Pocas posibilidades de cambio

Junto con los records seculares de calor habidos hace algunos d¨ªas en el cuadrante noroeste peninsular y, de forma m¨¢s concreta, en la cuenca del Ebro, Espa?a se enfrenta a la posibilidad de batir otra marca: la de m¨¢xima sequ¨ªa (o menor cantidad de agua precipitada) en un bloque de tres a?os consecutivos.Las altas presiones, afincadas en los alrededores de la Pen¨ªnsula desde hace tiempo, siguen ofreciendo una especie de escudo a la escasa inestabilidad de origen atl¨¢ntico que suele llegar en forma de borrascas y frentes nubosos. Con ello, las precipitaciones esperadas sobre el pa¨ªs quedan reducidas a lo que es t¨ªpico para el verano: la tormenta. Sin embargo, la elevada estabilidad y casi perfecta estratificaci¨®n de las capas atmosf¨¦ricas a diferentes alturas (ausencia de cotas fr¨ªas, entre otras) hace que las cantidades de agua precipitadas con dicho origen resulten exiguas por el momento. De esta forma, algunos puntos de la geograf¨ªa peninsular presentan d¨¦ficit acumulados desde comienzos del a?o agr¨ªcola (principios de septiembre pasado) con respecto a los valores normales de los treinta ¨²ltimos a?os de hasta cuatrocientos litros por metro cuadrado. La cifra de cien litros es la m¨¢s generalizada sobre la Pen¨ªnsula.

Con la anormalidad climatol¨®gica viene la anormalidad de recursos hidr¨¢ulicos. La mayor¨ªa de las cuencas espa?olas presenta un descenso en sus niveles de agua embalsada de aproximadamente un 1% cada diez d¨ªas. Las m¨¢s deficitarias, seg¨²n datos del Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo (MOPU), son en la actualidad las del J¨²car y Segura, que se encuentran al 19% de su capacidad.

Con respecto a posibilidades de cambio, los pron¨®sticos del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa son pesimistas a medio plazo.