Gino Paoli revive en Barcelona la canci¨®n 'Sapore di sale', su gran ¨¦xito de los a?os 60
Gino Paoli, quien hiciera cantar a medio mundo en los a?os sesenta con Sapore di sale, cumpli¨® el jueves su 48? aniversario, curiosamente, sobre un escenario. Concretamente el del Palau de la M¨²sica de Barcelona, mientras se desarrollaba el segundo de los dos conciertos que dio en esta ciudad con motivo de las Fiestas de la Merced. Fiestas que, tal vez debido a la envergadura que en cuanto a actos programados est¨¢ tomando, fueron las responsables de que Paoli se encontrara frente a un p¨²blico escaso. Pese a ello, desde el patio de butacas Paoli daba la imagen de un hombre t¨ªmido, cohibido y hasta perdido por entre el grupo de cinco j¨®venes m¨²sicos que recreaban sus composiciones."Creo que todo hombre del espect¨¢culo es t¨ªmido. La timidez es el primer est¨ªmulo del artista. Los artistas no sabemos vivir con los dem¨¢s y por eso buscamos un modo de llegar a ellos, y no hay mejor manera que logrando esa especie de coito con el p¨²blico".
Y pese a esta necesidad, ' en un momento determinado de su vida Paoli se olvid¨® de satisfacerla. Ya haciendo esta entrevista, en sus ojos inquietos tras las gruesas gafas de concha se adivinaba cierta repelencia a las alturas, a las sensaciones de v¨¦rtigo. Desde el primer momento pareci¨® incomodarle que, mientras ¨¦l se hallaba sentado en una banqueta de piano, el entrevistador estuviera en el suelo. La situaci¨®n me hizo recordar que a?os atr¨¢s, cuando Gino Paoli estaba en el momento m¨¢s fulgurante de su carrera, dijo adi¨®s a todo y se larg¨® a un pueblecito frente al mar, donde durante a?os se concentr¨® en la encomiable tarea de pensar en las musara?as: "Aquello, de hecho, fue el recuerdo de uno de esos consejos que siempre me daba mi padre y que permanece fijo en mi cabeza: cuando no tengas nada que decir, c¨¢llate". Paoli (su aspecto f¨ªsico basta para comprenderlo) no es un hombre proclive al desgastador autoan¨¢lisis, y, sin embargo, ello no se contradice con, esa necesidad de explicaci¨®n que seg¨²n ¨¦l es el combustible del artista: "Durante aquellos a?os me hab¨ªa quedado roto, vac¨ªo. No era algo propiamente profesional ni propiamente personal tal vez un poco de ambas cosas; pero, por encima, era algo qu¨ªmico. Qu¨ªmico en el sentido de que no era yo. Sin dejar de ser yo mismo, era otra persona".
Parece que las olas del mar lograron la reconciliaci¨®n entre esos dos yo. O, como m¨ªnimo, la definitiva jerarqu¨ªa del uno sobre el otro. Pero la jerarqu¨ªa, como el poder, acaba siendo siempre sin¨®nimo de lucha, competencia y ansiedad por no perder la parcela adquirida: "La vuelta a los escenarios despu¨¦s de aquella ¨¦poca fue un comienzo mucho m¨¢s dif¨ªcil que el primero. La segunda vuelta siempre lo es m¨¢s. Debes luchar no s¨®lo contra la ignorancia de lo que vas a hacer, sino tambi¨¦n contra lo que has sido antes, lo que en un momento determinado fue tu obra. De hecho, tal vez esta sea la realidad de la vida, nunca dejas de luchar contra ti mismo".
A fin de cuentas, un cantante no es m¨¢s que un hombre, y en este sentido cabe universalizar la afirmaci¨®n de Gino Paoli. Una de sus interpretaciones m¨¢s sobresalientes fue, en Barcelona, la de Mar¨ªa, tema de tiempo medio que acaba con un agradecimiento al hecho de que, pese a los a?os, el amor sigue rebrotando en su cuerpo. Amor y vida, dos conceptos que aparecen como ant¨ªdoto a las canas.
"El miedo a quedarse vac¨ªo es el mismo miedo de todos los hombres. El miedo a la soledad es lo que, para m¨ª; como artista, m¨¢s me motiva. Porque no hay momento en que me encuentre menos solo que cuando, sobre el escenario, los dem¨¢s me quieren o me odian. Da lo mismo. Lo importante es que est¨¢n ah¨ª, en una especie de comuni¨®n conjunta".
"No creo que exista una raza de m¨²sicos. Los j¨®venes y los viejos. La edad de mi grupo es una casualidad. Yo trabajo con quien me hallo a gusto y no me fijo en su edad". Lo que es evidente, de cualquier forma, es que la aproximaci¨®n ha sido m¨¢s de Paoli a los j¨®venes que no de los j¨®venes a Paoli. Tal vez la clave la diera ¨¦l mismo cuando, al presentar una de las canciones en el primero de sus recitales catalanes, dijo: "Yo antes siempre pensaba que me iban a pasar grandes cosas y por esto hac¨ªa canciones con palabras definitivas y grandiosas como siempre, nunca, jam¨¢s. Luego, poco a poco, me fui dando cuenta de que el tiempo pasaba y esas grandes cosas nunca suced¨ªan, y en cambio a diario viv¨ªa ¨ªnfimas alegr¨ªas, peque?os dolores, breves aburrimientos...". Ahora la m¨²sica de Paoli es mucho m¨¢s libre que esa r¨ªgida imagen que tienen los que al ritmo del Sapore di sale se echaron la primera novia.
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