La desgravaci¨®n fiscal para inversiones de renta fija puede desaparecer de los presupuestos del pr¨®ximo a?o
La Administraci¨®n y los medios financieros privados se muestran contentos por el ¨¦xito que ha tenido la emisi¨®n de deuda p¨²blica a dos a?os que sali¨® al mercado sin desgravaci¨®n fiscal y a un tipo de inter¨¦s del 16%. En los veinte d¨ªas que dur¨® la operaci¨®n, prevista inicialmente para 20.000 millones de pesetas ampliables, se han recibido solicitudes por una cifra que ronda los 60.000 millones. La acogida de la emisi¨®n hace que se piense en la posibilidad de desaparici¨®n de la desgravaci¨®n fiscal de la que gozan los t¨ªtulos del mercado de renta fija; necesidades de mayor recaudaci¨®n p¨²blica avalar¨ªan una decisi¨®n de este tipo que no ser¨ªa muy contestada por los medios econ¨®micos.
En cualquier caso hay opiniones para todos los gustos acerca del car¨¢cter beneficioso o no de la emisi¨®n de deuda a dos a?os que se ha cerrado. Por un lado, en medios de la Administraci¨®n se se?ala que, a pesar de no tener a¨²n las cifras totales ya que no ha terminado todav¨ªa el plazo para que los bancos, cajas y otros intermediarios financieros comuniquen cu¨¢les son las demandas definitivas, se tiene la impresi¨®n de que una buena parte de los 60.000 millones de pesetas colocados lo han sido entre los ahorradores privados, independientemente de su nivel de ingresos anuales.En medios de la banda, por su lado, las opiniones no son tan uniformes. Hay bancos que han colocado 2.000 millones de pesetas entre el p¨²blico y a petici¨®n de ¨¦ste que lo solicitaba en sus oficinas; otros, por el contrario, que han actuado como intermediarios en operaciones que superan los 5.000 millones de pesetas consideran que han sido las sociedades de cartera, que ten¨ªan liquidez en estos momentos, los principales demandadores de estos t¨ªtulos.
Preferencia por un mayor inter¨¦s
Seg¨²n estas fuentes, las sociedades de cartera han abandonado moment¨¢neamente parte de su negocio en la Bolsa, lo que explicar¨ªa en cierta forma la ca¨ªda de las cotizaciones de las semanas pasadas, coloc¨¢ndose en una posici¨®n de dinero ante las pr¨®ximas elecciones. La aparici¨®n de los bonos del Estado a dos a?os de amortizaci¨®n, con un 16% de inter¨¦s bruto sin desgravaci¨®n y con una facilidad de conversi¨®n en dinero habr¨ªa atra¨ªdo a este tipo de inversores institucionales.Los 60.000 millones colocados significan, en opini¨®n de algunos c¨ªrculos bancarios, una buena noticia ya que el Tesoro no tendr¨¢ que colocar a final de a?o una cantidad importante de dinero en su ¨²ltima emisi¨®n de deuda p¨²blica para alcanzar los objetivos previstos de financiaci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico. Que el Estado no tenga necesidad de poner en marcha una emisi¨®n de deuda p¨²blica muy elevada supone que no habr¨¢ una tensi¨®n muy acusada a finales de a?o para que suban los tipos de inter¨¦s de las operaciones pasivas de la banca.
