Falta una grapa
Como tantos lectores habituales del prestigioso diario de su digna direcci¨®n, me debato cada ma?ana en un espectacular n¨²mero de malabarismo y acrobacia cuando llegado aproximadamente a la secci¨®n de internacional me hallo con una mano en la barra del autob¨²s o del metro, la otra con el peri¨®dico y, bajo la axila, la carpeta, intentando pasar la hoja en el reducido espacio de que suelo disponer en esos momentos.Aunque con valor, y no sin cierto riesgo, consigo desprenderme de mi ¨²nico asidero, sigue sin ser posible que me incorpore al contenido de las secdiones de opini¨®n o nacional sin hacer uso de mi dentadura y ambas manos (am¨¦n de mi axila derecha o izquierda). Cuanto m¨¢s si, debido al calor, alguien abri¨® una ventanilla. Entonces ya es el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa. Y es as¨ª que me acuerdo del objeto de la presente, entre otras alusiones a los ilustres antepasados de varias personas.
A EL PA?S no le falta m¨¢s que un peque?o detalle para convertirse en uno de los mejores diarios europeos y, a buen seguro, el m¨¢s funcional: una grapa./
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