Jos¨¦ Luis G¨®mez responde a las acusaciones de Stavros sobre la presunta manipulaci¨®n del montaje de 'Edipo'
El rostro de Jos¨¦ Luis G¨®mez, en su despacho del teatro Espa?ol, del que es director, muestra una moderada agitaci¨®n y un mont¨®n de papeles que, durante la entrevista, se convierten en documento que avala sus palabras. Un surco discretamente preocupado divide en dos su rostro de ardilla tenaz, y, cuando habla, escoge las palabras con sumo cuidado, como si pasara las cuentas de un collar. "Antes que nada debo decir que, nada m¨¢s leer la entrevista con Stavros Doutexis publicada por EL PAIS el pasado lunes, he telefoneado al Ayuntamiento poniendo mi cargo de director de este teatro a su disposici¨®n. Me emociona decir que no han querido aceptar mi dimisi¨®n".
Jos¨¦ Luis G¨®mez a?ade: "Considero que las declaraciones del se?or Doufexis son difamatorias, que emplea algunos datos ciertos, pero contextualizados como falsos, y que en determinadas ocasiones miente".
Pregunta. ?Es cierto que Edipo no va al festival de teatro de Atenas?
Respuesta. El viaje a Atenas estaba previsto desde el principio, pero sufri¨® distintos avatares por desacuerdos entre el se?or Doufexis y yo sobre la f¨®rmula de presentaci¨®n de la compa?¨ªa o, incluso, porque quiso despedir a un actor y yo me negu¨¦.
Finalmente, nos ofreci¨® cinco d¨ªas en Grecia, tres de ensayos y dos de actuaciones, y el dinero que se nos daba no cubr¨ªa el costo real de la compa?¨ªa. Le pedimos dejarlo en dos d¨ªas de ensayos y ¨¦l no s¨®lo no accedi¨® sino que me envi¨® un telegrama conminatorio que est¨¢ a disposici¨®n de quien quiera leerlo. Tras discutirlo con la gente, me negu¨¦ a ir, porque era agradable ir al festival, pero no me parec¨ªa bien tener que pagar por ello.
P. ?Qu¨¦ cambios se introdujeron tras el estreno en M¨¦rida?
R. La ¨²nica alteraci¨®n que introduje, de la que inform¨¦ a Stavros puntualmente, fue a ruegos de Enrique Morente, no por incapacidad suya, sino porque el compositor se?or Halaris hab¨ªa escrito el playback en una tesitura m¨¢s alta que la suya. El se?or Morente me pidi¨® cantarlo con guitarra y acced¨ª, y eso no lo considero una vejaci¨®n, porque cuando un actor me plantea un problema lo que procuro es solucion¨¢rselo, no aumentarlo. Por lo dem¨¢s, el espect¨¢culo est¨¢ ahora, no como ¨¦l lo dej¨® en M¨¦rida, sino mucho mejor, perfeccionado y cohesionado, porque durante dos meses de gira hemos ensayado cada d¨ªa, dirigiendo el training, en cada ocasi¨®n, uno de los actores, de los cuales yo soy uno m¨¢s.
La cuesti¨®n econ¨®mica
P. El se?or Doufexis argumenta que la idea de Edipo rey es suya...
R. Eso no tiene mayor importancia, porque es evidente que lo es. Para eso le contact¨¦, para que viniera a hacerlo.
P. ?C¨®mo se plante¨® la colaboraci¨®n?
R. Al principio, como de un director invitado al que yo, como compa?¨ªa, pagaba una cantidad. Luego surgi¨® la idea de pedir una subvenci¨®n al Gobierno de su pa¨ªs para aumentar el peso de la parte griega en el espect¨¢culo. No se plante¨® nunca como la colaboraci¨®n de dos Estados que se unen para producir una obra, sino de que un Gobierno, dentro de su pol¨ªtica de subvenciones, subvenciona a una compa?¨ªa para hacer determinada obra. En este caso concreto, el ministerio griego concedi¨® creo que tres millones y medio, no tres como se dec¨ªa en la entrevista, concedidos expresamente al se?or Doufexis para permitirle venir a Espa?a con el se?or Halaris y pagar a los griegos que han intervenido en el montaje.
