Hacia el fin del proceso del 23 de febrero
(...) El proceso, que dura desde hace tres meses, entra en su ¨²ltima fase. El fiscal podr¨¢ responder brevemente, si lo desea, a los argumentos de la defensa en la pr¨®xima sesi¨®n, el 24 de mayo, que replicar¨¢ a su vez de forma concisa. El Consejo Supremo de Justicia Militar dispondr¨¢ de ocho d¨ªas para deliberar.La repetici¨®n hasta la saciedad por la defensa de los mismos argumentos ha contribuido al cansancio general.
Despu¨¦s de los incidentes iniciales, las sesiones se han desarrollado en un clima m¨¢s distendido. La mayor¨ªa de los abogados ha basado su defensa sobre dos temas: el estado de necesidad (la situaci¨®n de Espa?a era tan catastr¨®fica que los militares dcb¨ªan intervenir) y la obediencia debida a los superiores. (...)
En cuanto al argumento de obediencia a los superiores, ha llevado a varios abogados a intentar implicar de nuevo al Rey en la tentativa del golpe militar. Han afirmado que sus clientes estaban subjetivamente persuadidos de obrar en conformidad con las ¨®rdenes del soberano, aunque ning¨²n indicio permit¨ªa hacer creer que el Rey participaba en la operaci¨®n. (...)
La situaci¨®n del general Armada, antiguo preceptor del Rey, es m¨¢s compleja: su abogado, Hermosilla, cuya defensa contrastaba con las interpretaciones pol¨ªticas de la mayor¨ªa de sus colegas, ha se?alado que los ¨²nicos elementos de acusaci¨®n aportados contra su cliente estaban constituidos por declaraciones de otros acusados.
En los medios militares democr¨¢ticos, la preocupaci¨®n de las primeras semanas ha sido sustituida por un optimismo moderado. Se subraya que, pese a los incidentes y las provocaciones, el r¨¦gimen civil ha logrado llevar hacia su fin un proceso en el que est¨¢n implicados oficiales de gran prestigio, pero cuya suerte puede dif¨ªcilmente ser envidiable para sus colegas.
Es u?a situaci¨®n que puede contribuir a disuadir a los militares, pese a las solicitudes de los ultras, de lanzarse a una nueva aventura semejante.
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