V¨ªctor Ullate recupera la m¨²sica y ambiente castizosen la coreograf¨ªa 'El Madrid de Chueca'

Durante los cuatro a?os que lleva dirigiendo el Ballet Nacional Cl¨¢sico, V¨ªctor Ullate ha debido de o¨ªr varias docenas de veces por d¨ªa que es su deber patri¨®tico y constitucional montar ballets con m¨²sica espa?ola. Despu¨¦s de algunos tanteos en temporadas pasadas se ha decidido a agarrar el toro por los cuernos: La Gran V¨ªa; Agua, azucarillos y aguardiente y hasta El tambor de Granaderos, todo lo m¨¢s castizo entra y cabe en su El Madrid de Chueca, que entusiasm¨® al p¨²blico del estreno en el teatro de la Zarzuela.

Escenas de zarzuelas

Ullate, disfrazado de maestro Chueca, introduce a una ni?a de hoy -Mar¨ªa Luisa Ramos- en su Madrid, y le sirve de pretexto para montar una serie de escenas coreogr¨¢ficas inspiradas en los personajes y tipos de las zarzuelas m¨¢s populares. Una visi¨®n debidamente alegre e ingenua del g¨¦nero -bien apoyada por la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid, bajo la direcci¨®n de Jorge Rubio y los coros y solistas del teatro-, pero tambi¨¦n necesariamente antit¨®pica y hasta un punto sat¨ªrica: el Relicario, vitriolado en la m¨ªmica de Nuria Pardo; la do?a Simona de Agua, azucarillos y aguardiente, bailada por el muy viril Vicente Sales; los archiconocidos compases de El tambor de Granaderos, sirviendo para la apoteosis final, en un n¨²mero mucho m¨¢s cercano a Bob Fosse que a Chap¨ª. En conjunto, una visi¨®n tan refrescante como un botijo del Prado.Tan en forma como siempre, V¨ªctor Ullate parec¨ªa disfrutar sin cuenta en un papel que no s¨®lo le permite, durante los pocos minutos que dura su solo, airear sus admirablemente controladas piruetas y mostrar la serena limpieza de sus saltos, sino dar rienda suelta a su evidente vocaci¨®n de actor y mimo, y de paso tener todo el tinglado controlado desde la misma escena, en su papel de padre Chueca.

La fuerza de la escenograf¨ªa

Y, como en todos los buenos inventos, hay sitio para todo el mundo: la estrella invitada, la bailarina h¨²ngara Katalin Csarnoy que en la primera parte hab¨ªa bailado el Paso a dos en blanco con la mezcla de precisi¨®n, frialdad y ternura que esta obra requiere- luci¨® en el personaje de la Asita de Agua, azucarillos... su t¨¦cnica pulida y una notable dosis de encanto; las solistas de la compa?¨ªa -especialmente Mar¨ªa Jes¨²s Casado, Julia Olmedo, Mar L¨®pez y la mencionada Nuria Pardo- mostraron su ya conocida soltura, y los chicos, tanto los solistas como el cuerpo de baile, notablemente reforzado esta temporada en el sector masculino, dieron buena prueba de su trabajo duro, a lo largo de este a?o, bailando con vigor y desenvoltura los diversos n¨²meros que Ullate ha montado para ellos.En la primera parte del programa se hab¨ªa presentado la versi¨®n de Ullate de la Sinfon¨ªa sevillana, de Turina, estrenada este verano en el festival de Granada con buen ¨¦xito. Coreografiada en un estilo expresionista de imponentes im¨¢genes est¨¢ticas y un desarrollo din¨¢mico mucho m¨¢s d¨¦bil, la Sinfon¨ªa sevillana, como el Madrid de Chueca, se benefici¨® del excelente trabajo de la escen¨®grafa y figurinista Elisa Ruiz, cuyo talento para crear un ambiente a partir del elemento m¨¢s sencillo -por ejemplo, la ca¨ªda de una falda- tan bien casa con la capacidad del Ullate core¨®grafo de impregnar el escenario de un determinado perfume, en un segundo, con un gesto casi imperceptible.

La fuerza de las im¨¢genes en los primeros instantes de la Sinfon¨ªa sevillana, imponentes en su gravedad y profundidad andalus¨ª, provocadas por el vestuario, la disposici¨®n esc¨¦nica y el sinuoso movimiento que parte del fondo del est¨®mago, se va bastando luego, a trav¨¦s de dos pas de deux y un solo para Julia Olmedo, que parecen sacados de otros ballets y donde ni Olmedo ni Elena Figueroa tienen ocasi¨®n de mostrar lo que muchos espectadores sin duda esperaban, es decir, hasta qu¨¦ punto estas j¨®venes esperanzas van convirti¨¦ndose en bailarinas completas.

En general, el conjunto del Ballet Nacional Cl¨¢sico prosigue su afirmaci¨®n en la t¨¦cnica cl¨¢sica, y Ullate contin¨²a su prudente pol¨ªtica de arropar los posibles fallos en el pulimiento del estilo cl¨¢sico con coreograf¨ªas de car¨¢cter, como en Chueca, o con la asepsia estil¨ªstica del ballet contempor¨¢neo, de influencia b¨¦tjartiana. El grupo muestra, en conjunto, unas grandes cualidades -buena colocaci¨®n, extensi¨®n y desarrollo del salto y una energ¨ªa bien administrada- que, a sus mejores solistas les permite alcanzar belleza en el adagio, pero parece cada vez m¨¢s claro que tienen raz¨®n quienes argumentan que, mientras no se corra el riesgo de dar entrada en el repertorio del Ballet Nacional Cl¨¢sico a obras neocl¨¢sicas y rom¨¢nticas de otros coreografos, va a ser dificil que el conjunto adelante en allegro, giros, peque?a bateria y valoraci¨®n expresiva del movimiento.

Intervino tambi¨¦n el Coro titular del teatro de la Zarzuela y los solistas Conchita Arroyo, Jes¨²s Land¨ª¨², Mario Ferrer, Amalia Barrios, Julio Pardo, Amparo Moya y Mercedes Hurtado en distintos n¨²meros de zarzuelas de Chueca.

El programa estar¨¢ en cartel hasta el pr¨®ximo d¨ªa 7 de noviembre en el teatro madrile?o de la Zarzuela.