El enemigo amarillo y la 'grandeur' de Mitterrand

Fran?ois Mitterrand ha resucitado para Francia la pol¨ªtica de grandeur del general De Gaulle. La firma ayer de una opci¨®n formal de compra del 75,5% del capital de la sociedad alemana Grundig, gigante de la electr¨®nica de consumo, por la empresa nacionalizada francesa Thomson, es una muestra m¨¢s de esta pol¨ªtica, que apuesta fuerte por el futuro de Europa en este sector, y que se complementa con las barreras aduaneras infranqueables colocadas a los videos japoneses por el Gobierno socialista franc¨¦s.La noticia de esta opci¨®n de compra ha sido acogida con indisimulado disgusto por el organismo antimonopolista de la Rep¨²blica Federal de Alemania, que ha anunciado que va a estudiar a fondo la posibilidad de desautorizar esta compra, y por el propio Gobierno de Bonn.

Philips, la firma holandesa propietaria de una participaci¨®n minoritaria de Grundig (24,5%), ha expresado su escepticismo en torno a este acuerdo de compra y ha anunciado que sus productos continuar¨¢n teniendo una aceptaci¨®n destacada entre los consumidores europeos, aunque la adquisici¨®n de Grundig por Thomson llegue a materializarse.

Jap¨®n, por su parte, ha declarado que denunciar¨¢ a Francia ante el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio) por la actitud proteccionista adoptada por este pa¨ªs con respecto a sus exportaciones de videos.

Tras este conflicto de los videos, se esconde una parte m¨ªnima de la batalla comercial generalizada entre japoneses, estadounidenses y europeos, por el mercado mundial de la televisi¨®n, el audio y el video, que supone hoy -tan s¨®lo en lo que concierne a la televisi¨®n en color- cerca de 14.000 millones de d¨®lares (unos 1.680 millones de pesetas). La uni¨®n de estos productos con las telecomunicaciones promete multiplicar hasta cifras astron¨®micas -en base a la puesta en pr¨¢ctica de nuevos servicios- el negocio de la electr¨®nica en un futuro inmediato.

La uni¨®n entre los dos n¨²meros uno de la electr¨®nica de consumo en Francia y la Rep¨²blica Federal de Alemania pretende incorporar, a continuaci¨®n, a la holandesa Philips, para constituir en Europa un frente antijapon¨¦s en el campo de la electr¨®nica.