Terminar con las subvenciones
En principio, a la Administraci¨®n no le quedaba por sacar al mercado m¨¢s que 27.000 millones de pesetas en deuda a medio plazo, ya que el endeudamiento exterior previsto estaba cubierto con las ¨²ltimas operaciones y las subastas de pagar¨¦s del Tesoro -deuda p¨²blica a corto plazo- se acercan a las previsiones de obtener 150.000 millones de pesetas.Pero como la ley de Presupuestos Generales admit¨ªa la ampliaci¨®n del l¨ªmite de endeudamiento total y la posibilidad de modificar las cifras asignadas a deuda externa o interna, el Consejo de ministros del pasado viernes decidi¨® aumentar en 25.000 millones de pesetas dicho endeudamiento. De esta forma se negociar¨¢ un nuevo cr¨¦dito exterior de 200 millones de d¨®lares, y as¨ª se equilibrar¨¢ algo la balanza de capitales muy negativa por no haber acudido a los mercados internacionales las empresas privadas en la proporci¨®n que se hab¨ªa estimado a primeros de a?o. Adem¨¢s, el Ministerio de Hacienda sacar¨¢, del uno al veinte de diciembre, el ¨²ltimo tramo de deuda p¨²blica a medio plazo por valor de 40.000 millones de pesetas, a tres o cuatro a?os de amortizaci¨®n, con el 12,75% de inter¨¦s y un 15% de desgravaci¨®n fiscal.
La acogida de la emisi¨®n de deuda a dos a?os, cuya rentabilidad real es menor que cualquiera de las otras de renta fija que se ofrecen en el mercado, hace que tanto los responsables de Hacienda como los de las empresas que suelen emitir con desgravaci¨®n fiscal se planteen la posibilidad de que a partir del a?o pr¨®ximo en los Presupuestos Generales no se recoja la posibilidad de desgravaci¨®n.
El razonamiento es simple. Por un lado se tiene cada vez m¨¢s claro que la desgravaci¨®n fiscal no es otra cosa que una retribuci¨®n adicional que en unos casos el Estado paga fraccionadamente sobre sus propias emisiones y que en otros, en el caso de las empresas privadas, no deja de ser una subvenci¨®n a los tipos de inter¨¦s de esas emisiones. En cualquier caso es un pago del Estado, o mas propiamente el dejar de ingresar cantidades importantes -150.000 millones de pesetas en 1982- por parte del fisco, que en unos casos est¨¢ justificado y en otros no.
Disminuci¨®n de los tipos
En medios de la Administraci¨®n se considera la conveniencia de acabar con los beneficios de la desgravaci¨®n ya que se ha demostrado m¨¢s efectivo ofrecer un tipo de inter¨¦s bruto m¨¢s elevado, aunque la rentabilidad real sea menor. El Estado, al final, paga menos por sus obligaciones y se trata de ello.Los responsables de la banca, por su lado, en sus conversaciones con los representantes socialistas han se?alado que la emisi¨®n de deuda a dos a?os con el 16% de inter¨¦s, para cualquier cantidad de dinero a partir de 10.000 pesetas, y la (le pagar¨¦s del Tesoro al mismo tipo pero a un a?o de amortizaci¨®n, supon¨ªa de hecho una presi¨®n al alza en los tipos de inter¨¦s de sus dep¨®sitos a plazo que consideraban demasiado elevada. Los t¨¦cnicos socialistas aceptaron la posici¨®n de la banca siempre y cuando ello llevara aparejado el reconocimiento por parte de las instituciones financieras de que deb¨ªa desaparecer la desgravaci¨®n fiscal a sus emisiones de renta fija porque elevaban el precio del dinero en general y supon¨ªan un coste que pagaba el Estado.
En medios financieros privados se asumi¨® el planteamiento socialista lo que puede llevar de hecho a una reducci¨®n importante del coste del dinero en los pr¨®ximos meses. Por un lado, si la Administraci¨®n admite que el 16% a uno o dos a?os es elevado, en sus emisiones tender¨¢ a que el tipo de inter¨¦s se sit¨²e a niveles m¨¢s bajos.
La desaparici¨®n de la desgravaci¨®n fiscal har¨¢ descender en esa misma cantidad el volumen de d¨¦ficit p¨²blico y, por lo tanto, su necesidad de financiaci¨®n. En ¨²ltimo t¨¦rmino, la rentabilidad real de las emisiones bancarias y de otras empresas descender¨¢ para alinearse con los nuevos tipos de referencia marcados por el sector p¨²blico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.