La Semana de Valladolid rinde homenaje al cine de vanguardia de Jos¨¦ Val del Omar
La Semana de Cine de Valladolid puede suponer el inicio del reconocimiento del cine de Jos¨¦ Val del Omar, realizador, innovador, inventor granadino fallecido en agosto. Las pel¨ªculas proyectadas durante el homenaje del certamen vallisoletano a Val del Omar sorprendieron tanto a los espectadores que algunos rogaron a la hija del director andaluz que permitiese un nuevo pase de las dos obras.
Hubo, incluso, quien se coloc¨® de rodillas delante de Mar¨ªa Jos¨¦ Val del Omar y quienes le suplicaban que aquellas "dos maravillas (que hac¨ªa veinte a?os que no se proyectaban en Espa?a) no pod¨ªan quedar para unos pocos, sino que ten¨ªan que verlas el m¨¢ximo n¨²mero de espectadores". Desconocer estos dos filmes", se dijo, "es ignorar dos de las mejores obras que ha dado el cine espa?ol". Miembros del comit¨¦ de direcci¨®n pusieron a disposici¨®n de los familiares de Val del Omar las salas para que ¨¦stos eligiesen lugar y hora de las nuevas proyecciones.Aguaespejo granadino, tambi¨¦n llamada La gran siguiriya, es un ensayo audiovisual po¨¦tico, en el que Val del Omar, con aparatos y t¨¦cnica inventados por ¨¦l, hace bailar al agua de los surtidores de la Alhambra al espectador. El sonido es pieza fundamental tambi¨¦n en la obra, aunque en Valladolid no pudo pasarse la banda magn¨¦tica donde se recoge otra de, las innovaciones de Val del Omar -la diafon¨ªa-, consistente en establecer un di¨¢logo sonoro entre la pantalla y el fondo de la sala. En Aguaespejo granadino, por ejemplo, mientras en el altavoz delantero suenan las cuerdas de la guitarra, en el posterior se escucha la resonancia de la caja. Val del Ornar pretend¨ªa convertir, mediante esta t¨¦cnica, el llamado desbordamiento panor¨¢mico de la pantalla (proyecciones en los laterales y en el techo) a las salas, en una especie de cuevas que destilasen cine por todos los lados.
Fuego en Castilla, o Tactilvisi¨®n del p¨¢ramo del espanto, permite al director granadino ensayar otro de sus logros: la tactilvisi¨®n. Mediante pulsaciones y vibraciones realizadas por ingenios de su invenci¨®n Val del Ornar consigue mover y dar vida a las im¨¢genes del Museo Nacional de Escultura de Valladolid y alumbrar a una nueva concepci¨®n del tiempo. Las tallas de Berruguete y Juni, con fondo musical del bailaor Vicente Escudero, que repiqueteaba sobre la madera seca, giran, se descomponen, sonr¨ªen, gesticulan... Las dos obras citadas forman parte de lo que Val del Ornar denomin¨® tr¨ªptico elemental de Espa?a. Ambas fueron realizadas en la d¨¦cada de los cincuenta. O carinho galaico completa la trilog¨ªa. Est¨¢ pr¨¢cticamente acabada, pero falta el montaje definitivo, que su hija y sus seguidores van a abordar. Val del Omar pensaba proyectarla en Galicia y recoger las reacciones del p¨²blico para, en su versi¨®n, incluir una doble. banda sonora: por un lado, la primitiva y, por otro, la de las reacciones del espectador. El tr¨ªptico tendr¨ªa un pr¨®logo titulado Ojal¨¢, que est¨¢ menos maduro, pero que tambi¨¦n se va a abordar.
La Seminci volver¨¢ a homenajear a Jos¨¦ Val del Omar en su pr¨®xima edici¨®n, y tratar¨¢ de proyectar estas dos pel¨ªculas y organizar¨¢ una exposici¨®n con todos los aparatos ideados por el granadino. Mucho m¨¢s dificil parece el poder recuperar algunos de los cincuenta documentales que Val del Omar realiz¨® a principio de los a?os treinta, en las misiones pedag¨®gicas y en La barraca. Se desconoce el paredero de ellos, aunque se piensa que algunos pueden estar en Oxford y Puerto Rico.
El cine de Jos¨¦ Val del Omar, sus innovaciones y sus logros han sido, hasta ahora, la gran revelaci¨®n de la Seminci, pese a que la primera proyecci¨®n cont¨® con muy poco p¨²blico, quiz¨¢ porque muchos desconoc¨ªan lo que se ocultaba en aquellos dos rollos, de veinte minutos de duraci¨®n cada uno, que llevaron bajo el brazo a Valladolid la hija y el yerno del vanguardista realizador granadino.
Algunas pel¨ªculas del ciclo del cine independiente americano tambi¨¦n est¨¢n, causando impresi¨®n y Edgar Neville tiene tambi¨¦n una legi¨®n de seguidores.
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