La situaci¨®n financiera internacional / y 2
De las discusiones que actualmente tienen lugar dentro y fuera del Fondo Monetario Internacional (FMI), tal vez merezca la pena se?alar, una vez m¨¢s, la importancia de evitar el proteccionismo, algo sobre lo que insiste regularmente, y con sobrada raz¨®n, el GATT (acuerdo sobre tarifas y comercio).Los riesgos del proteccionismo
La denuncia del proteccionismo no es puramente ritual y acad¨¦mica. Hay quien sostiene que fueron las restricciones comerciales las que originaron la crisis financiera internacional en 1929, y no al rev¨¦s, pues los primeros bancos norteamericanos que suspendieron pagos se encontraban situados en zonas rurales afectadas por restricciones europeas a sus productos.
Sea como fuere, merece la pena considerar dicho argumento, ya que una restricci¨®n a la importaci¨®n en cualquier pa¨ªs del mundo disminuye la solvencia de las empresas exportadoras en otros pa¨ªses, especialmente si la decisi¨®n de efectuar las restricciones es adoptada sin previo aviso.
Si como consecuencia de las actuales dificultades los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo redujesen artificialmente sus importaciones para mejorar la situaci¨®n de sus balanzas de pagos, la mayor solvencia as¨ª conseguida se ver¨ªa parcialmente compensada por el deterioro de la calidad del riesgo comercial de las empresas exportadoras. Y como a menudo son los mismos bancos quienes conceden cr¨¦ditos comerciales y financieros a pa¨ªses en dificultades, la calidad de sus activos no mejorar¨ªa sustancialmente.
Estos problemas no conciernen, como algunos parecen creer, a los habitantes de un lejano e inexplorado planeta, sino que afectan directamente a nuestro pa¨ªs y a nuestras empresas. A unas, porque su creciente inserci¨®n en los intercambios internacionales las implica directamente en las vicisitudes del comercio mundial. A otras, porque nuestra situaci¨®n econ¨®mica general viene determinada en gran medida por lo que sucede en el mundo.
La crisis financiera y Espa?a
Espa?a no est¨¢ al abrigo de la crisis financiera internacional, y, aunque en cuant¨ªa relativamente modesta, nuestras instituciones financieras est¨¢n participando en el proceso de renegociaci¨®n de deudas que se han iniciado. Estamos, pues, por ahora, del lado de los acreedores.
Tal vez sea la novedad de esta situaci¨®n la que explique los escasos comentarios que ha suscitado la asamblea del FMI y del Banco Mundial, a pesar de que las decisiones que all¨ª se han adoptado en relaci¨®n i con la deuda del Tercer Mundo van a condicionar el bienestar y el trabajo de decenas de miles de espa?oles.
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