La CEE presentar a una postura conjunta, frente a Estados Unidos, en la pr¨®xima conferencia del GATT
Los diez pa¨ªses miembros de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) han logrado ponerse de acuerdo para mantener una posici¨®n conjunta en la conferencia ministerial del Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT), que tendr¨¢ lugar del 24 al 26 de noviembre en Ginebra (Suiza). La preparaci¨®n de la conferencia hace prever una dura discusi¨®n entre Europa y Estados Unidos, por un lado, y entre el Norte y el Sur, por otro.
El primer documento preparado por la Comisi¨®n Europea (¨®rgano burocr¨¢tico y ejecutivo de la CEE) fue rechazado de plano por Francia en la ¨²ltima reuni¨®n de ministros de Asuntos Exteriores de los diez, celebrada en Luxemburgo. Los representantes permanentes de los diez y el llamado comit¨¦ del art¨ªculo 113 han preparado otro acuerdo de principio, que recoge varias de las reivindicaciones francesas, y que ha obtenido finalmente el visto bueno de la CEE en su conjunto.El nuevo documento pone ¨¦nfasis en los siguientes puntos: los problemas comerciales actuales deben ser examinados en el contexto de una crisis mundial provocada no por el proteccionismo creciente (que es m¨¢s bien una consecuencia y no una causa), sino por la inestabilidad del mercado de cambios y las altas tasas de inter¨¦s practicadas por algunos pa¨ªses (Estados Unidos en particular). La conferencia de Ginebra no debe prestar tanta atenci¨®n a la puesta en pr¨¢ctica de nuevos compromisos como al respeto de los ya existentes. El objetivo filos¨®fico del actual r¨¦gimen de librecambio no es el librecambio en s¨ª, sino las ventajas mutuas y equilibradas que cada uno obtiene de ¨¦l.
Mayor transparencia
La Comunidad Econ¨®mica Europea no tiene ning¨²n inter¨¦s en profundizar el r¨¦gimen de las llamadas zonas grises (acuerdos no cubiertos directamente por el GATT, aunque no est¨¦n en abierta oposici¨®n con ¨¦l) y aceptar¨¢ ¨²nicamente un r¨¦gimen de mayor transparencia si, a cambio, obtiene algo que todo el mundo estima imposible: introducir una cierta selectividad en la cl¨¢usula de salvaguardia. Hasta ahora, y seg¨²n el GATT, cuando un pa¨ªs decreta restricciones para un producto determinado, debe aplicarlas venga de donde venga. Los diez querr¨ªan matizar este principio, pero tropiezan con la viva negativa de los pa¨ªses del Tercer Mundo. Otra de las l¨ªneas b¨¢sicas de actuaci¨®n de la CEE en la conferencia de Ginebra ser¨¢ la negativa a discutir siquiera las disposiciones que rigen actualmente los intercambios agr¨ªcolas.
Este ¨²ltimo punto ser¨¢ uno de los m¨¢s conflictivos. La CEE obtuvo, en la ronda de Tokio (iniciada en 1973 pero finalizada en 1979), que se respetaran los mecanismos de devoluciones a la exportaci¨®n, que son la base de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC) y no est¨¢ dispuesta a reabrir la discusi¨®n, por m¨¢s que Estados Unidos se haya lanzado a una fuerte ofensiva.
En definitiva, los diez han optado por una l¨ªnea de defensa m¨¢s agresiva de lo inicialmente previsto en Bruselas. La CEE estima que la ronda Tokio permite un comercio m¨¢s libre y m¨¢s ordenado entre los pa¨ªses occidentales y que sus reglas deben ser respetadas en lugar de modificadas o ampliadas.
Al margen del enfrentamiento Norte-Sur (que se centrar¨¢ fundamentalmente en el deseo de los pa¨ªses desarrollados de reglamentar el comercio de servicios y de introducir distinciones entre pa¨ªses menos favorecidos y pa¨ªses no desarrollados pero capaces de ejercer una cierta competencia), la batalla central de la conferencia de Ginebra se centrar¨¢ entre Estados Unidos y Europa. La Comunidad Econ¨®mica Europea es la segunda potencia industrial del mundo, detr¨¢s de Estados Unidos, y es tambi¨¦n el primer partenaire econ¨®mico de Norteam¨¦rica, as¨ª como su principal aliado pol¨ªtico.
La llegada al poder de la Administraci¨®n Reagan, sensiblemente m¨¢s agresiva en el plano econ¨®mico y comercial que sus predecesoras, ha puesto de relieve las diferencias profundas que existen entre ambos lados del Atl¨¢ntico y la lucha sin merced que se desarrolla desde hace a?os para conquistar mercados terceros y mantener la presencia de cada uno en el otro.
