Los medios de comunicacion y la pol¨ªtica militar, una relaci¨®n desigual
![Andr¨¦s Ortega](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0f703ba3-ab63-4ec6-b2d9-16dd251eb51a.png?auth=ce4b270d36a1e6c3150defefffbeef1b3c3465890f4ad8ba827b988ccc791d51&width=100&height=100&smart=true)
El lugar para esta reuni¨®n no pod¨ªa haber sido mejor elegido. Holanda es un pa¨ªs donde la cuesti¨®n de los e¨²romisiles ha causado grandes quebraderos de cabeza. La decisi¨®n de desplegar misiles Pershing-II y Crucero en Europa debe llevarse a la pr¨¢ctica en 1984. Un importante sector de opini¨®n p¨²blica se opone a ello. ?Pero qui¨¦n podr¨¢ m¨¢s?La Prensa expone a veces situaciones en el campo de la defensa que ponen en aprietos a los pol¨ªticos y a los que toman decisiones Sirve tambi¨¦n de correa transportadora entre la Administraci¨®n y el p¨²blico, y especialmente entre diversos sectores de la Administraci¨®n. Pero su influencia directa es muy d¨¦bil. Tras Watergate-y la guerra de Vietnam -y no hay que confundir en cuestiones de influencia defensa y guerra- se podr¨ªa pensar que en este campo la Prensa de Estados Unidos se ha crecido. Sin embargo, un estudio de tres per¨ªodos, en 1977, 1979 y 1981, del New York Times resulta revelador. De una muestra de 143 cr¨®nicas publicadas sobre asuntos de defensa, un 71,3% de las noticias vinieron, a trav¨¦s de fuentes oficiales.
Son cifras que cantan sobre el modo como trabajan los periodistas destinados en el Pent¨¢gono. Reflejan tambi¨¦n c¨®mo los que encabezan grandes organizaciones cuentan con ventaja para atraer la atenci¨®n con sus declaraciones, como ya se?al¨® Walter Lipmann en 1922.
Leslie Gelb, corresponsal de seguridad nacional del New York Times, que ocup¨® cargos en los Departamentos de Estado y de Defensa en tiempos de Carter, es de la opini¨®n de que "cualquier Administraci¨®n medianamente competente y disciplinada puede conseguir que su historia se publique, en gran medida, en el modo que quiere".
Un ejemplo de ataque preventivo por parte de la Administraci¨®n es el de John Lehman, secretario de la Marina en el Departamento de Defensa. Inmediatamente despu¨¦s del hundimiento -del Sheffield por un Exocet en la guerra de las Malvinas interrumpi¨® un viaje por Europa. Regres¨® a Washington, reuni¨® a un grupito de corresponsales de Defensa y argument¨® las excelencias de los grandes portaviones que favorece la Administraci¨®n Reagan. Otro ejemplo es la decisi¨®n de Carter de cancelar el proyecto del bombardero B-1, resucitado por Reagan poco despu¨¦s.
'Bomba capitalista,
Quiz¨¢ la ¨²nica excepci¨®n digna de ser citada sea la de la bomba de neutrones. Su calificaci¨®n como bomba capitafista por el Washington Post y por el socialdem¨®crata alem¨¢n Egon Bahr decidi¨® los t¨¦rminos del debate. El proyecto para esta bomba hab¨ªa venido siendo desarrollado durante varios af¨ªos, stn que la Prensa le prestara atenci¨®n. Hasta el 6 de junio de 1977, cuando un art¨ªculo de Walter Pinars en la portada del Washington Post dispar¨® la pol¨¦mica, tomando por sorpresa a la Administraci¨®n Carter.
La Prensa europea, y tambi¨¦n la norteamericana, ignorando muchos de los aspectos t¨¦cnicos de la bomba, critic¨® ¨¦st¨¢. En la primavera de 1978, Carter decid¨ªa posponer indefinidamente su producci¨®n. Un 50% del peso de esta decisi¨®n puede ser atribuido a la Prensa, pero, seg¨²n un alto miembro de la Administraci¨®n Carter, el otro 50% vino de la desconfianza que sent¨ªa el presidente hacia elcanciller alem¨¢n, Helmut Schmidt.
Las 'filtraciones'
Si la Administraci¨®n es la mayor fuente de noticias para los periodistas que se ocupan de asuntos de defensa, al menos en Estados Unidos, notan los observadores, sabe hacer buen uso de las filtraciones. Responden a menudo a una calculada lucha burocr¨¢tica para influir sobre otros departamentos o sobre el Congreso. No se trata con estas filtraciones de llegar al p¨²blico, sino a los que toman decisiones. El ¨¦xito no est¨¢ aseguyado: ah¨ª queda la decisi¨®n sobre la bomba de neutrones o sobre la venta de aviones AWACS a Arabia Saud¨ª. Pero es pr¨¢cticamente s¨®lo en esta lucha burocr¨¢tica c¨®mo el proceso de recolecci¨®n de noticias influye en el proceso administrativo. Para que la Prensa en Estados Unidos logre influencia en un tema concreto es necesario que atraiga la atenci¨®n del Congreso, y que ¨¦sta, a su vez, reaccione. Es, pues, una influencia indirecta, como lo es la influencia en la op¨ªni¨®n p¨²blica. El movimiento para la congelaci¨®n del armamento nuclear llevaba varios meses creciendo en ?stados Unidos, hasta que fue descubierto este a?o por la Prensa. Si el caso de Estados Unidos refleja la poca influencia directa de la Prensa en las decisiones que afectan a la defensa nacional, menos brillante es a¨²n el caso europeo o el japon¨¦s, donde en este ¨²ltimo pa¨ªs los peri¨®dicos ten¨ªan una tirada diaria total de 66,3 millones de ejemplares.
Por diversos motivos, la Prensa japonesa tiende a adoptar una posici¨®n pacifista plasmada en el art¨ªculo 9 de la Constituci¨®n.
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