La empresa Controles Autom¨¢ticos despidi¨® a todos sus trabajadores por "bajo rendimiento"
Controles Autom¨¢ticos, fue empresa pionera a la hora de su instalaci¨®n, en 1965, en el Pol¨ªgono de Promoci¨®n Industrial de Burgos. Nunca hab¨ªa tenido ning¨²n conflicto laboral, pero el pasado d¨ªa 14 cada uno de sus 101 trabajadores, incluido el director, recibi¨®, sin previo aviso, la carta de despido, basada en un supuesto bajo rendimiento colectivo. Ni expediende de regulaci¨®n ni ninguna otra causa justificaban aparentemente la medida. En opini¨®n de los trabajadores, con tan radical procedimiento, la multinacional RANCO, se despojaba de una factor¨ªa de la que era propietaria que ya no le ofrec¨ªa ning¨²n inter¨¦s y que "hab¨ªa hecho todo lo posible por hundirla".
Controles Autom¨¢ticos, SA, fue la primera empresa de nueva planta que se construy¨® en el Pol¨ªgono de Promoci¨®n Industrial de Burgos y a lo largo de toda su trayectoria, se hab¨ªa caracterizado por ser una empresa modelo, cuyos trabajadores nunca hab¨ªan creado ning¨²n tipo de conflicto.La empresa, dedicada a la producci¨®n de reguladores de temperatura para electrodom¨¦sticos, los conocidos termostatos, se constituy¨® en 1965 en terrenos del Pol¨ªgono de Promoci¨®n Industrial de Gamonal. Era la primera empresa que se acog¨ªa a los beneficios de ese ente, creado s¨®lo un a?o antes. El capital inicial fue de nueve millones de pesetas, apprtado en un 25% por la multinacional RANCO, y el otro 75%, por un grupo vasco.
La empresa, que empez¨® con menos de veinte trabajadores, fue creciendo poco a poco. "Eran buenos tiempos", dice su director, Antonio Romero Magari?o; "se constru¨ªa much¨ªsimo Y todo el mundo empez¨® a comprar gran cantidad de electrodom¨¦sticos".
Los buenos tiempos
Controles Autom¨¢ticos, SA, era la ¨²nica empresa nacional en su g¨¦nero y suministraba a casi todas las empresas de electrodom¨¦sticos del pa¨ªs: Fagor, Fabrelec, Kelvinator, Iblesa, Corber¨®... "Adem¨¢s, salvo algunas pocas piezas que import¨¢bamos de Italia, nosotros ten¨ªamos taller de piecer¨ªo y fabric¨¢bamos casi todos los elementos", se?ala Felipe Barrero Serrano, delineante proyectista, que lleva m¨¢s de catorce a?os trabajando en la f¨¢brica.Total, que la f¨¢brica va aumentando en envergadura y el capital se ampl¨ªa. En 1967, el capital es ya de doce millones de pesetas; en 1971, de quince millones, y en 1978 se alcanzan los dieciocho millones.
Durante todos estos a?os las relaciones entre empresa y trabajadores no pod¨ªan ser mejores. "Jam¨¢s hab¨ªamos tenido un problema laboral" dice el director, Romero Magari?o. Esta opini¨®n es corroborada por la mayor parte de los miembros del comit¨¦ deempresa, que ratifican el car¨¢cter un tanto familiar y paternalista de la empresa.
La democracia no le ha sentado bien a Controles Autom¨¢ticos, SA. En el ¨²ltimo Consejo de Ministros de 1978 se da v¨ªa libre a las multinacionales para que puedan ser due?as en su totalidad de empresas espa?olas. La RANCO, que por aquel entonces era propietaria del 40% de las acciones de Controles Autom¨¢ticos, SA, compra todas las acciones y se hace propietaria de la f¨¢brica. "En aquel momento la empresa estaba en pleno auge y realmente era un 'bomb¨®n' para cualquiera", dice su director despedido.
A todo el mundo le parece que esto de pertenecer a una multinacional tiene que ser muy provechoso, pero las cosas empiezan a torcerse. El Gobierno impuso, a RANCO, al hacerse cargo de la empresa, que un porcentaje de su producci¨®n ten¨ªa que ir al mercado exterior. "Entonces, RANCO, como tiene que exportar y quiere cuidar su imagen en el exterior, estima que las piezas que nosotros fabricamos no tienen la calidad deseada, por lo que se cierra el piecer¨ªo y nos obliga a importar todas las piezas de Italia", dice el director, Romero Magari?o.
Total, que los gastos de importaci¨®n empiezan a encarecer tanto el producto que se empieza a notar una baja en las ventas a nivel nacional, lo que transforma a la f¨¢brica en irrentable.
En julio de 1980 la f¨¢brica ten¨ªa cerca de doscientos trabajadores. El septiembre se presenta el primer expediente de regulaci¨®n de empleo que afecta a 52 trabajadores.
La Delegaci¨®n de Trabajo estima que solo 24 trabajadores se vean afectados de suspensi¨®n temporal de empleo durante seis meses y el resto de los trabajadores permanecen en sus puestos. M¨¢s tarde, en enero de 1981, catorce trabajadores son despedidos de manera improcedente, y en julio del mismo a?o son despedidos otros ocho empleados de los veinticuatro que se reintegran a sus puestos una vez finalizado el per¨ªodo de desempleo.
