"El caso pone en discusi¨®n las propias ra¨ªces del Estado"
Dar¨ªo Fern¨¢ndez, abogado profesionalmente muy conocido en Almer¨ªa, salt¨® a las p¨¢ginas de los medios de comunicaci¨®n de ¨¢mbito nacional a tras hacerse cargo del llamado caso Almer¨ªa, nombre con e que comenz¨® a designarse el proceso abierto a ra¨ªz de la muerte, el 10 de mayo de 1981, de los j¨®venes Luis Cobo, Luis Montero y Juan Ma?as, mientras permanec¨ªan detenidos en poder de la Guardia Civil. Nacido en la localidad almeriense de Santa Fe de Mond¨²jar, hijo de maestra de escuela, el acusador particular, en defensa de los intereses de los familiares de las v¨ªctimas en el caso Almer¨ªa, trabaja fundamentalmente en el campo del Derecho privado sin, por ello, dejar de hacerse cargo tambi¨¦n de casos de car¨¢cter penal.
Pregunta. ?Qu¨¦ significado tiene, a su juicio, el caso AImer¨ªa, m¨¢s all¨¢ de su estricto ¨¢mbito jur¨ªdico?
Respuesta. Este es un asunto en el que, por las connotaciones hist¨®ricas que tiene, e incluso por el transfondo que subyace en el mismo, est¨¢n en discusi¨®n las propias ra¨ªces del Estado desde el punto de vista de las garant¨ªas constitucionales. Quiero decir que es un proceso que marcar¨¢ un hito en muchos ¨®rdenes y en el que determinadas instituciones sufrir¨¢n un concepto revisional sobre las actitudes en que se desenvuelven en la praxis del pa¨ªs.
P. Algunos sectores han podido pensar que usted se hizo cargo de este caso por simpat¨ªa ideol¨®gica hacia las v¨ªctimas.
R. Esto es muy simple. Yo tengo un bufete con apertura a todo tipo de clientes, sin que existan ning¨²n mensaje o coloraciones de simpat¨ªa o de repulsa hacia ciertos asuntos. Yo tengo un juramento de defender y de acusar, cuando acepto las posibilidades de acusador, y el caso Almer¨ªa, desde el punto de vista profesional, es uno de tantos casos. La ¨²nica salvedad o matizaci¨®n que cab¨ªa hacer es que por las extra?as circunstancias en que acaece, toma unos cauces de investigaci¨®n sumamente delicados, y entonces exige una labor de mayor destreza, distinta a otros casos donde hay una convicci¨®n del acaecimiento o una confesi¨®n y, claro, hay que pensar que ha podido haber tambi¨¦n un respaldo institucional
P. Tengo entendido que en alguna ocasi¨®n su actuaci¨®n profesional favoreci¨® a la Guardia Civil. ?Qu¨¦ hay de ello?
R. S¨ª. Concretamente, ha sido en el curso de 1981 con ocasi¨®n de un pleito civil que defend¨ª contra el
"El caso pone en duda las propias ra¨ªces del Estado"
decano del Colegio de Abogados de Almer¨ªa, que actuaba como demandante en unos interdictos de obra nueva impidiendo la realizaci¨®n de unos sondeos de agua. El pleito se gan¨® en primera instancia, fue confirmado por la Audiencia Provincial en apelaci¨®n, y en la ejecuci¨®n de la sentencia result¨®, con intervenci¨®n de la Guardia Civil de Hu¨¦rcal-Overa auxiliando al juzgado en la ejecuci¨®n de aquella sentencia, la muerte de una mujer, que fue imputada por algunos partidos pol¨ªticos y por la poblaci¨®n del lugar a la Guardia Civil, debido a unos disparos de pelotas de goma y de botes de humo y a una carga que se hizo contra esta manifestaci¨®n que imped¨ªa la ejecuci¨®n de la sentencia. Yo era el ¨²nico testigo presencial, depuse en las actuaciones abiertas dando mi punto de vista, y esto origin¨® el sobreseimiento del asunto.Con posterioridad he intervenido indirectamente en la defensa de un parricidio de un guardia civil y en la defensa de un sargento. Es decir, me muevo en una l¨ªnea estrictamente libre, sin ninguna merma del principio de independencia del abogado.
