La obra 'Un tal Jes¨²s' sigue provocando las condenas de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica
"La lectura desclericalizada y libre que se ha hecho del Evangelio en la obra Un tal Jes¨²s lleva consigo tanta trilita que no me extra?a que se trate por todos los medios de que estas p¨¢ginas no lleguen a las masas", dice Jim¨¦nez Lozano a prop¨®sito de la citada obra, que primero fue casete y ahora acaba de aparecer en forma de libro, en tres vol¨²menes (Loguez Ediciones, Salamanca).Ninguna producci¨®n sobre tema religioso ha provocado la polvareda que estos relatos, escritos para la radio por los hermanos Jos¨¦ Ignacio y Mar¨ªa L¨®pez Vigil, la periodista espa?ola de origen cubano que fue hecha prisionera por el Ej¨¦rcito salvadore?o y que pudo ser liberada gracias a la solidaridad internacional.
La obra es una narraci¨®n popular de lo que fue Jes¨²s de Nazareth, tal y como pudo haber sido visto por sus convecinos y por ¨¦l mismo, si es verdad, como dice buena parte de la teolog¨ªa, que Jes¨²s tom¨® poco a poco -y m¨¢s bien tarde- conciencia de su divinidad. Es un libro de profundos conocimientos b¨ªblicos y teol¨®gicos, pero escrito con un desenfado que no se suele dar cuando contempla de entrada al hijo de Mar¨ªa como el Hijo de Dios. Como dir¨ªa Bultmann, "Jes¨²s no fue cristiano, sino jud¨ªo", y esa es la perspectiva vista con los ojos de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. La obra va dirigida a la gente sencilla, pero han sido los obispos quienes han levantado la voz o, como dice el ex rector de la Universidad jesuita de San Salvador, "son los letrados y los saduceos quienes m¨¢s chocan con el fondo".
Contra Un tal Jes¨²s se han pronunciado las m¨¢s altas instancias jer¨¢rquicas de la Iglesia cat¨®lica. Sebastiano Baggio, el cardenal encargado en la curia para Am¨¦rica Latina, tir¨® el primero de la alarma advirtiendo sobre los peligros de la serie radiof¨®nica. El presidente de los obispos latinoamericanos, el colombiano L¨®pez Trujillo, escribi¨® a los suyos "pidiendo su valiosa intervenci¨®n para que se suspenda la distribuci¨®n". Otras voces cardenalicias, sobresalen en la condena de la serie radiof¨®nica, como la de Agnelo Rossi, el cardenal encargado de la evangelizaci¨®n de los pueblos, para quien la obra es "algo tan blasfemo que no tengo valor de repetirlo". La denuncia encuentra r¨¢pido eco en la Prensa de Per¨² y de Chile, donde se la relaciona con infiltraciones comunistas. Tambi¨¦n la revista espa?ola Palabra, del Opus Dei, titula su n¨²mero 195, el pasado noviembre, Casetes blasfemas. Otro tanto viene a decir Alfredo Vicente Scherer, cardenal brasile?o de Porto Alegre: "No vi otra cosa peor en los tiempos de feroz campa?a de calumnia y difamaci¨®n de todas las religiones en el r¨¦gimen de Hitler, en la ¨¦poca de Stalin en Rusia".
?De qu¨¦ se la acusa? "De tantas cosas", declaran los autores, "que hay sobradas sospechas de que no se ha escuchado la serie ni le¨ªdo los libros". Se dice que Jes¨²s defiende a los homosexuales; que presentan un Jes¨²s revolucionario y fracasado; que dibujan a Mar¨ªa preocupada con un Jes¨²s sin oficio, en paro y que no se casa, actitud que los obispos no entienden, sobre todo "despu¨¦s de la intervenci¨®n del Esp¨ªritu Santo en la concepci¨®n y nacimiento virginales de su hijo...". Cuando los autores respondieron que los textos de la obra ten¨ªan el visto bueno de la di¨®cesis de Madrid firmado por Mart¨ªn Patino, ¨¦ste remiti¨® una carta a L¨®pez Trujillo, donde dec¨ªa: "Conociendo a estos dos autores, no nos sorprende demasiado esta manipulaci¨®n del texto censurado como de la defensa que hacen del mismo con un documento que pertenece a otro t¨ªtulo, a otra finalidad y a otra obra". Los autores, que no conocen a Mart¨ªn Patino, repiten que el texto es el mismo, aunque entonces tuviera un t¨ªtulo provisional.
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