El portaeronaves brit¨¢nico 'Invencible', en perfecto estado, permanece vigilando las Malvinas

El portaeronaves Invencible, orgullo de la Marina brit¨¢nica, se ha quedado solo, protegido por otros buques, en aguas pr¨®ximas a las islas Malvinas. El otro portaeronaves, el Hermes, se ha separado de ¨¦l, tomando sin duda rumbo hacia el Reino Unido. El Invencible no ha sido da?ado, en contra de lo que ha pretendido la Junta argentina; este enviado especial pudo verlo con sus propios ojos cuando aterriz¨® sobre su cubierta, el viernes, a bordo de un helic¨®ptero Sea King.

ENVIADO ESPECIALEs la primera vez que un periodista lo visita desde el desembarco en San Carlos, el 21 de mayo, y la primera ocasi¨®n, desde que zarp¨® del Reino Unido, en que un extranjero pisa su puente. Para su capit¨¢n, Jeremy Black, su funci¨®n es ahora ¨²nicamente demostrar su presencia.

Partimos de Port Stanley a bordo de un helic¨®ptero Sea King, enfundados en trajes especiales para el caso de que el aparato cayera a este fr¨ªo mar, donde s¨®lo se sobrevive unos veinte minutos. La ¨²nica condici¨®n para el viaje era no contar ni la duraci¨®n ni la direcci¨®n del vuelo; los temores a una posible acci¨®n argentina siguen calientes.

Con el helic¨®ptero pudimos dar vueltas en torno al Invencible ning¨²n desperfecto, que hubiese sido prueba de un impacto argentino. Coincidiendo con nuestra llegada despegaron dos Sea Harrier, volviendo a aterrizar minutos despu¨¦s. El portaviones sigue vivo y activo. No hubo ninguna restricci¨®n para fotograf¨ªas.

El portaeronaves, seg¨²n coment¨® Black en, una conversaci¨®n en torno a tina muy brit¨¢nica taza de t¨¦, no lleg¨® nunca a ver acercarse ni los aviones ni los misiles argentinos. Pero hubo momentos dif¨ªciles, y el temor a ser alcanzado fue una de las razones para que el Invencible se mantuviera lejos de Port Stanley.

El Invencible es, un portaeronaves que, aunque en esta guerra ha cumplido muy diversas funciones, est¨¢ dise?ado para la lucha antisubmariria. En este conflicto, asegur¨® un ayudante de Black, no pudo detectar la presencia de ning¨²n submarino enemigo.

Temor a un ataque argentino

Si hubo temor a un ataque argentino, Black no sinti¨® miedo. Estaba demasiado atareado. Fueron aquellos que en los momentos de alerta. estaban desocupados quienes m¨¢s padecieron un cierto p¨¢nico. Los pilotos de los Harrier admiran el valor y la maestr¨ªa de quienes estaban a los mandos de los aviones argentinos. Para estos j¨®venes brit¨¢nicos, la guerra de las Malvinas fue su primera experiencia b¨¦lica. "Pero no estuvo mal. Fue un cambio en la rutina", coment¨® uno de ellos.

El capit¨¢n Black est¨¢ algo descontento de que la Prensa brit¨¢nica haya hablado de las misiones especiales -una con destino a Argentina- que partieron en helic¨®pteros desde su portaeronaves.

A¨²n est¨¢ por desvelar el misterio del helic¨®ptero que se estrell¨® en Punta Arenas (Chile). Se trataba, seg¨²n todos los indicios, de una misi¨®n de un comando Special Air Service (SAS) para controlar los vuelos de los cazabombarderos argentinos portadores de misiles Exocet. "Hubiese sido mejor que no se hubiese hablado de esto en la Prensa".

El Invencible tuvo a su cargo la coordinaci¨®n de las operaciones de los Sea Harrier. Sobre su puente, un constante ir y venir: desde los comandos especiales Special Boat Squadron (SBS), mencionados por Black, hasta el grupo de cinco periodistas brit¨¢nicos que, hasta el 21 de mayo, para la exasperaci¨®n del capit¨¢n, ocuparon un tercio de las se?ales mandadas a Londres.

Black desconf¨ªa de los medios de comunicaci¨®n. Les responsabiliza de anunciar que los paracaidistas se dirig¨ªan a Goose Green, permitiendo as¨ª a los argentinos reforzar su guarnici¨®n. El capit¨¢n critica asimismo la publicidad dada al hundimiento, por un misil Exocet, del destrutor Sheffield, el primer buque que alcanzaron los argentinos.

El capit¨¢n del Invencible opina que si los argentinos no hubiesen tenido confirmaci¨®n del verdadero efecto devastador de este misil, la guerra hubiese tomado un cariz m¨¢s favorable para el destacamento naval brit¨¢nico.

El Invencible tiene un millar de hombres a bordo, incluido el pr¨ªncipe Andr¨¦s. Uno de los pocos pasatiempos de que dispone es el circuito cerrado de televisi¨®n, en el'cual se pasan pel¨ªculas, programas o entrevistas con personalidades que visitan el buque.

La ¨²ltima fue el jueves, con el general Jeremy Moore, comandante de las tropas en tierra y en la actualidad comisario militar y m¨¢xima autoridad en las islas Malvinas. Moore y Black se conocen de tiempo atr¨¢s.

La v¨ªspera del desembarco en San Carlos, cuando el buque de asalto Fearless pas¨® por delante de los portaeronaves, el Invencible le mand¨® una se?al que se abr¨ªa con: "Nos encontramos en los lugares m¨¢s inusitados...".

Se trataba de un mensaje personal de Black a Moore, y se refer¨ªa a la ¨²ltima vez que se encontraron, el 11 de diciembre de 1962, la v¨ªspera del desembarco en una peque?a ciudad de Brunei (Borneo).

El regreso a Port Stanley desde el Invencible se hizo en plena oscuridad de la noche, que cae prontamente por estos parajes. Estos pilotos est¨¢n acostumbrados a volar sin luces, guiados por el radar, pues en estas condiciones han llevado a cabo numerosas incursiones y misiones durante la guerra de las Malvinas. Si alguna duda cab¨ªa, hay que disiparla: el Invencible no fue alcanzado.