P. ?Le ha compensado a usted profesionalmente llevar el caso Almer¨ªa con todas las consecuencias, directas e indirectas, que ello supone?
R. Con anterioridad a este asunto yo no he tenido, efectivamente, las limitaciones que desde distintos ¨¢ngulos se me han presentado, incluso hasta por el propio juez. Ha habido, digamos, una corriente de impedimentos, de dificultades pero yo, repito, he hecho un juramento. Mi trabajo ha podido incomodar a bastante gente, pero es as¨ª como progresan los pa¨ªses.
P. Si no hubiera existido en el caso Almer¨ªa acusaci¨®n particular en defensa de los intereses de los padres y dem¨¢s familiares de las v¨ªctimas, ?cree usted que hubiera habido medios institucionales, digamos de oficio, para esclarecer los hechos?
R. Los medios no solamente hubieran existido, sino que est¨¢n ah¨ª. Ahora bien, si se piensa que el fiscal s¨®lo ha pedido diligencias cuando estaba avanzada la instrucci¨®n sumarial y que el propio juez instructor ha omitido la realizaci¨®n de determinadas pruebas que a m¨ª me parec¨ªan fundamentales, entiendo que la valoraci¨®n de mi trabajo tiene una respuesta simplemente natural en el campo de la cooperaci¨®n que he hecho al sumario. Quiz¨¢s, las pruebas fundamentales han sido practicadas ¨²nicamente a excitaci¨®n de la acusaci¨®n particular.
P. Parece ser que en la primera fase de la instrucci¨®n sumarial, es decir, la inmediata a los hechos, se produjeron algunos vac¨ªos peligrosos, que han podido generar lagunas en la instrucci¨®n.
R. S¨ª, evidentemente, porque el problema que hubo con el juez inicial origin¨® una desactivaci¨®n de la normal trayectoria del sumario, habida cuenta de que durante bastantes d¨ªas estuvo el juzgado sin juez. Yo hab¨ªa pedido al juez anterior que se produjese la incomunicaci¨®n de los guardias civiles participantes en la caravana, y esto parec¨ªa que era una cuesti¨®n de locura para el juez anterior. Ped¨ª tambi¨¦n en aquellos momentos una inspecci¨®n ocular del lugar. Esto no se practic¨® entonces. Tuve que clamar por la separaci¨®n del juez de este asunto y pedir que jurisdiccionalmente interviniese con la sola participaci¨®n en este asunto un juez con experiencia, dada la trascendencia que el caso ten¨ªa y, desde luego, por el cariz que desde el ¨¢ngulo oficial por aquellos d¨ªas se estaba dando al caso con unas connotaciones en que las v¨ªctimas eran presentadas como agresiones.
Esto, evidentemente, deja una laguna para el juicio oral y claro, es materia en cierto modo reservada sobre la que no puedo extenderme m¨¢s.
P. Una vez concluido el proceso ?cree usted que la imagen de la Guardia Civil como instituci¨®n saldr¨¢ reforzada?
R. Este es un juicio p¨²blico. Pensemos que la Guardia Civil ha sido, para m¨ª al menos, un cuerpo en cierto modo estanco, muy poco abierto a la comunicaci¨®n y con impermeabilidad de trato, digamos a nivel directo y de normalidad de calle, con el ciudadano medio. Este proceso puede contribuir a que se pierda este sentido del miedo que yo advierto en la gente cuando hablan conmigo dici¨¦ndome que, quiz¨¢s, este asunto pueda provocar un acercamiento a nivel de naturalidad entre el uniforme y, el ciudadano de a pie. Esto, naturalmente, debe de estar conectado con una pol¨ªtica a seguir con los mandos y entiendo que se puede lavar esta imagen e incluso pensemos que hay una proclamaci¨®n a nivel de cuerpo de que este asunto debe ser enjuiciado en el contexto de que la justicia sancione, si a eso se llega en el resultando de hechos probados, a los que merezcan esta conclusi¨®n como autores de delitos.
En definitiva, creo que no se puede hacer una abstracci¨®n absoluta de lo que es la instituci¨®n y lo que son los individuos particulares. Entiendo que todo tiene una interrelaci¨®n y que el proceso puede resultar beneficioso para todos.
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