La estrategia de la multinacional
A finales del pasado a?o RANCO hace saber que la f¨¢brica es improductiva y que no le interesa. "Justo por esas fechas nosotros nos hab¨ªamos enterado de que la multinacional hab¨ªa sacado otro termostato, llamado l¨ªnea Q, que, al parecer, es mejor, m¨¢s simple y m¨¢s econ¨®mico. Para poder fabricarlo aqu¨ª habr¨ªa que cambiar la f¨¢brica de arriba abajo, con un considerable coste, lo que, l¨®gicamente, no le interesa a RANCO", dice el director.La multinacional hace a Controles Autom¨¢ticos, SA, tres propuestas. "La primera de ellas, vender a los trabajadores el 50% de las acciones; podr¨ªa haberse llevado a cabo, pero hicimos saber a la empresa que para que esto fuese viable habr¨ªa que hacer una reducci¨®n de personal que les costar¨ªa treinta millones de pesetas, aparte de las deudas que ten¨ªamos, de las que tambi¨¦n tendr¨ªan que hacerse cargo", se?ala el director administrativo Gonz¨¢lez. "RANCO no accedi¨® a ello y nos hizo otra propuesta: que la reestructuraci¨®n la hici¨¦semos los propios trabajadores; es decir, que los veintitr¨¦s se?ores que se tendr¨ªan qu¨¦ ir lo hiciesen voluntariamente y, adem¨¢s, que se congelasen los salarios y dej¨¢ramos de percibir un 10% del sueldo. L¨®gicamente, todos los trabajadores nos negamos".
La tercera propuesta consist¨ªa en que Controles Autom¨¢ticos SA, buscase otros compradores, lo que tampoco dio resultado.
Ante cualquiera de las tres propuestas, RANCO se compromet¨ªa a comprar mil unidades d¨ªa de producci¨®n. "Lo que, de aceptarse, supondr¨ªa que Controles Autom¨¢ticos, SA, tendr¨ªa que seguir comprando piezas al exterior, lo que ser¨ªa catastr¨®fico econ¨®micamente. As¨ª, pues, no nos dejaba ninguna salida", dice Romero Magari?o.
La respuesta de RANCO fue la de enviar 101 cartas de despido, incluido el director, argumentando bajo rendimiento en todo el personal de producci¨®n e incumplimiento de trabajo en el caso de los t¨¦cnicos y administrativos. "Lo incre¨ªble del caso", dice Fausto Paniagua, del taller de mantenimiento, "es que nosotros est¨¢bamos trabajando con la misma intensidad de siempre y hasta el mismo d¨ªa en que nos dieron la carta. Por otra parte, la media de producci¨®n diaria en los ¨²ltimos meses fue superior a la meta que nos hab¨ªa marcado RANCO".
Con la carta de despido en la mano, los trabajadores se dirigieron a la Inspecci¨®n de Trabajo. "El jefe de la Inspecci¨®n convoc¨® entonces una reuni¨®n entre la empresa y los trabajadores, pero como los directores de aqu¨ª no tienen poderes ni competencias, pues no se pudo hacer nada", apunta Martina Mart¨ªnez, otra trabajadora. "Y ¨¦sta es la 'gracia' de trabajar en una empresa propiedad de una multinacional", dice otro trabajador, "porque a la hora de pedir responsabilidades, ?a qui¨¦n recurres?, ?a un se?or que vive en Ohio?".
"Esto es una verg¨¹enza"
El problema estriba en que Controles Autom¨¢ticos, SA, es una sociedad an¨®nima espa?ola, cuyo capital, accionistas, licencias de producci¨®n y dem¨¢s pertenecen a RANCO, "pero no somos RANCO; es decir, no estamos integrados a la multinacional, somos una especie de filial", comenta Maite Ara¨²zo, una especialista de montaje.La central de RANCO est¨¢ en Ohio (Estados Unidos), y para todas sus empresas en Europa dispone de tres centrales: la RANCO Italia, que se encarga del asesoramiento t¨¦cnico; la RANCO Control Limited, que lleva la parte administrativa financiera, y la RANCO alemana. Todas las decisiones de la empresa vienen determiandas por estas centrales, y los directores de Controles no tienen ning¨²n tipo de autonom¨ªa ni capacidad de gesti¨®n. El director t¨¦cnico de la f¨¢brica, Romero Magari?o, fue nombrado por RANCO, en 1978, director de operaciones, pero bajo las ¨®rdenes del director general de RANCO Italia.
Para todas las cuestiones legales, RANCO tiene un apoderado en Espa?a, que es quien hizo y firm¨® las cartas de despido.
"Nosotros lo que pedimos es que las autoridades y el Gobierno pidan responsabilidades a estas multinacionales, que compran la empresa, se hacen con el mercado nacional y luego, para que les compren a ellos directamente, hacen quebrar a la empresa espa?ola. Es una verg¨¹enza", dicen los trabajadores.
Seg¨²n los directores de operaciones y administraci¨®n, mediante una reestructuraci¨®n la empresa podr¨ªa seguir funcionando, sin grandes ganancias, pero manteni¨¦ndose.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.