola, que en muchas de sus especificaciones responde a m¨®dulos premodernos, con la consiguiente dificultad de adaptaci¨®n a las exigencias del tiempo nuevo.Habla Zufiaur de que "el ministro de Trabajo ha puesto en marcha una campa?a contra el fraude en el desempleo". Es preciso realizar aqu¨ª una, si quiera leve, matizaci¨®n. No se trata de una campa?a emp¨ªrica, puntual, ni, por supuesto, caprichosa o arbitraria. Por el contrario, estas actuaciones, realizadas bajo una denominaci¨®n que podr¨ªa discutirse si es o no excesivamente afortunada, responden al ejercicio diario de la competencia que el ordenamiento jur¨ªdico vigente atribuye al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
La tragedia no es el fraude sino el paro
Por otra parte -?c¨®mo podr¨ªa discutirse esto?-, la verdadera tragedia no es el fraude en la percepci¨®n del subsidio de desempleo, sino, efectivamente, la realidad agobiante del paro. El fraude directo en materia de desempleo es, sobre todo, como demuestran las actuaciones fiscalizadoras que con car¨¢cter permanente se realizan por los servicios de la Inspecci¨®n de Trabajo y sus colaboradores, los controladores de empleo, secundario e inducido, porque el fraude importante se plantea en otra perspectiva m¨¢s general, cual es la que afecta al sistema global del r¨¦gimen de la Seguridad Social espa?ola, con sus conocidas dificultades de financiaci¨®n, generada, por los impag¨¢dos, y por los d¨¦ficit fraudulentos de cotizaciones, que alcanzan cifras cuantiosas (es conocido que, como consecuencia de las recientes actuaciones, se ha multiplicado el ritmo de las altas a la Seguridad Social).
La campa?a a que se refiere Zufiaur no es ideol¨®gica, aunque los sp¨¢is televisivos, y ello por la servidumbre del medio, pudieran abonar, en alguna medida, esa impresi¨®n, pues el ¨¦nfasis en la alocuci¨®n y el esquematismo en el mensaje son inevitables. Y no es ideol¨®gica ni unilateral, porque si afirmamos, como hicimos al principio de este escrito, que el empleo es un tema de Estado y uno de los m¨¢s relevantes, no podemos ser tan inconscientes como para politizarlo desde un alicorto enfoque partidario ni muchos menos electoralista. La problem¨¢tica del empleo, del desempleo y del fraude en la percepci¨®n de los subsidios excede incluso del ¨¢mbito administrativo singularizado por el Ministerio. Por ello, es preciso que todas las fuerzas sociales involucradas en el problema colaboren cotidianamente en el ejercicio de las funciones de control, porque somos conscientes de que s¨®lo as¨ª podr¨¢ erradicarse la pr¨¢ctica viciosa que est¨¢ perjudicando a trabajadores, empresas y, en definitiva, a todo el pa¨ªs. Espa?a, en esta materia, no es singular. Tambi¨¦n aqu¨ª estamos padeciendo lo que los italianos llaman econom¨ªa sommersa. Sin esa colaboraci¨®n que no pide s¨®lo el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, sino que clamorosamente exige toda la ciudadan¨ªa del pa¨ªs, hay poco o nada que hacer, entre otras razones, porque nosea que, para evitar fraudes, vayamos a incurrir en la contradicci¨®n antiecon¨®mica de inflar los cuerpos burocr¨¢ticos y fiscalizadores. Ah¨ª est¨¢ el Consejo General del Instituto Nacional de Empleo (INEM) y las comisiones ejecutivas provinciales que han sido potenciadas en sus competencias y funciones, y en las que ya participan representantes de los empresarios y centrales sindicales junto a funcionarios de la Administraci¨®n p¨²blica.
"No dar ni golpe"
Para terminar, una apostilla: la que merece la referencia al paro end¨¦mico que se produce en algunos sectores de la Administraci¨®n, en el sentido de no dar golpe".
Menos mal que el articulista hace la formal y expresa salvedad de suponer que son minoritarios. S¨®lo faltaba ya hacer de los funcionarios p¨²blicos chivos expiatorios para las dificultades que aquejan al pa¨ªs. Los funcionarios, en su inmensa mayor¨ªa, sirven al p¨²blico, a los contribuyentes, de quienes provienen sus no siempre boyantes retribuciones, y son fervorosamente partidarios de contribuir a modernizar y racionalizar el aparato al que sirven.
Y, por descontado, dejar constancia expresa de que comparto con Zufiaur sus consideraciones sobre la inversi¨®n y la contrataci¨®n de trabajadores en paro. Siempre ser¨¢ m¨¢s eficaz y esperanzador promover, propiciar y favorecer la inversi¨®n creadora y el empleo que enfatizar la problem¨¢tica, cierta, por otra parte, de los fraudes en el desempleo, porque s¨®lo as¨ª haremos realidad la aspiraci¨®n contenida en el pre¨¢mbulo de la ley fundamental espa?ola de "garantizar la convivencia democr¨¢tica dentro de la Constituci¨®n y las leyes conforme a un orden econ¨®mico y social justo", presidido por la inexorable solidaridad que entre los hombres y las regiones de este pa¨ªs, aut¨®nomas o no, debe .existir, no s¨®lo por razones de rango tan alto como las espirituales o patri¨®ticas, sino incluso desde la m¨¢s simple perspectiva de la racionalidad econ¨®mica, enfoques ambos que no tienen por qu¨¦ entrar en contradicci¨®n, pues s¨®lo en la conjugaci¨®n simult¨¢nea de los dos haremos una Espa?a habitable y una convivencia armoniosa.
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