"Era un eslab¨®n en la serie de escritores vascos", dice Areilza

"Zunzunegui era un eslab¨®n m¨¢s en la serie de escritores vascos que, desde 1898 ac¨¢, han honrado la lengua castellana con su talento y su creatividad", explic¨® anoche Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, gran amigo del escritor fallecido desde la infancia y prologuista de su ¨²ltimo libro, El don m¨¢s hermoso.Areilza naci¨® a pocos metros de la casa en que viv¨ªa Zunzunegui en Portugalete y guarda entre sus primeros recuerdos la figura del escritor que iniciaba su carrera period¨ªstica y literaria con un libro de cuentos cuyo pr¨®logo ten¨ªa que escribir el padre del actual presidente de la Asamblea del Consejo de Europa. Aquel ilustre m¨¦dico humanista de la localidad, Enrique de Areilza, muri¨® antes de cumplir los deseos del joven escritor. En su recuerdo, Zunzunegui le dedicaba el libro de cuentos, una peque?¨ªsima parte de los cientos que iba a escribir en su prol¨ªfica carrera literaria.

"Aunque me llevaba bastantes a?os de diferencia", recuerda Areilza, "compartimos el tren suburbano de Bilbao y fui testigo de sus comienzos y de c¨®mo supo intuir en aquella r¨ªa todo lo que hab¨ªa de po¨¦tico, de dram¨¢tico y de literario en la vida de sus orillas. Zunzunegui emprendi¨® una obra novel¨ªstica considerable, que ¨¦l llamaba flota de gran tonelaje, en la que supo recoger el p¨¢lpito de la vida diaria de la Espa?a de la anteguerra y de la posguerra".

La relaci¨®n personal entre aquellos dos j¨®venes qued¨® rota muy a ¨²ltima hora por la enfermedad que termin¨® ayer con la vida del novelista. Areilza, que lo sit¨²a entre Baroja y la novel¨ªstica actual, subraya el vocabulario de la obra de Zunzunegui, que, sin abandonar lo popular, "se nutr¨ªa con avidez de los sermonarios de los siglos XVII y XVIII, en los que hallaba palabras perdidas por el uso, que volv¨ªa a utilizar en sus libros". Aquella afici¨®n qued¨® reflejada tambi¨¦n en su labor de acad¨¦mico de la Lengua, integrado en la comisi¨®n del Diccionario.