Am¨ªntore Fanfani encuentra dificultades para formar un nuevo Gobierno en Italia
Habr¨¢ que esperar hasta finales de esta semana para saber si Am¨ªntore Fanfani conseguir¨¢ formar nuevo Gobierno, ya que las cosas han empezado a complic¨¢rsele al presidente del Senado. La primera dificultad surgi¨® hace pocos d¨ªas, cuando corri¨® la noticia de que exist¨ªa un pacto secreto entre el secretario socialista, Bettino Craxi, y el democristiano Fanfani para formar un Gobierno que durase, como desean los socialistas, s¨®lo hasta mayo, fecha en la que habr¨ªa elecciones anticipadas.
Por su parte, Craxi le habr¨ªa ofrecido su apoyo para que Fanfani pudiera, en 1984, sustituir a Sandro Pertini en la jefatura del Estado si el presidente del Senado se compromet¨ªa a apoyar entonces la presidencia del Gobierno socialista.Ser¨¢ dif¨ªcil poder demostrar si se ha tratado de una verdad o de un bulo, pero lo cierto es que la hip¨®tesis ha irritado a los partidos menores y que el mismo secretario democristiano, Ciriaco de Mita, le ha dicho a Fanfani que tiene todo el apoyo del partido, pero solamente para formar un Gobierno estable y de prestigio.
La raz¨®n es muy sencilla: De Mita, que no quiere a¨²n las elecciones, desea que si los socialistas se oponen a la formaci¨®n de un Gobierno serio y de prestigio se convoquen elecciones; pero, en este caso, los democristianos har¨ªan la campa?a electoral acusando a los socialistas de preferir las elecciones a la gobernabilidad del pa¨ªs. Por otra parte, Fanfani ha querido ir con pies de plomo y ha preferido pasar el d¨ªa de ayer sin entregar su programa de Gobierno para evitar que en la huelga general de los tres grandes sindicatos en el sector de la industria pudieran atacar su pol¨ªtica econ¨®mica.
La pol¨ªtica econ¨®mica es, precisamente, el centro de gravedad del programa. De Mita, de repente, ha recogido la bandera de una econom¨ªa de austeridad, severa, impopular. Los socialistas, al entrar en el Gobierno de Fanfani, estar¨ªan forzados a defender esta pol¨ªtica impopular, que al mismo tiempo reviste un car¨¢cter interclasista.
Naturalmente, temen la reacci¨®n de los sindicatos y del partido comunista y no quieren quemarse ante las pr¨®ximas elecciones. Pero, al mismo tiempo, tampoco pueden presentarse ante el electorado con la pol¨ªtica econ¨®mica que preconiza el partido comunista.
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