P. ?Qu¨¦ hay respecto al dinero recibido por la compa?¨ªa de usted de nuestro ministerio?
R. Es totalmente falso que hayamos percibido una subvenci¨®n de catorce millones de pesetas. Quiero dejar muy claro que ha sido en la siguiente forma: tres millones y medio en concepto de ayuda de montaje, a lo que yo a?ad¨ª, de mi bolsillo, dos millones trescientas mil pesetas, que posteriormente he recuperado en la gira; una vez que el montaje estuvo hecho, percibimos un cach¨¦, que no una subvenci¨®n, de seis millones de pesetas, igual que cualquier otra compa?¨ªa que estrena y mantiene una obra en M¨¦rida durante diez d¨ªas. Luego, la compa?¨ªa emprende una campa?a de divulgaci¨®n teatral, y para una gira de 51 d¨ªas -que posteriormente ha sido ampliada- se le conceden, en el marco legal de este tipo de subvenciones, cuatro millones de pesetas. Esto implica una serie de condicionantes por parte del Ministerio de Cultura, que yo he respetado, y yo tengo que presentar un balance, que presentar¨¦ en su momento. Tambi¨¦n quiero dejar muy, muy claro, que es la primera vez, en toda mi trayectoria teatral, que recibo subvenci¨®n. Y esto no es una justificaci¨®n , sino un hecho.
P. El se?or Doufexis lanza la acusaci¨®n de que a usted, o a la compa?¨ªa que usted dirige, s¨®lo la mueven motivaciones econ¨®micas.
R. Yo no olvido que soy empresa, que he asumido el riesgo de esa funci¨®n; riesgo, relativo, porque tengo la subvenci¨®n, pero cuando firm¨¦ los contratos no estaban todas las plazas cubiertas. Tambi¨¦n quiero decir que esta gira nunca se ha hecho, en teatros comerciales. Pero, a pesar de eso, evidentemente es una compa?¨ªa que tiene que ganar su dinero para pagar sus cach¨¦s, para mantenerse, para hacer frente a todas sus necesidades. Yo, que nunca he hecho teatro comercial, he querido dar un espect¨¢culo de gran calidad art¨ªstica y, como toda persona que asume una empresa, quer¨ªa que eso fuera econ¨®micamente rentable. Eso me parece honesto. Si mi ¨²nico inter¨¦s hubiera sido comercial, no hubiera tra¨ªdo al se?or Doufexis ni a los dem¨¢s, hubiera hecho el espect¨¢culo con un director espa?ol, que los hay, o, en ¨²ltimo t¨¦rmino, hubiera dirigido yo mismo otra obra.
Edipo cuesta cinco millones ochocientas mil pesetas, que es un coste muy alto para una obra que no tiene decorado; y lo es porque yo puse a disposici¨®n del se?or Doufexis unos medios de producci¨®n que, como ¨¦l mismo reconoce en la entrevista que ha dado origen a todo esto, nunca tuvo en la propia Grecia.
Es evidente que yo hice esto porque deseaba realmente ese intercambio entre culturas mediterr¨¢neas, y por eso, aunque la parte griega estaba pagada por su pa¨ªs, nuestra compa?¨ªa pag¨® la estancia y los viajes de todos. S¨®lo eso ha costado m¨¢s que el cach¨¦ de cualquier director espa?ol, incluido yo, por supuesto.
La participaci¨®n griega
P. Hay una acusaci¨®n, velada, de haber hecho poca publicidad de la participaci¨®n griega.
R. Si se refiere a que mi nombre figura en carteles y programas por encima del suyo, olvida que ¨¦l insisti¨® en que el espect¨¢culo fuera presentado por la compa?¨ªa Jos¨¦ Luis G¨®mez o por Jos¨¦ Luis G¨®mez -ya que yo no he tenido compa?¨ªa nunca y esto es accidental- y por el teatro Epitapitos de Grecia. Teatro que, por otra parte, no existe, digamos que es una raz¨®n social fantasma cuya figura principal es el se?or Doufexis, y que gracias a esta presentaci¨®n y a esta obra ha obtenido la subvenci¨®n de su pa¨ªs y, de alguna manera, el derecho a la continuidad.
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n profesional sobre el se?or Doufexis?
R. Creo que, pese a todo, es un buen director. Por eso le llam¨¦. Y me gusta este Edipo. Lamento todo lo dem¨¢s.
Babelia
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