El d¨¦ficit exterior debe preocupar a los pol¨ªticos, seg¨²n Fuentes Quintana
El coste medio del endeudamiento exterior espa?ol se sit¨²a en torno al 13,6%, lo que unido a su fuerte crecimiento, tiene que empezar a preocupar no s¨®lo a los economistas sino tambi¨¦n a los pol¨ªticos aunque ello les suponga perder cierta cuota de popularidad, manifest¨® Enrique Fuentes Quintana en el acto de presentaci¨®n del n¨²mero de Papeles de Econom¨ªa Espa?ola que en esta ocasi¨®n est¨¢ dedicado al d¨¦ficit exterior.A lo largo de su intervenci¨®n el profesor Fuentes se?al¨® como problemas b¨¢sicos de la econom¨ªa espa?ola el incremento del d¨¦ficit del sector p¨²blico, el d¨¦ficit exterior y el desaliento en los procesos de inversi¨®n privada, en especial en el sector industrial. El hecho de que la relaci¨®n entre el d¨¦ficit exterior y el Producto Interior Bruto (PIB) haya cambiado en los ¨²ltimos cuatro a?os en 1979 se produc¨ªa un super¨¢vit que supon¨ªa el 1,07% del PIB mientras en 1981 cambiaron las cosas hasta el punto de que se registr¨® un d¨¦ficit equivalente al 2,68% del mismo muestra la importancia que esta variable ha alcanzado para la econom¨ªa espa?ola.
Tradicionalmente el conjunto de relaciones exteriores espa?olas presentaba un d¨¦ficit comercial que se equilibraba, incluso positivamente, gracias a las entradas de divisas por turismo, remesas de emigrantes y capital a largo plazo. La crisis econ¨®mica, en un primer momento motivada por el encarecimiento de los productos energ¨¦ticos y de las dem¨¢s materias primas, produjo un agravamiento de la balanza comercial y unos menores resultados positivos en lo que se refer¨ªa a remesas de emigrantes y turismo. Las entradas de capital en inversiones directas fueron complementadas por inicio del endeudamiento exterior a largo plazo. Con ello se logr¨® seguir manteniendo una situaci¨®n de super¨¢vit en la balanza de pagos y un crecimiento del nivel de reservas exteriores. Los ajustes cambiarios realizados en los ¨²ltimos a?os ten¨ªan como objetivo fundamental restablecer la relaci¨®n real de intercambio para los productos espa?oles que se hab¨ªa deteriorado.
El triunfo de las tesis monetaristas y la recesi¨®n en la econom¨ªa estadounidense trajo consigo la tercera fase de la crisis: la elevaci¨®n de los costes financieros y la p¨¦rdida de valor de la peseta frente al d¨®lar ha hecho crecer de forma inusitada el endeudamiento exterior necesario para equilibrar la balanza de pagos y, lo que es m¨¢s importante, encarecerlo. A finales del a?o pasado la deuda viva externa espa?ola se situaba en 27.000 millones de d¨®lares, con un coste medio del 13,6%. Este coste est¨¢ sujeto a revisi¨®n peri¨®dica ya que el 85% de la deuda se ha negociado a inter¨¦s variable
La forma de atajar el crecimiento del d¨¦ficit exterior de la econom¨ªa espa?ola pasa, en opini¨®n de Fuentes Quintana, por el reconocimiento de que s¨®lo siendo m¨¢s agresivo en el sector exterior, incrementando las exportaciones a los ritmos alcanzados durante 1981 -un 7% en t¨¦rminos reales- y los primeros meses del presente -14% en el primer trimestre- se podr¨¢n. lograr al menos algunos de los recursos precisos para adquirir las importaciones necesarias a la econom¨ªa espa?ola y no tener que seguir aumentando el endeudamiento externo a las tasas actuales; m¨¢xime si se tiene en cuenta que cada vez se lograr¨¢ en peores condiciones financieras.
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