Los europeos mantienen que Estados Unidos no tiene motivo de queja en sus relaciones comerciales con la CEE: las exportaciones norteamericanas han experimentado, en 1980, un crecimiento notable, pasando de 47.000 millones de d¨®lares a 62.000 millones, mientras que las exportaciones de los diez hacia Estados Unidos aumentaban s¨®lo de 34.500 millones a 37.300 millones. El d¨¦ficit entre la CEE y Estados Unidos lleg¨® ese a?o a la cifra r¨¦cord de 24.800 millones de d¨®lares.
Balanza deficitaria para Europa
Seg¨²n los ¨²ltimos datos de la Comisi¨®n Europea, la balanza comercial de todos los pa¨ªses miembros de la CEE es deficitaria en relaci¨®n con Estados Unidos. El principal cliente de Norteam¨¦rica es el Reino Unido (15.900 millones de d¨®lares en 1980), seguido de la Rep¨²blica Federal de Alemania (13.500), Francia (10.800) e Italia (7.000). El primer proveedor europeo de Estados Unidos es la RFA (11.800 millones de d¨®lares), seguido del Reino Unido (10.800), Francia (4.900) e Italia (4.100). Las exportaciones norteamericanas hacia la CEE supusieron, en 1980, el 24,3Y, del total de sus exportaciones (frente al 21 % en 1975), mientras que las importaciones procedentes de los diez significaron el 14,97. de sus importaciones totales (17% en 1975). Estados Unidos adquiri¨® el 17,2% de sus importaciones de Canad¨¢, el 12,7% del Jap¨®n, el 12,3% de Am¨¦rica Latina, el 4,3% de otros pa¨ªses de Europa occidental y el 0,59% de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y otros pa¨ªses de la Europa oriental. Sus exportaciones, sin embargo, se reparten del siguiente modo: 24,3% hacia la CEE, 16,23% hacia Am¨¦rica Latina, 16% hacia Canad¨¢, 9,4% hacia Jap¨®n, 6,26% hacia otros pa¨ªses de la Europa occidental y 1,7% hacia la Uni¨®n Sovi¨¦tica y pa¨ªses de Europa oriental.
En el cap¨ªtulo concreto de la agricultura, el d¨¦ficit de la CEE con respecto a Norteam¨¦rica ha sido, en 1980, de 6.800 millones de d¨®lares. En el a?o fiscal de 1981, Estados Unidos export¨® productos agr¨ªcolas por valor de 45.000 millones de d¨®lares (el 20% de sus exportaciones) e import¨® por valor de 17.000 millones (13%). La Comunidad Econ¨®mica Europea es, de lejos, el mejor cliente para los productos agr¨ªcolas norteamericanos, sobre todo desde que se implantaron las nuevas t¨¦cnicas de alimentaci¨®n de ganado a base de productos de soja. "Pese a esta posici¨®n preponderante como exportador agr¨ªcola, Estados Unidos se queja de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n y, en concreto, de la pol¨ªtica de restituciones a la exportaci¨®n", comentan medios comunitarios, para los que la CEE respeta plenamente el c¨®digo de subvenciones, que fue aprobado en Tokio. Las ayudas a la agricultura -afirman los norteamericanos por su parte- son superiores, en un 40%, a las que facilitamos nosotros.
Interdependencia econ¨®mica
La interrelaci¨®n econ¨®mica Estados Unidos-Europa comunitaria es, por otra parte, enorme desde el punto de vista de las inversiones. A fines de 1980, el 35,9% de las inversiones directas de Estados Unidos en el extranjero hab¨ªan sido colocadas en los diez (con un valor total de 76.600 millones de d¨®lares) contra el 32,8% en 1979. El Reino Unido, con 28.200 millones de d¨®lares, ocupa el primer lugar en las preferencias de Norteam¨¦rica, seguido de la RFA (15.400 millones) y Francia (6.900). En el mismo a?o era Holanda el pa¨ªs de la CEE que m¨¢s dinero hab¨ªa invertido en Estados Unidos (16.159 millones de d¨®lares), seguido del Reino Unido, con 11.342, y de la RFA, con 5.290.
La Comunidad Econ¨®mica Europea y Estados Unidos son -afirma la propia CEE- los dos principales pilares del mundo occidental. Sus relaciones son particularmente intensas a todos los niveles y sus papeles en el mundo, en gran medida, complementarios. La Comunidad Europea cuenta con 270 millones de habitantes -cincuenta millones m¨¢s que Estados Unidos-, pese a que su superficie es s¨®lo la sexta parte con relaci¨®n a Norteam¨¦rica. Sus problemas econ¨®micos y sociales son similares a los de su principal aliado. "Por eso", explica, "la colaboraci¨®n entre nosotros es un elemento vital para el futuro del mundo occidental". "La llegada al poder de la nueva Administraci¨®n", a?ade un estudio realizado por la Comisi¨®n, "ha provocado un cierto endurecimiento de las relaciones Europa-Estados Unidos, endurecimiento que se experimenta sobre todo en el campo de la agricultura y del acero".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.